El llamado Consejo hondureño de empresarios privados, que agrupa células acostumbradas a expoliar la fuerza de los trabajadores, asumió desde enero 2022 una posición contra el gobierno de transición que encabeza Xiomara Castro.
Con técnicas de chantaje, buscando espacios de negociación y privilegios, los calladitos de los 14 años de la dictadura criminal alzaron de pronto sus vozarras a favor del empleo, la inversión, la democracia y la libertad.
Comprometidos la mayoría de sus miembros con el régimen de la banda de Los Hernández, este Cohep del que hablamos levantó sus barricadas contra la amnistía, la derogación del trabajo libreado, la supresión de las zonas de desempleo y desarrollo de capitales especulativos, y el impulso de la justicia tributaria.
Igual que los mineros transnacionales, los comerciantes agiotistas que se declaran gringueros de corazón, están saboteando la transición del modelo narco hacia el Estado democrático de Derecho desde enero 2021, y no paran.
Cada vez más alineados a los libertarios, corriente de ultra capitalistas devotos de los carteles violentos del norte de México, los cristianos fundamentalistas evasores de impuestos en Honduras, buscan asegurarse el poder en nombre de la Libertad como Javier Milei en Argentina.
A esta caterva de excéntricos como Milei, solitario clonador de perros que sueña reencarnarse en su patudo Conan, le aplauden el chafa supremacista brasileño Jaír Bolsonaro, sujeto a juicio por golpista, y también esa doña católica corrupta, ex primera dama de Guatemala, aliada de militares lesbofóbicos, evangélicos pisteros y sectores violentos, que intenta retener el poder en GuateMaya, para continuar sirviendo al crimen organizado.
En Honduras, además de la mafia empresarial evasora de impuestos, se erigen como extraños opositores unos militares golpistas encabezados por un general robacarros, una doña falsificadora de firmas condueña del cartel mediático, más una cúpula azul dopada por el cartel de Lempira, y ese arlequín empolvado del histrionismo local.
Declaran ser un Bloque Ciudadano anti gobierno, pero son una mocheta partidaria de efímera motivación electoral. Se juntan en realidad para atacar la instalación de la CICIH, para impedir la elección de los fiscales del Ministerio Público, para detener la ola de la justicia tributaria y atacar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional alcanzado por Xiomara.
Ninguno de estos extraños opositores rinde cuentas todavía al sistema judicial hondureño por sus delitos de represión, violación de derechos humanos, ruptura constitucional, tráfico de drogas, lavado de activos, venta de la soberanía nacional y traición a la Patria. Toda esta caterva ni siquiera tiene la discreción obligada del goriletti, que se esconde en su refugio en El Progreso para evitar el debate carcelario.
Si tuviéramos que hallar una imagen de potrero para ilustrar el momento actual del país esa sería la de los coyotes.
Los coyotes andan sueltos buscando un nuevo líder de la manada, que reemplace al macho alfa que encadenado espera prisión perpetua en Nueva York por sus crímenes contra Honduras. Sin ese líder que complazca la mafia mediática, financiera y narcótica, estos extraños seres atacan como perros rabiosos a la población con disfraces de ciudadanía y de apoliticidad, tratando de retomar el guayabal para alimentar sus egos y sus bolsas, creyendo que la gente de Honduras todavía está apendejada.
Con un discurso de odio hacia las diversidades de género e identidades sexuales, podrán reunir cristianoides en las calles; sumar veteranos de guerras nunca realizadas, unir empresas mercenarias de tvcacá o contabilizar organizaciones del lobby Soros contra la transición democrática, pero no podrán con el pueblo de las resistencias sociales, políticas y culturales nacidas del huracán, del golpe y de los fraudes. El pueblo de Morazán.
Nosotros, como un programa radial público, Voces contra el Olvido, que representa la opinión de una organización de defensa y promoción de derechos humanos, nos posicionamos contra el Bloque Cupular de los políticos fracasados de Honduras, que intentan crear condiciones de retorno al crimen organizado a fin de quebrar nuevamente las instituciones públicas.
Un retorno al Estado de las estructuras criminales a través de la ambición sin límites del ex designado presidencial Salvador Nasrrala, vengativo hombre migrante caracterizado por su desorden político, financiero y administrativo, sería la causa de nuevas e interminables caravanas hacia el país más amurallado del planeta sobre la frontera norte de México.
Un Milei, un personaje de Shakespeare o un científico loco sería la continuación de la Honduras sumisa al miedo, al empobrecimiento y la violencia. No queremos eso.
Si Honduras permite la cancha a estos grupos dispersos de extraños portavoces del crimen organizado de élite, las relaciones de pesos y contrapesos romperían los escenarios de democracia participativa y democracia representativa.
Honduras necesita una oposición seria, organizada y con propuesta, NO necesita esas bandas de delincuentes tramitadores de poder que están lejos de ser siquiera un asomo interpartidario.
El país avanza a pesar de ellos, les guste o no. Avanza hacia la reparación integral de las víctimas, a la compensación de las familias empobrecidas, al respeto de los pueblos originarios dueños del territorio, y avanza hacia la dignificación total del gentilicio hondureño enmierdado por estos canallas de ayer y de anteayer.
Con el triunfo de Semilla el próximo domingo en Guatemala, la región centroamericana fortalecerá una sola voz en las Américas y en el mundo, y podrá construir doble opción en los organismos del consenso de Washington y en los BRICS, con Dilma Russef a la cabeza, y con China y Brasil como nuestros aliados.
De la mano de Washington y Pekín, de Bruselas a Nueva Delhi, de la CELAC a la Unión de Países descolonizados de África y hasta la Siberia, Honduras debe avanzar en esta línea con paso doble y firme para descolonizar su población, dominada por una elite bastarda, desnacionalizada e insensible que hoy nos lanza un grupo de payasos mal entrenados. Continuemos!
Buenas noches.
