Por: Sandra Rodríguez
“Estoy tranquila, me siento en paz, porque hice lo correcto” dijo Gladys Lanza, en un tono sereno que remarca su convicción de acompañar a víctimas, impulsar la lucha social y la fidelidad a sus valores en defensa de los derechos humanos en Honduras.
El pasado 28 de enero, en un juicio Oral y Público en la Corte Suprema de Justicia, con una resolución que denota el poder del hombre contra la mujer, imponiendo un bozal a la libertad de expresión, y expuesta a la total indefensión, Lanza fue declarada culpable, por el delito de injurias constitutivas de difamación en perjuicio de Juan Carlos Reyes Flores.
Gladys Lanza Ochoa, es una histórica Defensora de Derechos Humanos en Honduras, que desde 2011 dio acompañamiento a Lesbia Pacheco, quien denunció acoso laboral y sexual de parte de su jefe, Juan Carlos Reyes, entonces director de la Fundación para el Desarrollo de la Vivienda Social, Urbana y Rural, FUNDEVI.
Dejando a un lado la posibilidad de tener una vida tranquila y cómoda, siendo sólo observadora de la historia, en medio de un mundo machista, Gladys desde muy joven optó para estar del lado de los y las protagonistas de la lucha social en favor de la población hondureña.
Gladys Lanza Ochoa, quien utiliza los apellidos de su madre, porque era una heroína, dice que su padre, el vicepresidente Vicente Williams, influyó mucho en ella, sobre todo ese deseo de pelea y no doblegarse.
Sus primeras clases de historia de Honduras y realidad nacional la recibió de su mamá, quien era una autodidacta, pese a que no concluyó la educación primaria, ella decía que era impresionante cómo el gobierno norteamericano se va apoderando del país y del pensamiento de la ciudadanía.
La lucha social de Gladys, inicia a mediados de la década de los años 60, se pronunciaba en contra la invasión militar en Honduras, después continuará en la lucha laboral-sindical, en medio de un mundo de hombres, la década de los 80 marcó su vida, con las desapariciones forzadas, torturas, persecución, hostigamiento, secuestros asesinatos, el acoso de los militares y la presencia del ejército de los Estados Unidos en territorio nacional, pero lo que más dueles es que ese escenario se repite en la actualidad.
Hablar de Gladys Lanza, es nombrar a una mujer, que en medio de las persecuciones, encarcelamientos, torturas y enjuiciamientos, no ha dejado que su convicción por defender a las demás mujeres víctimas de violencia de género, cese; al contrario se enfrenta a los que replican el sistema machista- patriarcal y al sistema de justicia, con la cabeza en alto, con la mirada sin temor y con la firmeza de que no se callará y continuará denunciando este tipo de atropellos.
Lideresa venciendo el miedo impuesto por el sistema opresor
Rompiendo esquemas hechos “para hombres” en la década de los años 80 fue nombrada presidenta del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, STENEE, tras la desaparición forzada de su secretario-presidente Rolando Vindel, unos de los 184 casos que registrar el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, y tras el fallecimiento de su presidente.
En 1984 el movimiento fue reprimido y después de ser violentada junto con otras mujeres por los cuerpos de seguridad del Estado, fue encarcelada, acusada de alta traición a la Patria, y logró su libertad con el apoyo a la presión del movimiento de trabajadores y de organizaciones nacionales e internacionales.
Al siguiente año, hizo una gira para denunciar los efectos que provocaban la presencia militar estadounidense en Honduras, y las agresiones contra niñas, niños y mujeres, que fueron infectados con enfermedades como “la flor de Vietnam” y el VIH/Sida.
Y la persecución contra la defensora de derechos humanos no se hizo esperar, nuevamente es objeto de una campaña de desprestigio, cuando aparecen carteles pegados en paredes de Tegucigalpa, capital de Honduras, donde se le califica de “comunistas” junto a 11 líderes sociales.
Y su nombre, aparecía en las listas para perseguir a disidentes políticos del escuadrón paramilitar 3-16, conocido como “escuadrón de la muerte” cuya finalidad era el combate a la expansión comunista en Centro América y de las fuerzas rebeldes anti gubernamentales.
Tendiendo que superar el miedo mismo, en medio de la implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional, Gladys, de 73 años de edad, no se ha detenido, y entre su historia, encontramos un capítulo de 26 años en el movimiento obrero, haciendo grandes aportes en la aplicación del Código del Trabajo.
