Extradición y la Dignidad Nacional

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Tegucigalpa, Honduras. – Hace 34 años se dio una extradición que marcó abiertamente la injerencia militar del gobierno de los Estados Unidos. Ramón Matta Ballesteros fue arrancado de su patria el 5 de abril de 1988 para nunca más volver.

Tres días después, el 7 de abril fue declarado Día de la Dignidad Nacional. Una multitud de manifestantes contra la invasión estadounidense se mantenía en las calles capitalinas, rodeando los cercos militares, las bombas lacrimógenas y el estado de sitio, impuesto durante el gobierno del liberal José Azcona y el General de Brigada Humberto Regalado Hernández en las Fuerzas Armadas.

En la actualidad se espera la extradición del narco dictador Juan Orlando Hernández, solicitado por la Corte Sur de Nueva York acusado por los delitos de tráfico de drogas y armas.

Aunque ambos casos coinciden en el tema de narcotráfico y extradición, son incomparables, explicó Berta Oliva, coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) e histórica defensora de derechos humanos.

En el caso de Ramón Matta no había ningún tratado de extradición, fue un abuso militar, quizá lo sentimos así porque era el primer caso y fue un acto de secuestro, eso motivó a las fuerzas pensantes del país, fuerzas sociales y especialmente la juventud universitaria a reaccionar y rechazar la acción cometida por la intervención y la violación a la soberanía de parte del imperio norteamericano, explicó Oliva.

Bertha Oliva | Foto: Giorgio Trucchi
Bertha Oliva | Foto: Giorgio Trucchi

La extradición de Matta fue como el principio y la reafirmación que Honduras estaba siendo controlada por la política de los Estados Unidos, para ese entonces ya pesaba la base militar de Palmerola (Comayagua) que fue la primera ofensa grotesca y aún continúa.

En 1988 la condena y repudio por la violación a la soberanía, también había gente perversa que exacerbó el ánimo especialmente dela comunidad estudiantil para traerlos en un acto de civismo. Oliva dijo que los fundadores de la Asociación para el progreso de Honduras (APROH), jugaban un papel importante en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), entre ellos en entonces rector Oswaldo Ramos Soto, quien hizo que la fuerza llegara más allá de lo que estudiantes y sociedad tenían contemplado.

En el llamado inicial a que el pueblo se manifestara era en el Congreso Nacional, de allí se movilizaron a las Embajada de los Estados Unidos de América. No es que estuviera mal -aclaró la defensora- era un acto de reivindicación, pero hubo la provocación del incendio y las fuerzas represoras sabían a quién capturar y desaparecer.

  • El 19 abril de 1988, en el centro de Tegucigalpa, fue detenido desaparecido el líder estudiantil Roger González, señalado como uno de los participantes en el incendio de la Embajada Americana el 7 de abril, hecho en el que también se mencionó el asesinato de cuatro personas (dos eran estudiantes de la Escuela Superior del Profesorado)-

Roger Gonzalez1En la actualidad, el acto de captura por pedido de extradición en el caso del ex dictador, provocó que faltara poco por hacer un festival entre el pueblo, porque se estaba cumpliendo con un deseo. De lo contrario la gente sabía que iba a costar mucho iniciar un proceso de justicia en Honduras, continuó Oliva.

En aquel momento la gente se indignó y salió a protestar por el acto cometido de agresión de las fuerzas estadounidenses y el imperio norteamericano; ahora casi que sale a celebrar por el pedido en extradición a un dictador que hizo tanto daño en el país, aunque la motivación de las acciones es la misma, el narcotráfico.

Oliva expresó que, “a mí me preocupa porque tiene que ser una instancia como es Estados Unidos, el que toma la decisión de llevárselo, porque en Honduras no le alcanzaría la justicia por los niveles de impunidad, corrupción y control que él tiene en el sistema de justicia de nuestro país”.

Estos hechos confrontan a la defensora, porque de nueva cuenta Honduras es vista ante el mundo porque quien gobernó por 12 años – ocho años en la presidencia ejecutiva y cuatro en la presidencia del Congreso Nacional- es un narcotraficante, que expone al país con mayor miseria económica, altos niveles de vulnerabilidad e inseguridad por la operación del crimen organizado y narcotráfico.

Honduras está siendo vista con buenos lentes a la expectativa de cuándo se va a poder levantar. En el caso de COFADEH es importante ya que desde hace 40 años trabaja en la búsqueda de verdad, justicia y contra la impunidad.

Juan Orlando Hernández, fue pedido en extradición horas después de haber tomado posesión presidencial Xiomara Castro, el 27 de enero de 2022. La información fue pública el 14 de febrero y privado de libertad el siguiente día. Desde entonces permanece en el Cuartel policial COBRA, esperando la extradicción a EUA.

“No nos ponemos alegres, son momentos para que reflexionemos sobre el destino, la suerte y el futuro de Honduras, creemos que vendrán momentos muchos más difíciles, agarrar un país en ruinas, con niveles de impunidad y falta de credibilidad, además con las estructuras que han operado y que sus tentáculos siguen en el país”.

A consideración de Berta Oliva, “nos aguarda una situación de inestabilidad, inseguridad y pobreza, porque la estructura no es estar en una casa. Para que cambien las cosas en poco tiempo, el país necesita del esfuerzo de toda la población, ver con serenidad, coraje y empuje que el caso amerita”.

Por 12 años consecutivos la escuela fue la corrupción, la gente cree que alguien corrupto tiene mayor estatus social, ya que es quien tenía poder y control, quien miraba de arriba hacia abajo al pueblo que hundía en mayor miseria.

“Es momento de recobrar la dignidad en toda su dimensión para todos y todas las hondureñas”, Berta Oliva, coordinadora general del COFADEH.