Tegucigalpa
Por Sandra Rodríguez
“Estamos conscientes de la tarea que nos toca, pero los que nos persiguen pierden su tiempo. Mire a Gladys la procesaron, la criminalizaron, la amenazaron, la estigmatizaron, la torturaron, ¿Qué no hicieron de ella? y hoy estamos dándole sepultura a nuestra heroína, que no la hicieron que perdiera ni su ternura ni su sonrisa, y peor no la hicieron que perdiera su compromiso por su país y su gente” Bertha Oliva, defensora de Derechos Humanos, coordinadora general del COFADEH.
Hace unas semanas se dejó de ver de manera pública a la defensora histórica de derechos humanos, Gladys Lanza, su estado de salud fue afectado severamente en el transcurso de un juicio donde se le acusaba por apoyar a Lesbia Pacheco, que denunció acoso sexual y laboral en el año 2010; En enero del 2015 los jueces del Tribunal de Sentencia de Tegucigalpa, Sara Isabel Rodríguez, Raúl Iván Chávez y Mayra Lizeth Aguilera, condenaron por injurias constitutivas de difamación a la coordinadora del Movimiento de Mujeres por La Paz «Visitación Padilla», en perjuicio de Juan Carlos Reyes, director de la Fundación para el Desarrollo de la Vivienda Social, Urbana y Rural (Fundevi).
Gladys Lanza, debía ir a firmar una vez al mes el libro de registro de medidas sustitutivas, sacaba de su cartera un papelito donde llevaba el nombre del delito “es que se me olvida y pido que me lo escriban” dijo entre risas el pasado 31 de mayo, cuando un grupo de defensores y defensoras de ddhh la acompañaron a la Corte Suprema de Justicia, CSJ. Es que ese delito no existe, agregó, pues no se puede acusar a alguien por defender a una víctima de acoso sexual.
Ayer, falleció en horas de la madrugada, y hoy su cuerpo fue depositado en el cementerio antiguo de la aldea Suyapa, también conocido como “el cementerio de los pobres” pues a un lado está el más antiguo y exclusivo de los camposantos de Tegucigalpa, frente a la Basílica Nuestra Señora de Suyapa.
Entre sus últimas peticiones fue que las mujeres de los colectivos del movimiento feminista, mejor conocidas como “Las Chonas” en memoria de “Choncita” como se le decía a la heroína nacional, antimilitarista y anti patriarcal “Visitación Padilla” (1882-1960), es que fueran vestidas con su camisa blanca y que la recordaran con la sonrisa que siempre mantenía.
Mientras se oficiaba una Eucaristía de Cuerpo Presente en la Basílica, afuera estaban “Las Chonas” rindiendo homenaje a su Gladysita, con momentos de meditación, pensamientos feministas, consignas y anécdotas, como ella hubiese querido.
Por su parte el presbítero Ismael Moreno, sj, conocido como “padre Melo”, expresaba en la homilía que “mientras las mujeres no tengan la fuerza transformadora que les corresponde y nosotros no nos dejemos transformar por las mujeres, no podemos avanzar”, entre frases se dejaban arrancar aplausos, el pueblo estaba acompañando a la defensora de generaciones.
Afirmó que para muchas personas era la primera vez dentro de ese templo religioso y que para él también, y que “Gladys Lanza nos ha traído aquí y deben ser espacios recuperados por la dignidad del pueblo”.
Expresó que Gladys dio testimonio no sólo con ideas, sino con su vida, desde llegar a una capilla y sentarse en las gradas junto a las campesinas; asimismo cuestionando de frente las practicas patriarcales de organizaciones políticas de izquierda.
Por lo tanto “necesitamos organizaciones fuertes y testimoniales, comprometidas con las personas y acciones sociales”, y ese es parte de las tareas que deja Gladys Lanza, quien falleció a la edad de 74 años, celebración que en junio pasado la tuvo por última vez compartiendo con sus compañeras en la oficina de “Las Chonas”.
