Texto y Fotos: Sandra Rodríguez
Tegucigalpa. – Mientras Juan Orlando Hernández “JOH”, juraba sobre una biblia, “Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes”, para continuar ilegalmente en su cargo como presidente de Honduras, a escasos cinco kilómetros, las fuerzas represoras del Estado atacaban a la población que se manifestaba en su contra, el sábado anterior.
En el discurso de JOH resaltó popularmente la frase “¡Los quiero mucho a todos los que están aquí y los que están allá en Honduras!”. No era falso el hecho de que había dos Honduras, la que estaba dentro del Estadio Nacional, casi vacío, rindiéndole honores a Hernández, y la que aglomeró a miles de defensores de la patria en el sector de plaza Miraflores (zona oriente de Tegucigalpa), cuya idea era llegar hasta el lugar de la toma de posesión y repudiar una vez más la traición a la Patria.
El 27 de enero era la cita, a las ocho de la mañana inició la movilización pacífica, los y las manifestantes llegaron de diferentes partes del país, armados de dignidad y valentía, con banderas políticas de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, que representa Salvador Nasralla, por lo que, entre consignas exigían que se respete la decisión popular ejercida en las urnas mediante el voto, justo dos meses, que lo dio por ganador.
Después de 60 días de movilizaciones sociales, más de un millar de detenidos, y al menos 36 asesinatos políticos -según registro del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH)- los ánimos no han decaído, pese a que casi siempre las cortinas de humo del gas pimienta y las ráfagas de fuego, intentan obstaculizar la visión y el paso de los y las protestantes.
La multitud apenas había avanzado unos cien metros, entró a uno de los pasos a desnivel que ha construido el reelecto alcalde Nasry Asfura, donde antes estaba el “Trans 450”, obra que nunca cumplió su función y construida en la administración edilicia de Ricardo Álvarez, ambos afines a Hernández, este último designado presidencial. Mientras en la superficie, un contingente de policía-militar y agentes del Comando de Operaciones Cobra, salía de las calles aledañas atravesándose en la salida del túnel y disparar contra la gente.
Quienes encabezaban la manifestación nunca salieron al otro lado, una nube de gases lacrimógenos les cerró el paso, creando caos y confusión, pérdida de vista y equilibrio, la policía militar disparó contra miles de hondureños y hondureñas que estaban en su derecho de protestas social y pacífica.
Un grupo logró continuar por una ruta alterna con los dirigentes políticos Manuel Zelaya Rosales y Nasralla. Pero otro grupo en su mayoría jóvenes que le apuestan al cambio de esta Honduras se quedó enfrentado a la policía y ejército.
La creatividad en la lucha social permitió a la juventud llevar escudos, de piezas de barriles de hierro decorados con mensajes como “Berta Vive” o “Fuera JOH”. Mientras otros se protegían con mascarillas antigases, paños con vinagre o cascos. Allá, en el Estadio Nacional seguía el programa protocolario, predominando el color azul, eran banderas del Partido Nacional.
Los ataques de la policía-militar alcanzaron al fotoperiodista Orlando Sierra de la Agencia Francesa de Prensa (AFP), así mismo a Wilfredo Méndez, director del Centro de Investigación y Promoción de Derechos Humanos (CIPRODEH) quien les solicitó que detuvieran la represión, y estos lanzaron gases muy cerca de él y del defensor de derechos humanos Tomás Andino.
-Cabe señalar que, una semana antes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) expresaron profunda preocupación ante las amenazas y hostigamientos contra defensoras y defensores de derechos humanos, periodistas y medios de comunicación, en el contexto postelectoral, instando al Estado de Honduras a adoptar medidas que garanticen un entorno seguro para que puedan realizar libremente su labor. En esos días también fue impactado por una bomba militar el periodista de Hispan Tv, Dassaev Aguilar, al inicio del Paro Nacional, convocado por la Alianza de Oposición-.
Mientras la ceremonia de ilegal toma de posesión continuaba su agenda, en medio de representantes diplomáticos y militares, ningún otro presidente del mundo asistió a la acompañar a Hernández, y sus adeptos al final de los actos, se pelearon por una merienda. Estas escenas ya no fueron trasmitidas por los medios de comunicación que se habían anclado a una cadena nacional, desde el escenario deportivo.
Pero los de allá, los del pueblo, a nivel nacional no peleaban por un tiempo de comida, afirmaron que luchaban y seguirán luchando por la libertad de Honduras, pese a los ataques a las represiones, a los golpes que deja la clase política, empresarial, las marcas de los toletes policiales y militares, las heridas de las balas, el temor y la incertidumbre de lo que se viene en cuatro años más con promesas sin cumplir sobre la creación de empleos, seguridad, educación y salud.
Ese sábado dejó a compatriotas privados de libertad en ciudades como Tegucigalpa, Comayagüela, Danlí, Ocotepeque, San Pedro Sula, Comayagua, aunque el COFADEH recibió denuncias y a través de sus redes de defensores y defensoras de derechos humanos dio acompañamientos en otros sectores agredidos por la policía-militar.
Una noche antes la Alianza de Oposición realizó una caravana vehicular por Tegucigalpa y Comayagüela, que se extendió por unas cinco horas, en algunas colonias como la San Miguel, Hato de En medio, Villa Nueva y la Kennedy, la policía-militar reprimió a la ciudadanía con gases lacrimógenos y disparos, que dejó golpeados y heridos de bala.
El 26 de noviembre del 2017, el pueblo salió masivamente a las urnas, según la tendencia irreversible del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el ganador era Salvador Nasralla, de la Alianza de Oposición contra la Dictadura. Ese resultado fue reconocido por el líder del histórico Partido Liberal, Luis Zelaya, y que ha pasado a ser la tercera fuerza política, después del golpe de Estado del 2009. Pero 72 horas después, luego de “haberse caído” el sistema de cómputo, el TSE a través de su magistrado presidente David Matamoros Batson, informó que JOH tomaba ventaja, y lo ratificó el domingo 17 de diciembre.
Informes de misiones de observación internacional (MOE) expresaron su reserva de opinión, ante las irregularidades en el proceso de cómputo, conteo de actas, insulso la MOE de la Organización de Estados Americanos (OEA), sugirió un nuevo conteo o repetir elecciones. Pero, Juan Orlando se impuso en la presidencia, pese a no gozar de la simpatía del pueblo que grita en las calles, escribe en las paredes y se hace sentir en cualquier espacio “fuera JOH”.