Para 1986, fue presidenta del STENEE a nivel nacional, pero desde hace diez años era fiscal del sindicato, y presidenta de la filial de Tegucigalpa por muchísimos años, así que hizo un largo recorrido para llegar al máximo cargo de la organización.
Además fungió como vicepresidenta de la Federación Central de Sindicatos Libres de Honduras, Fecesitlih, secretaria de actas de la Federación Unitaria de Trabajadores de Honduras (FUTH), esa lucha sindical le traería consecuencia, y ella lo sabía.
Fue capturada constantemente por la Dirección de Investigación Nacional, DIN, y en el gobierno de Roberto Suazo Córdoba (1982-1986) fue cuando estuvo recluida en Centro Femenino de Adaptación Social de Honduras, CEFAS, donde la tortura contra su persona no cesó, a finales de esa década llamada “perdida”, con el movimiento obrero, estaba enfrentados al gobierno de José Simón Azcona, (1986-1990) en contra de la privatización, pues sabían lo que eso significaba y no se pudo avanzar en las negociaciones en ese entonces, recordó Lanza.
En el tercer gobierno de la “era democrática” presidido por Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), se implementa la política neoliberal del sistema, Gladys quien dirigía el STENEE, considera que se inició un proceso que se está consolidando ahora.
Y al sindicato, el presidente Callejas lo liquida porque no lo puede controlar. El STENEE era el sindicato madre de la época, porque no se doblegaba y entendía bien, porque habíamos gente que teníamos claro el panorama, afirma la lideresa social.
El este gobierno fue despedida junto con mil quinientos trabajadores con un sindicato destruido y enfrentándose a una campaña de desprestigio, por su actuación al frente de un sindicato que se oponía al sometimiento.
Metamorfosis
A inicios de la década de 90, Gladys tiene que enfrentar una etapa de cambio personal, de pensamiento, debe plantear nuevas ideas, diferentes enfoques, pero con la misma convicción, la defensa de los derechos humanos.
Es cuando las compañeras del Movimiento de Mujeres por la Paz “Visitación Padilla”, fundado el 25 de enero de 1984, la invitan a trabajar con ellas en temas relacionados a los derechos de las mujeres, antes de esto, para Gladys Lanza, todo era igual y “la lucha era la lucha”.
Ya con “Las Chonas”, como se le conoce a las integrantes del “Vastación Padilla”, ella se dio cuenta de cómo las mujeres eran violentadas y discriminadas, y como se les negaba sus derechos de participación, lo que le ayudó a pensar, actuar como mujer y eso es un enorme proceso, una lucha interna y revisión constante, porque como sindicalista tenía que mostrar dureza.
Y mediante este proceso Gladys fue ayudando a otras mujeres para que la justicia se aplique de manera real.
Desde el año 2002, es la Coordinación Nacional del Movimiento “Visitación Padilla”, y fue estudiando e investigando sobre mujeres del pensamiento feminista y el discutir mucho dentro de la organización, le ayudó a comprender que lo más importante es escuchar los testimonios de las mujeres que viven violencia.
Beneficiaria Medidas Cautelares de CIDH
Lanza Ochoa, es una figura en la defensa de los Derechos Humanos en Honduras y reconocida a nivel internacional, por lo que siempre ha sido objetivo de persecución, amenazas y hostigamiento, pues su lucha y denuncias “ofende” a los agresores y violadores.
Su labor es respalda por organizaciones dentro y fuera del país, en un comunicado en 2010, el Movimiento de Mujeres por la Paz «Visitación Padilla», el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras (Cofadeh) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), exhortaron al Estado hondureño cumplir la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, (CoIDH) que exige implementar medidas que garanticen la vida e integridad de Lanza Ochoa.
El 3 de septiembre del 2010, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIHD), otorgó medidas cautelares a la defensora de derechos humanos (DH), Gladys Lanza Ochoa, organizaciones hondureñas exigieron a las autoridades de su país que las implementen de manera efectiva, pues hasta el momento han sido insuficientes.
Denunciaron que desde el 24 de julio de 2009 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó al Estado hondureño proteger a la defensora; no obstante, los incidentes no cesaron pese a la adopción de las medias cautelares. Por esta razón, el 23 de julio, el Cofadeh y Cejil pidieron CIDH que solicitara la intervención de la CoIDH, quien ya ordenó medidas de protección.