“Fue coherente de hechos y palabras, dio todo lo que tenía para liberar a este pueblo de la opresión. Nunca vendió sus ideales, murió luchando, el mejor homenaje es luchar por cambiar este país. Inequidad y desigualdad que nos ofende”, expresó Guido Eguigure, amigo cercano de la defensora.
“La vamos a recordar como una luchadora inclaudicable por la defensa de los derechos humanos, por las mujeres, feministas, sindicalistas, el pueblo hondureño en general está de luto, pero tenemos la obligación y compromiso se seguir cultivando su ejemplo y seguirla resucitando en la memoria histórica de nuestro país, pero también seguir su ejemplo y que su lucha y trayectoria política y social en defensa de las mujeres y el pueblo hondureño sea enseñada a otras generaciones, tenemos la obligación de seguir resucitando a Gladys Lanza, para siempre en todos los caminos para que sea recordada por las generaciones que vienen en camino”, dijo Olivia Marcela Zúniga Cáceres, máxima dirigente de la Coordinadora Indígena del Poder Popular en Honduras, CInPH, quien rindió homenaje junto a 240 indígenas Lencas, la noche del velatorio a la defensora.
Un reencuentro con su amor eterno
Nos ha tocado un año muy fuerte en términos emociones, pero también para llegar a profundas reflexiones y análisis de los que se hará y vendrá en el futuro no muy lejano para seguir construyendo patria, hoy se nos fue Gladys, pero se fue su cuerpo, no así sus ideales metas y mandatos, porque debemos entender que hasta el último momento de su vida estaba trabajando en ver cómo se transformaba, cómo nos daba un espacio correspondiente a las mujeres, declaró Bertha Oliva, coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH.
Su legado hay que verlo desde la óptica de derechos humanos para construir ciudadanía y patria, tenemos que buscar la construcción entre todos y todas, además aprender a valorar las cosas positivas que cada uno y una aporta, porque el descredito personal no nos va abonar en nada, agregó Oliva.
Debido a sus últimas palaras “pobre mi país», manifestó que la coordinadora del “Visitación Padilla” nos enseñó que aunque fuéramos mujeres y nos estigmatizaran y agredieran seguíamos luchando, por lo tanto estamos obligadas a que ella no sienta, donde esté, lástima por su Honduras, estamos obligadas a trasformar el país pero realmente con la inclusión, ir desmontando esas estructuras de terror, odio y desigualdades. Si trabajamos en esas vías, si nos vamos quitando y liberando de todas esas mezquindades que el ser humano logra acumular.
“He estado meditando, pensando en –las defensoras de derechos humanos- Margarita Murillo, viví tanto con ella; pensando en Magdalena Morales que se fue con un juicio pendiente, pensando en Berta Cáceres, en Teresita, y que esas mujeres se tienen que unificar allá, ver todo lo positivo de ellas y hacer un colectivo, tenemos que estar pendientes no en contra de los hombres, sino levantar nuestra voz potente de mujeres para tener una liberación de este pueblo y la inclusión de todos y todas”.
Esa frase final de Gladys, la dijo consiente y sabedora, la situación en materia de DDHH en todo el país está más que crítica, es un estado de alerta permanente y gravísima, como es posible que nosotros podemos creer que la situación está mejorando si cada día hay mujeres asesinadas. Pero también cuando hay compatriotas en el exilio pidiendo asilo político, lo que demuestra que no existe ningún interés de parte de los que han tomado el poder de la nación, más bien con interés de someter a este pueblo, tener una dictadura tirana, y eso si debemos analizarlo y decir “no señores, hablemos de democracia, hablemos de paz, pero la paz no se construye con el silencio sino haciendo acciones, denunciando, acompañando para poder transformar y hacer que desistan en su barbarie”.
Por motivos de salud, Gladys Lanza no pudo asistir al encuentro generacional de luchadores históricos que organizó el COFADEH el pasado 30 de agosto, Día Nacional del Detenido Desaparecido, entonces su silla estuvo vacía.
“No quisimos nombrarla porque era como traer hacia ella las vibras que no queríamos, o sea lo que llegó hoy, y es que Gladys no es un apersona ajena a COFADEH, ella estaba en el Visitación Padilla, pero no hay que olvidar que sufrió en carne viva lo que hemos sufrido la mayoría de las víctimas de las desapariciones forzadas”.
