GENTE DEL PASADO LLAMA DESAPARICIONES A LOS SECUESTROS DE HOY

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No es un acto inocente llamar desaparecidas a personas que permanecen secuestradas. Es un acto premeditado para difuminar el pasado en el presente. Para culpar al gobierno de Xiomara Castro como si fuera el régimen de Gustavo Álvarez Martínez y Discua Elvir.

No es la primera vez que los antiguos miembros impunes de la Asociación para el Progreso de Honduras (APROH), que pagaban planillas al escuadrón de la muerte 3-16, intentan estas jugarretas con la figura criminal de las desapariciones forzadas.

Uno de los bancos miembro de la APROH lanzó en los años 90s una campaña chabacana ¿dónde está Eduardo?, utilizando una de las frases del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos ¿Dónde está mi papi?

Nada que ver una frase con la otra, y se comprendió bien la intención de los asesores de los publicistas de entonces. Se trataba de un truco para banalizar las desapariciones forzadas cometidas por el Estado entre 1980 y 1993.

Algo similar ocurre actualmente con la Cruz Roja y la Organización Internacional de las Migraciones, de la ONU, que utilizan la figura de las desapariciones de personas migrantes secuestradas por grupos criminales extremos, que exigen dinero a cambio e igualmente terminan asesinando a sus víctimas entre México y Estados Unidos.

La desaparición es toda forma de arresto, detención o cualquier otra modalidad de privación de libertad ejecutada por agentes del Estado o por personas o grupos que actúan con la autorización, el apoyo o la complicidad del Estado, seguida de la negación y el ocultamiento.

El secuestro, por su parte, es el apoderamiento y la retención de una persona o de un grupo de personas con el fin de pedir rescate en dinero o en especie por parte de grupos criminales.

El hecho no es que sea más importante una desaparición forzada y menos importante un secuestro, no. En ambos casos hay seres humanos que sufren y familias completas que sufren. Y que buscan respuestas, buscan recuperar vidas, salvar vidas.

El hecho que está en discusión es la intención de los grupos criminales de sembrar en el imaginario de la gente una carga política contra la imagen del gobierno actual y contra la fuerza histórica de la desaparición forzada de personas.

Los secuestros realizados por criminales en la disputa de sus territorios y negocios no son desapariciones por razones ideológicas ni políticas. Tampoco son desapariciones los secuestros de personas migrantes de diferentes orígenes por Zetas, maras o carteles.

Entre 1980 y 1993, bajo la responsabilidad de Estados Unidos y Honduras, en una amalgama de agentes de la CIA, del Pentágono, la Mano Blanca de Argentina y el MOSSAD, aplicaron criterios o prejuicios ideológicos para desaparecer y asesinar más de 400 personas luchadoras sociales y oponentes políticos al militarismo.

Con esta reflexión llegó ayer el COFADEH a su plantón del primer viernes de julio, justo a reclamar la deuda histórica de los Estados Unidos y sus lacayos con las víctimas de hace 44 años.

Las familias afectadas directa e indirectamente por la práctica sistemática de la desaparición forzada reclamaron una vez más verdad, justicia, memoria, reparación y garantías de no repetición.

Recordaron que el pleno del Congreso Nacional conoce una propuesta de ley integral para reparar las víctimas de la Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por el Pentágono, el Comando Sur y la CIA a través de la embajada estadounidense en Tegucigalpa.

Subrayaron que la desaparición forzada fue una política pública de Honduras y de los Estados Unidos contra luchadores sociales, defensores del territorio nacional y organizaciones de resistencia insurreccional al modelo de ocupación de Honduras como base de agresión regional.

Aquella práctica, dijo el Cofadeh durante su plantón, no es equiparable con los actuales secuestros del crimen organizado – maras, carteles reciclados de narcotráfico y clicas privadas en disputa por negocios, mercado y territorio – .

Comprendemos, dice el Comité, la necesidad de las estructuras sobrevivientes del capo máximo condenado a 50 años de prisión en Brooklyn, por suavizar el impacto de la condena, y también la urgencia de otros grupos de crimen organizado por golpear la imagen del gobierno actual y del partido Libre, con el propósito de retomar el control del Estado.

Sentimos el dolor de las familias de migrantes que se lanzan, muchas veces sin informar a su entorno, perdiéndose en el camino en manos de estructuras del crimen organizado transnacional.

Sentimos la pena, igualmente, de grupos de personas rehenes de “bandas criminales” – como en Baracoa y Tela –, desde donde se alimenta una tendencia culpabilizante hacia el gobierno por grupos rivales.

El Cofadeh observa en su plantón del viernes que son los mismos sectores que integraron la APROH en 1980, entre ellos partidos políticos de derecha, bancos, medios de desinformación, embajadas imperiales y grupos civiles mercenarios, que están empujando el concepto de desaparecidos para encubrir las estructuras criminales y golpear al gobierno.

Durante el golpismo, el Cofadeh documentó numerosas desapariciones de personas opuestas a la dictadura corrupta y narca, con características y patrones de sistematicidad e intencionalidad entre 2009 y 2021, que implicaban a funcionarios activos de la policía y el ejército.

En aquel momento la fusión del funcionario y el miembro del crimen organizado era única e indivisible, como lo confirma la lista de altos oficiales de las Fuerzas Armadas impunes por facilitar las operaciones de JOH, y de oficiales de policía extraditados que están pasando uno a uno por cortes federales de Estados Unidos.

En el presente, enfatiza el Cofadeh, nos negamos a aceptar la existencia de un patrón estatal y mucho menos gubernamental que implique participación activa en desapariciones y muertes violentas de personas.

Al contrario, es evidente la tendencia a imponer sanciones unilaterales y chantajes a Honduras desde la Cámara de Representantes de Estados Unidos y el Departamento de Estado, basándose en temas de migración, relaciones comerciales, proyectos de infraestructura, transparencia y libertad de expresión, so pretexto del avance del socialismo en Centroamérica y las líneas del Foro de São Paulo.

Como lo hizo a lo largo de su historia, el COFADEH llamó el viernes a los actores políticos de derecha y extrema derecha a no ocultarse detrás de los secuestros y muertes del crimen organizado para impulsar sus agendas electorales.

Dijo en la plaza que ni el miedo ni la mentira tendrán éxito con el pueblo de Honduras, porque en los últimos 15 años, a pesar del poder imperial de la avenida Los Próceres, cuando decide saltarse las trancas lo hace, aunque le pongan enfrente los crucifijos, los tanques y los medios.

Buenas noches