De acuerdo con estas organizaciones, desde el golpe de Estado en Honduras, el 28 de junio de 2009, la CIDH adoptó alrededor de 200 medidas cautelares (algunas individuales y otras colectivas), pero la mayoría de ellas no han sido cumplidas de manera eficaz por el Estado hondureño.
Las medidas se dieron en medio un contexto nacional, donde la defensora se encentraba en situación de riesgo, ya que vía electrónica recibía amenazas de muerte y persecución, motivos por los cuales Amnistía Internacional y la organización Feministas en Resistencia, exigieron al gobierno de Honduras tomar medidas de protección que garantizaran su vida.
Entre los logros en la lucha feminista, se puede mencionar Ley Contra la Violencia Doméstica, la eliminación del servicio militar obligatorio, las reformas de la Ley electoral la participación de la mujer en los cargos de elección popular iniciando con un 30 por ciento, aunque ahora propugnan por llegar al 50 por ciento.
En 2011, como coordinadora de “Las Chonas” decide acompañar a una denunciante de acoso sexual y laboral, por lo que Gladys fue a querellada por los delitos de difamación, injuria y calumnia, contra Juan Carlos Reyes, director de la Fundación para el Desarrollo de la Vivienda Social, Urbana y Rural (Fundevi).
La acusación pesa contra la Organización Visitación Padilla, representada por Gladys Lanza, y corre el riesgo que sus funciones sean suspendidas temporalmente, justo por cumplir con su misión de reclamar el respeto a los derechos humanos.
Gladys Lanza, también ve grave que con este proceso judicial se quiera meter miedo a la cultura de la denuncia, la cual ha costado muchos años y procesos de formación.
“Las Chonas” veían entre las valoraciones, la posibilidad que su máxima representante, fuera condenada, sin embargo, para seguir el cumplimento de la Ley, se puede hacer uso del Recurso de Casación (recurso extraordinario que tiene por objeto anular una sentencia judicial).
Para el COFADEH, el golpe es que la hayan llevado a los tribunales de justicia y la hayan acusado, pero de todas estas acciones se ha enviado información a la comunidad internacional que avala el trabajo de los y las defensoras de DDHH, pues con estas acciones quienes manejan el poder, envían mensajes para que la población no denuncie, para que se callen, y que se pierda la solidaridad entre los y las defensoras.
La CoIDH, ya tiene información, ellos van a valorar si se violó o no el debido proceso, posiblemente se realizó conforme a Ley, considera la coordinadora del COFADEH, Bertha Oliva, pero hay otras aristas que se ellos –operadores de justicia- han descuidado desde el ámbito de los Derechos Internacionales de Protección para los y las defensoras de DDHH, eso hay que verlo a la luz de la serenidad, con calma.
Lamentamos y condénanos la acción, porque eso garantiza la pérdida de confianza en el sistema de justicia en nuestro país, no es que nos gusta ir al Sistema Interamericano de Justicia, porque eso solo es para exhibir que el país cada vez se deteriora más, y que los y las hondureñas que procuramos por fortalecer el Estado de Derecho, que nos sometemos incluso sabiendo que los resultados de los juicios serán en contra de los que demandamos justicia.
Lo que querremos es que un día se cree independencia en el Sistema Judicial, que haya jueces y magistrados con capacidad de no actuar arbitrariamente, porque tenemos sed de justicia, afirmó la defensora de derechos humanos, Bertha Oliva.
El 25 de febrero de 2015, el movimiento de derechos humanos estará acompañando a Gladys Lanza, citada por los jueces del Tribunal de Sentencia de Tegucigalpa, Sara Isabel Rodríguez, Raúl Iván Chávez y Mayra Lizeth Aguilera, quienes la condenaron por injurias constitutivas de difamación, para conocer la individualización de pena.
La parte demandante solicitó una pena que oscila entre 1 a 2 años, ocho meses de cárcel; decretar la responsabilidad civil y condenarla en costas del juicio para que pague todos los gastos en que incurrió su cliente.
Gladys Lanza, con mucha serenidad, afirma que no está arrepentida de haber acompañado a una víctima que denunció acoso laboral y sexual, y por ende buscó acompañamiento del Movimiento de Mujeres por la Paz “Visitación Padilla”, la cual ella coordina.