Sabemos que ella lo amó, era su pareja, con el respeto que ella se tiene y tienen los demás Su amor eterno fue Rolando Vindel, -líder sindical detenido desaparecido en 1984- y por tal razón, Gladys Lanza se unificó en ese año a hacer una sola reclamación con nosotras “vivos los llevaron, vivos los queremos”, y eso ella nunca lo anduvo diciendo, pero nosotros que recogemos la historia, declaró Bertha Oliva, compañera de lucha de Gladys.
Gladys, sindicalista de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, STENEE, en la década de los ochentas, fue víctima de la Doctrina de Seguridad Nacional, además guardó en silencio muchos sufrimientos, que la impulsaron en la lucha de la defensa de los ddhh sin doblegarse.
“Por eso daba su vida y ofrecía cualquier información en la búsqueda de algunos casos, le asignaban elementos del (Escuadrón de la muerte) 3-16 para darle seguimiento y que dos momentos había recibido las órdenes de ser asesinada, ¿usted lo conoce? Le pregunté, y me decía sí, a ese bandido lo conozco es hijo de fulano y fulana de tal, así me lo decía” recordó Oliva, a quien le desparecieron su esposo, el líder social Tomás Nativí en 1981.
De Gladys quiero llevarme las mejores cosas, su sonrisa, siempre me decía tocándome el hombro “ay Bertha usted, usted, no corra”.
Hace unos años compartimos la misma habitación en un hotel en Suiza, y ella era una mujer que se amaba, llegaba se bañaba, se ponía sus cremas, tomaba sus medicinas, su vaso con agua, y yo llegaba y me tiraba a la cama a dormir tal como estaba porque iba cansada, y me peguntaba ¿va escuchar el programa de la resistencia? Y le respondía que sí, ahí me llama. Y con aquella ternura me tocaba encendía la computadora para sintonizar el programa y me decía que aunque estuviéramos lejos teníamos estar atentas y vigilantes, va estar vigilante allá y atenta acá, finalizó la defensora, al mismo tiempo que las personas abandonaban el cementerio donde descansan los restos de Gladys Lanza.
Estaba lista para jubilarse
Merly Eguigure, de la dirección nacional de Movimiento “Visitación Padilla”, y que consideraba a Gladys como su amiga, hermana, madre y confidente, expresó que se debe recordar a la defensora con amor, alegría, luchando por la justicia, condenando la corrupción, luchando por la felicidad para las mujeres, como el propósito para el que venimos aquí a la tierra, ser felices.
Ella se nutría de la energía de todas las jóvenes, cuando lográbamos algunos cosas como resultado de algún trabajo, ella siempre decía “Merly estamos listas para jubilarnos” era parte de sentirse satisfecha por el trabajo que estamos haciendo, dijo con voz entrecortada la defensora de derechos de las mujeres.
Pese a que Gladys estuvo mucho tiempo en el máximo cargo, la base de la organización nunca la dejó irse, porque cada dos años se hace reunión para elegir autoridades y su cargo ni se consideraba someter a votación porque era tanto el amor, el cariño y la confianza en su trabajo político que por unanimidad se decidía confirmarla como coordinadora; ni cuando estaba procesada, su espíritu de lucha no se doblegaba jamás. Su última frase “pobre mi pueblo” eso indica el amor que ella tenía por este país.
Vivió sus últimos días, aislada en una cama de hospital, sufriendo porque no era la forma en que quería vivir, así que se fue porque ya le tocaba partir. Indudablemente, sus honras fúnebres ratifica el amor inmenso que el pueblo le tenía, numerosas personas llegaron desde varias ciudades del país, especialmente las mujeres de los colectivos de barrios y colonias que no dejaron de recordarla con consignas y anécdotas.
“Las Chonas” viajaron desde las ciudades de Lempira, Comayagua, La Ceiba, San pedro Sula, La Esperanza y Choluteca y por supuestos las de Tegucigalpa y Comayagüela.
