Tegucigalpa.
Por Marvin Palacios
Comunidades del Valle de Siria al noreste de esta capital, que en el pasado sufrieron enfermedades, contaminación, deforestación y graves daños ambientales, rechazan la pretensión de que se ejecute un proyecto geotérmico que sería desarrollado por una empresa de capital israelí.
Se trata de la empresa Ormat Technologies que tiene su casa matríz en Reno, Nevada, Estados Unidos, la que ejecutaría dicho proyecto en cercanías donde operó en el pasado, la compañía “Entremares”, subsidiaria de GoldCorp (de capital canadiense) que extrajo minerales a cielo abierto durante casi una década en la región.
A principios de este año Ormat Technologies anunció que desarrollará también otro proyecto geotérmico en Platanares, municipio de la Unión en el departamento de Copán, lo que representa el primer proyecto de su clase desarrollado en Honduras.
En 2013, Ormat firmó un contrato de construcción, operación y transferencia para el proyecto geotérmico “Geotérmica Platanares” en Honduras con ELCOSA, una empresa privada de energía hondureña, por aproximadamente 15 años desde la fecha de operación comercial. En diciembre de 2015, Ormat concluyó la actividad de perforación, así como pruebas extensivas que apoyan la decisión de construir un proyecto de 35 megawatios, que es más grande de lo inicialmente estimado.
“Geotérmica Platanares” venderá su energía, principalmente bajo contratos de compra de energía de 30 años con la Empresa Nacional de Energía Eléctrica de Honduras (ENEE). El proyecto espera alcanzar la operación comercial para fines de 2017 y generará ingresos anuales promedio de aproximadamente $ 33 millones.
El proyecto geotérmico de Platanares que contempla la generación de 35 megawatios, está regulado por la Ley de Promoción de la Generación de Energía Eléctrica a partir de Recursos Renovables, promulgada en 2007. En virtud de esta ley, el proyecto puede beneficiarse de una exención del impuesto sobre la renta durante los primeros 10 años de operación.
La empresa es propietaria, opera, diseña, fabrica y comercializa plantas de energía geotérmica y REG basadas principalmente en el Ormat Energy Converter, una unidad de generación de energía que convierte el calor de baja, media y alta temperatura en electricidad. Con 69 patentes estadounidenses, Ormat tiene presencia en Guatemala, Estados Unidos, Kenya y ahora en Honduras.
El Secretario del Comité Ambientalista del Valle de Siria (CAVS), Carlos Amador, denunció que la empresa Ormat, estaría operando un proyecto de energía geotérmica, aprovechando la presión del vapor de las aguas termales del Valle de Siria para generar unos 15 megawatios de energía.
“Estamos de nueva cuenta en una crisis porque el estado le entregó en concesión a un árabe (cuyo nombre no fue revelado) las aguas termales en el Valle de Siria, y las aguas termales son aguas comunitarias, son de uso colectivo que por décadas la gente las ha utilizado para cuestiones tradicionales de ellos”, explicó Amador.
Se pretende desarrollar proyectos sin consulta previa a las comunidades
Y ahora nos cae la sorpresa que el estado, da las aguas, para que se haga todo un estudio de factibilidad y luego la ponga al mejor postor con recursos del pueblo, entonces la gente está con la oreja levantada y esto sin duda alguna va a generar otra crisis peor que lo de GoldCorp fue en el Valle de Siria, porque justamente de las aguas termales es de donde se desprenden varias quebradas que sirven de alivio para la ganadería y para la pequeña agricultura, y si eso se consumara, estaríamos pues quedando en cero el sistema de lluvias en el valle de Siria y completamente muertos porque no habría agua, advirtió el ambientalista.
“El problema aquí es que a las comunidades les han dicho que al instalar la planta geotérmica, van a tener luz eléctrica más cómoda, lo cual es mentira, vamos a generar empleo, mentira, vamos a tener un sistema de interconexión de energía limpia, mentira, porque las empresas geotérmicas generan cambios en el suelo, en el aire y hay un cambio total en el sector; pero se está vendiendo el discurso que ellos son amigables con el ambiente”, subrayó Amador.
Y aquí queremos denunciar públicamente que diputados en el Congreso Nacional aprobaron esta concesión sin importarles de dónde se abastece de agua el Valle de Siria y la dieron sin estudio de impacto ambiental y sin consultarle a las comunidades a través de los cabildos abiertos, sostuvo el dirigente del Comité Ambientalista del Valle de Siria.
En marzo de 2015, la Coalición Nacional de Redes y Organizaciones Ambientales (CONROA) y el Comité Ambientalista del Valle de Siria (CAVS), denunciaron sobre la intención de la alcaldía de San Ignacio, en el departamento de Francisco Morazán, de construir un proyecto turístico al que denominaron Conservación del Nacimiento de Aguas Termales del sitio Los Hervideros para el Desarrollo Eco-Turístico en San Ignacio.
El proyecto estaba contemplado dentro de otro gran proyecto denominado “Modernización del sector Forestal (ICF-MOSEF)” y se trata de un programa implementado con fondos del gobierno de Honduras con el apoyo financiero y técnico de la Unión Europea (UE) quien aporta un monto superior a los 500 millones de Lempiras. Solamente como primer desembolso para la actividad de las aguas termales y otro par de acciones, el proyecto ICF-MOSED aportó unos 26 millones de Lempiras.
En aquella ocasión la Coalición Nacional de Redes y Organizaciones Ambientales (CONROA) y el Comité Ambientalista del Valle de Siria expusieron en un comunicado, que la alcaldía de San Ignacio, conjuntamente con la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas y una organización no gubernamental, habían estado presionando fuertemente a las organizaciones comunitarias y a la población para que aceptaran la implementación del proyecto turístico, pero sin explicar los beneficios para las comunidades o lo que se pretendía hacer con las aguas termales.
Las organizaciones ambientalistas igualmente expresaron su preocupación debido a que ya se estaban haciendo trabajos de medición para la construcción del proyecto turístico, sin que las comunidades hayan tenido respuestas sobre el acceso a las aguas termales , la propiedad y el manejo de las aguas de consumo y riego, así como la administración del proyecto o el virtual involucramiento de la empresa Entremares, ahora denominada Fundación San Martín, expresaron los denunciantes en la denuncia expuesta en marzo del año pasado.
Al respecto la promotora de salud y ambientalista Olga Velásquez, dijo recientemente a www.defensoresenlinea.com que se han opuesto a dicho proyecto porque las aguas termales han sido consideradas un patrimonio nacional y no puede un alcalde, por la ambición económica, pretender privatizarlas, cuando las mismas han sido de beneficio para las comunidades en temas como la recreación y con acceso libre y gratuito.
La defensora de derechos humanos explicó que al final se desistió de echar a andar el aparente proyecto turístico con las aguas termales, “pero tenemos problemas porque nos quieren montar una geotérmica dentro de esa misma área”.