Tegucigalpa.- Rinel Ecliserio Argueta Oliva tenía 38 años cuando agentes de la unidad Toma Integral Gubernamental de Respuesta Especial de Seguridad (TIGRES), asignadas en el municipio de San Estebán, Olancho, le quitaron la vida en el desvío que va hacia la comunidad de Corral Viejo en esa jurisdicción.
El hecho ocurrió el 21 de junio de 2020 a eso de la 1:45 de la madrugada, cuando la víctima se conducía en un vehículo marca Toyota Hilux, color gris, tipo paila, placa PDK 3950, a trabajar a una de las propiedades que administraba.
En el expediente se relata que los policías montaban un operativo, y al no detenerse la víctima, los agentes dispararon, quitándole la vida de forma inmediata. La familia no cree tal versión, porque en una cámara de un negocio del lugar se ve pasar a la patrulla y minutos después se ve que va Rinel, lapso que no da para montar un operativo como mencionan las autoridades policiales.
Desde que ocurrió el hecho la familia de Rinel Argueta Oliva denunció el asesinato y comenzó a exigir castigo para todos los involucrados en este crimen.
Rinel Argueta administraba tres propiedades de un amigo que reside en el extranjero, estaba casado y era padre de un niño de 6 años y estaba muy feliz porque su esposa tenía seis meses de embarazo e iban a tener una niña.
“Es un dolor que no se puede explicar” expresó Karla Martínez, esposa de Rinel Argueta.
Karla y Rinel se conocieron desde muy pequeño, fueron a la misma escuela y al mismo colegio. Ella obtuvo su título secundario y él no, debido a que decidió marcharse a España donde vivió por cerca de diez año. Al regresar de España se casan en el 2014.
Rinel era muy trabajador. Era humanitario, servicial y muy cariñoso con su hijo, relata Karla quien agrega que desde muy temprano se levantaba para ir a visitar las tres propiedades que estaba administrando.
“Lo primero que hacía al levantarse era orar. Luego se iba y cuando podía regresaba para llevar al niño al Kinder o para irlo a traer cuando salía de clases. Era muy apegado al niño, cuando podía lo llevaba con él a trabajar”.
Hemos sido gente, desde nuestros abuelos y nuestros padres, dedicada única y exclusivamente a trabajar, a generar para el país, a generar para nuestra familia, para nuestro pueblo, donde generamos trabajo y eso es lo que nos han inculcado, el trabajo y la honestidad en la familia”, comentó Adrián Argueta, hermano de Rinel.
Indicó que dedicarse al trabajo y a convivir con las amistades y el pueblo, y que las autoridades le quiten la vida a un ser querido, impacta grandemente.
Se cumplieron nueve meses del crimen de Rinel Argueta y para Karla cada día que pasa se vuelven más difíciles y aún no encuentra respuestas porque los agentes de seguridad la dejaron viuda y a sus hijos huérfanos, al asesinar a su esposo.
“Me paso pensando, buscando una explicación de lo sucedido y no la encuentro”, narra Karla, mientras de sus ojos se deslizan las lágrimas por el dolor que aún siente por la pérdida de su esposo y el padre de sus hijos.
“Aún no asimilo lo que sucedió, fue un golpe duro”, sigue expresando la esposa de Rinel mientras está sentada en un sillón de la sala de su casa.
A Karla drásticamente le ha cambiado la vida, ha tenido que dejar su casa e irse a vivir con sus padres por la seguridad y el bienestar de ella y de sus hijos, porque desde ese 21 de junio de 2020 el miedo se ha apoderado de ella.
“Al regresar a la casa de mis padres me ha hecho sentir más tranquila y protegida. Aún me da temor a salir, porque mi gran temor es que le vaya a pasar algo a mi hijo”, confiesa.
Los encausados por el crimen de Rinel Argueta son Elmer Alexander Castellanos Castillo, Melvin Josué Murillo Gonzales, Ruperto Antonio Rodríguez Zelaya, Alex Manrique Andara Vallecillo, agentes asignados a la Policía Nacional y al escuadrón de élite de la Tropa de Inteligencia y Grupo de Respuesta Especial de Seguridad (Tigres).
Pese a que se encontraban más agentes policiales en el lugar de los hechos, el Ministerio Público solo formalizó acusación contra cuatro de ellos, porque se presentaron voluntariamente a las oficinas de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) manifestando que ellos habían disparado, pero ninguno de ellos dijo haber disparado contra la humanidad del hoy occiso.
En el supuesto retén policial estaban los agentes policiales, José Amílcar Corea Mendoza, Julio César Castellano Zúniga, Kilver Miguel Fúnez Gonzales, Elmer Alexis Castellano Castillo, Melvin Josué Murillo Gonzales, Ruperto Antonio Rodríguez, Alexis Manrique Andara Vallecillo, en compañía también de otros agentes policiales, se expresa en la acusación que presentó el Ministerio Público.
Los familiares de Rinel han expresado que éste no tenía problemas con nadie, y que el único problema que tuvo fue con la policía una semana antes de su muerte por una pistola, donde les tuvo que pagar cinco mil lempiras para que no se la decomisaran.
“Exijo que se haga justicia. No es justo solo porque sean autoridad hagan los atropellos contra las personas que se dedican a trabajar. Deben ser castigados todos, no solo los cuatro que están acusados”, demandó Karla Martínez.
Misma demanda hace Adrián Argueta, hermano de Rinel. “Nosotros siempre hemos exigido justicia y esperamos que se haga y de hecho si alguien cree que se va escapar de la justicia terrenal, le digo que de la justicia divina no se va a escapar, porque Dios todo lo mira y todo lo sabe”.
“Para nosotros como familia ha sido terrible, perder a un familiar en las circunstancias que lo perdimos, no es fácil para ninguna persona que tenga corazón, que tenga sentimientos”, confiesa Adrián.
Para la familia de Rinel ha sido doloroso porque los que se suponen nos deberían dar seguridad, les quitó un ser querido y es algo que les ha dolido mucho.
“En la familia general ha dejado un impacto negativo y esto lo desanima a uno, solo Dios con su poder le da la fuerza para seguir trabajando, pero si impacta que la autoridades le vengan a hacer esto a uno”.
Para los días 27, 28 y 29 de abril está programado el juicio oral y público contra los cuatro agentes policiales acusado del crimen de Rinel, y Adrián Argueta espera que la conciencia les toque el corazón y pueda hablar y decir quiénes son los responsable de haberle cegado la vida a su hermano.
La causa contra estos agentes policiales la lleva el fiscal Randy Estrada y el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), quien se constituyó como acusador privado en representación de la familia de Rinel Argueta.
Durante el juicio se evacuaran pruebas periciales, testificales y documentales. Y también se realizará una reconstrucción de los hechos, el que arrojará la información de que fue lo que pasó aquel 21 de junio de 2020 en el desvío a la comunidad de Corral Viejo, jurisdicción de San Esteban.
“En cuanto a los muchachos que están ahí, está en la conciencia de ellos, si ellos se consideran culpables o no declaran que las otras personas participaron, entonces allá de ellos, con Dios van a recibir lo que siembran”, manifestó Adrián.
En este proceso de demanda de justicia, Cofadeh ha sido y gran apoyo, señaló Adrián, quien espera que los señalados por el crimen de su hermano sean castigados en el juicio que está pronto por desarrollarse en los Tribunales de Justicia de Juticalpa.
“Espero justicia y que opere en la mente de cada uno de las personas que estamos involucrados el poder de Dios para que los ilumine para que se haga justicia”, expresó Adrián.