Si observamos bien, con atención, hay dinámicas globales que representan oportunidades financieras, comerciales, culturales y políticas pasando al lado de la hegemonía unipolar que va en declive.
El intento fallido de Estados Unidos de debilitar a Rusia usando a Europa en el territorio ucraniano está acelerando una nueva realidad global, que define la posición de África, Asia y América Latina a favor de un mundo multipolar.
Los BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica constituyen ahora no sólo por su población y territorio, sino por su liderazgo económico y político, un nuevo centro de hegemonía en el mundo que claramente se distanció del eje occidental.
El uso de la fuerza bruta, la injerencia vulgar y el pillaje de los bienes naturales utilizados por los países colonizadores de Europa y del Norte de América, ya no es la fórmula de lealtad ni de sumisión que amarre a los pueblos de aquellas regiones.
La UNASUR, lentamente, va retomando el espacio desprestigiado que deja la Organización de Estados Americanos, así como la Asociación de países del Asia-Pacifico se diferencia absolutamente de la OTAN guerrerista del viejo mundo.
Los países africanos, por ejemplo, no responden más a sus colonizadores ingleses, franceses y españoles. Ni piden permiso a Estados Unidos ni Australia para asociarse con India, Irán, China, Rusia o con América Latina.
Hace dos semanas, Antonny Blinken de Estados Unidos y Emmanuel Macron de Francia, fueron cada uno por su lado a tomar el pulso a los liderazgos africanos, y encontraron el clima frío. La obediencia debida ya no es una norma de la política internacional.
Nadie en el mundo está feliz con la ola inflacionaria sin precedentes que provoca el enjambre de sanciones y bloqueos del polo militarista de Occidente contra Rusia y China.
Nadie en el mundo, con excepción de unos cuantos, acepta el terrorismo de Estado como método de guerra y la vulgaridad del comercio de armas para salvar bancos.
Por eso los países se están reposicionando rápidamente en términos comerciales, diplomáticos y geopolíticos.
Hungría y Turquía hacen lo suyo en Europa intentando no echarle combustible al fuego, Arabia Saudita se da la mano con Irán y China con Xi Jinping acelera el paso de unificación pacífica de Formosa, para impedir que la ola guerrerista se apodere del mar oriental.
En este contexto, Honduras hace finalmente la lectura crítica que hicieron antes Nicaragua, Costa Rica y El Salvador. Unirse a China Popular, la segunda potencia económica del mundo, abandonando el frustrado proyecto de país independiente que representó Taiwán en el tablero del ajedrez político.
Sin andar con rodeos, por twitter como anuncian sus mensajes ciertas embajadas en Tegucigalpa, la presidenta hondureña Xiomara Castro, instruyó el martes a su canciller Enrique Reina la apertura de relaciones oficiales con China Popular.
Expandir las fronteras con libertad adelantó Xiomara en su tuit, mientras Reina explicó que eso significa más comercio con otros comerciantes, porque China ya es el tercer socio comercial de Honduras después de Centroamérica y Estados Unidos. También significa evolución global dijo Rodolfo Pastor, el lúcido portavoz presidencial.
En Pekín la noticia fue bienvenida, mientras en Washington el Comité de Relaciones del Senado, hablando en nombre del país que nunca acepta jurisdicción por violaciones de derechos humanos, instó a los hondureños a proteger su soberanía y sus derechos frente a “uno de los regímenes más autocráticos del mundo”.
A ese mensaje podrían responderle que el golpe de Estado y el régimen de crimen organizado sostenidos por diversas agencias estadounidenses durante 14 años, provocó en Honduras miles de muertes y violaciones de derechos humanos sistemáticas.
Además, sería oportuno responder que ese período entre 2009 y 2022 representó un endeudamiento caballo que hoy implica 57 mil millones de lempiras en pagos por año y el surgimiento de una nueva generación de ricos lavadores que, sin embargo, se niegan a la justicia tributaria.
Entonces, si el país que te metió en esa encrucijada trágica no hace más que condicionarte, amenazarte y socavar tus esfuerzos de gobernabilidad, vete al vecindario a buscar nuevas relaciones que apoyen nuevos proyectos como las represas nacionales, el tren interoceánico, la auto ruta atlántica o el centro de investigación agrícola regional.
Frente al hecho, sin embargo, las reacciones van siendo diversas, curiosas y hasta ridículas. Los tanques de pensamiento sumisos al consenso de Washington en Tegucigalpa y San Pedro Sula censuran, por ejemplo, el carácter sorpresivo del anuncio de Xiomara y predicen un enfriamiento apocalíptico de las relaciones con la Avenida Los Próceres.
Otros sesudos analistas del acontecer mundial afirman que el anuncio de Xiomara fue un mandato del Foro de Sao Paulo acordado por el chavismo en Caracas y enviado a través del grillo en su último viaje. No falta quien señale a Mel Zelaya, el ex presidente, por calcular el timing del anuncio local el martes con el inicio del tercer mandato de Jinping en Pekín el lunes de esta semana.
El canciller Reina, con reposo, explica que el interés de las relaciones con China no solo es en función de su capacidad industrial y comercial, sino diplomática y política. China es el actual líder de la paz global, una potente voz en la Organización de Naciones Unidas y un jugador de grandes ligas en el G20 y en los BRICS.
Honduras no busca desairar a los viejos amigos chinos de Taiwán ni a los socios vecinos de Norteamérica, pero busca expandir sus horizontes hacia el lejano oriente con quien intentó en vano fortalecer sus relaciones en 1996 durante el gobierno de don Beto Reina, y más recientemente durante el mandato de Zelaya.
Los chinos sufrieron la corrupción política hondureña en los proyectos de Patuca, no pudieron con la picardía de un rico intermediario de San Pedro Sula nombrado por el Estado para profundizar las relaciones, y escucharon a Berta Cáceres en Río Blanco cuando les pidió que sacaran a Sinohydro del Gualcarque.
Hoy, en un nuevo contexto global, Honduras va con nueva actitud hacia el país del sol naciente que es socio principal de 170 países y regiones en Asia, África y América. El inventor de la brújula, la porcelana, la pólvora, los helados y el papel moneda. En el siglo IX China empezó a usar el papel moneda, ocho siglos antes que en Europa. China es actualmente la segunda economía del mundo y lleva más de 20 años continuos aportando alrededor de 30% al crecimiento mundial.
Un paso interesante del gobierno de Xiomara y un debate nuevo en el que los derechos humanos jugarán ciertamente un rol importante en el discurso público. Pero no vamos a caer en esa trampa política de derivar la discusión hacia ese terreno sólo porque la potencia que los viola en nuestro patio induzca la condena hacia sus adversarios políticos.
Nunca más otro chinazo en Honduras. Que esta vez sea en serio la relación con ese pueblo milenario, con esa cultura universal y ese liderazgo político global, que dirige la nueva era multipolar. Buenas noches.
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 18 de marzo de 2023