Tegucigalpa.- Familiares de víctimas y sobrevivientes centroamericanos de la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional en Honduras, así como destacados defensores de derechos humanos de Argentina y Paraguay, visitaron el Museo contra el Olvido.
Ubicado en el valle de Amarateca, jurisdicción del Distrito Central, departamento de Francisco Morazán, el Museo contra el Olvido es un espacio para fomentar la memoria histórica y la defensa de los derechos humanos en Honduras, así como un espacio de reflexión que contribuye a la reconciliación nacional, la justicia social y la prevención de violaciones a los derechos humanos en el país.
A través del Museo Contra el Olvido, el COFADEH ha rescatado una propiedad en Amarateca, que fue utilizada como centro de tortura durante la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional en la década de los ochenta.
“Para mí todos los sitios de memoria son una fuente de energía muy potente y de reconocimiento de las vejaciones también, y de este sitio en particular que vivieron nuestros seres queridos”, señaló Amanda Libertad Castro.
Amanda es hija de Jorge Enrique Jiménez Argueta quien fuera detenido y desaparecido a inicios de los 80 en Honduras; ella a penas tenía ocho meses de nacida.
Seis meses después de lo sucedido a su padre, su madre, Lizbeth Carminda Castro Sánchez, es desaparecida en El Salvador, por lo que fue creada por sus abuelos maternos.
“Me parece un acierto más de COFADEH retomar esto y convertirlo en un sitio de memoria, precisamente, como su nombre lo enuncia, para no olvidar, para que los y las hondureñas no olviden, pero no solo ellos, sino toda la gente de la región y de otros países del mundo, precisamente para que no se repita”, sostuvo Castro.
Indicó, además, que el Museo contra el Olvido es un territorio importante para visitar y, además, un lugar que te va recorriendo desde los cuartos y toda la ideología y los pasajes del terror, el dolor físico y emocional, de esos dolores brutales; y que también hay mucho espacio como para seguir haciendo investigación y para edificar ,cómo está ese monumento allá arriba en la Montañita.
Para Rafael Méndez Castro, de origen costarricense y sobreviviente de esa tenebrosa época en el país, “visitar este sitio tan emblemático, que si bien nos trae dolorosos recuerdos, podemos hoy en una coyuntura diferente valorarla y verlo como parte de los dolores de ese parto que Honduras y nuestra América ha sufrido por un mundo nuevo”.
Indicó, además, que haber conocido este lugar no puede dejar de recordar y de señalar el sufrimiento, que todavía perdura en muchas familias, en muchas personas, por las cosas que aquí pasaron, pero que debemos recordarlas para que nos sirva eso para nunca más permitir que estos hechos se repitan.
Dijo que es un bello lugar para que haya ocurrido una tragedia tan vasta, tan grande como esta que hoy rememoramos.
Asimismo manifestó la importancia de estos sitios para escribir esta historia y que sea enseñada en las aulas, en los hogares y por todo el mundo, no solamente en nuestra América, sino en todo el mundo, porque debemos conocerla para saber el camino que no debemos seguir, para no repetir lo que ha sido un error de la humanidad.
“Es valiosísimo lo que hace COFADEH y lo que hace en general el gobierno hondureño en este momento. Considero que está señalándonos un rumbo que todavía muchos países no lo han visto o los gobernantes no lo han visto, no lo quieren ver”.
“Es un lugar de enorme tristeza, pero también de un gran valor simbólico”, señaló Federico Tatter, secretario de Relaciones Internacionales de Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Desaparecidos (FEDEFAM).
Manifestó que aquí han muerto muchas luchadoras y muchos luchadores hondureños por la libertad, y centroamericanos, que han luchado también por la libertad de Honduras y de Centroamérica.
El ex Secretario de Derechos Humanos de Argentina, Horacio Pietra Galla, también visitó el Museo contra el Olvido, y manifestó que cuando uno recorre estos espacios no deja de asombrar la similitud de los esquemas que usaban las fuerzas represivas y la logística que usaban para reprimir a los compañeros, para sacarle información, para torturarlos, para asesinarlos, para desaparecerlos.
“Pensar que hombres y mujeres pudieron recorrer estos lugares, y sufrir lo que sufrieron, la verdad que a uno siempre no nos deja de conmover”.
Para el ex Secretario de Derechos Humanos de Argentina es importantísimo que los hondureños “puedan pasar por estos espacios y que conozcan qué es lo que sucedió acá”.