Merly, agregó que “se va en espera de justicia, nunca pudo concebir como defender a una mujer era tan difícil, porque exigir justicia era tan complicado, porque había tanta burocracia, porque los hombres no se ponían en los pies de las mujeres y poder entender que a las mujeres no les gusta la violencia, que ninguna mujer disfruta con que la maltraten, que ninguna mujer quiere que la abusen sexualmente”.
“Nunca entendió como su trabajo llevado a juicio (caso de acompañamiento a víctima de acoso sexual), fue, más que un fallo judicial un fallo político, que lo teníamos claro desde antes de iniciar el proceso, por lo que afirmó que si le tocaba ir a la cárcel para pagar su condena iba ir, porque los principios no se negocian, no se venden nunca. Conciliar y echar para atrás con una postura política nunca fue su opción”.
El sistema judicial que emitió esa condena, contribuyó a quebrantar su salud física. Todavía estaba en la casa de salud y muy preocupada porque en el mes de agosto no pudo ir a firmar el libro, siempre me llamaba y me preguntaba ¿cómo íbamos hacer? yo le decía que no se preocupara que íbamos a resolver eso, ya iba a finalizar septiembre y no había ido a firmar el libro, es muy difícil… dijo Merly Eguigure.
Concluyó diciendo que, las Chonas, se ve en el camino de fortalecerse, retomando la lucha que habían tenido a medias debido a la solidaridad y acompañamiento con ella y se queda a la espera de un acto póstumo en el que se le dará el “adiós” como ella hubiera querido y no dentro de las paredes de una iglesia que siempre ha condenado a las mujeres por querer decidir sobres sus cuerpos.
Lucila Blandon, consejera en violencia con más de 28 años en la organización y de las más cercanas a Gladys Lanza, dio que seguirán en esta lucha. Al compartir en la oficina, conocía a la lideresa de manera personal, siempre entraba con aquella sonrisa, atenta, amable, puntual en su trabajo, sus virtudes es su legado para seguir más fuertes y unidas y agrandar el Movimiento.
A Gladys le gustaba el cafecito caliente, o un tecito, comía de todo, no se limitaba por decir que la comida hacía daño.
La preocupación que le vi a Gladycita fue con el caso de Juan Carlos Reyes, sin embargo no claudicó a pesar de llegar al punto de meterla presa, ella se daba a la gente humilde, por lo que la justicia de este país es injusticia, lo que le hicieron a ella no tiene nombre, cuando se falla a favor del agresor, y más si este tiene poder, afirmó Lucila.
Sobreviviente
Gladys sobrevivió a todo, a la Doctrina de Seguridad Nacional, sobrevivió a los atentados del pasado, ahora en el presente sobrevivió a las diferentes persecuciones que enfrentó, de tal manera que Gladys murió con medidas cautelares dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y pese a que tenía esas medidas, siempre fue hostigada, siempre fue amenazada y COFADEH llevaba las medidas de protección y estábamos al día a día de lo que ella enfrentaba y vivía.
Tenía medidas cautelares desde 30 de julio del 2009 y medidas provisionales desde septiembre del 2010, que nacen de la convención interamericana de derechos humanos, COFADEH junto a Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, CEJIL, eran los peticionarios por lo tanto garantes que estas se cumplieran.
Dichas medidas se cumplían a medias, para el caso el patrullaje no era como se establecía, y el Estado jamás quiso emitir un comunicado informando que Gladys Lanza era ineficacia de Medidas Cautelares, por lo tanto debía respaldar y garantizar el trabajo de defensora que ella realizaba.
Y debía garantizar el debido proceso en el juicio acusada por injurias constitutivas de difamación, dicha acción penal no lo debió haber permitido el Estado, pues era por el ejercicio de defensoría.
En la actualidad el caso estaba en casación, pese a que el Tribunal por unanimidad la encontró culpable, se fue Gladys Lanza, sin entender porque se criminaliza defender los derechos humanos, pero que nunca agachó la cabeza, no tuvo precio, no pudieron negociar con ella los perpetradores nacionales y extranjeros, no la vencieron.