Después de su participación la semana pasada en la asamblea de la ONU, la presidenta Xiomara Castro se desplazó a la ciudad fronteriza de McAllen, en Texas, para visitar los centros de detención de migrantes entre los cuales centenares de compatriotas sufren inseguridades, privaciones y desatención institucional.
La visita de la presidenta hondureña fue “timing” del ministerio de seguridad interior estadounidense, preocupado por la nueva emergencia migratoria en el Paso de las Águilas donde dos personas, incluido un niño de 3 años, murieron intentando cruzar el amurallado río Grande.
De urgencia, la gobernante instruyó ahí mismo la instalación de cuatro nuevos consulados empezando en Tampa y Phoenix, medida cuestionada de inmediato por la empresa privada nacional que sugiere en vez generar empleo para contener internamente las olas migratorias hacia el Norte.
¿Qué hay detrás de las nuevas migraciones masivas y qué esconde realmente este discurso necio del Cohep, que ahora finge ocuparse de las causas sociales para levantar discurso contra Xiomara?
La respuesta a la pregunta llegó esta misma semana en el comunicado oficial del Relator Especial de la ONU sobre el Cambio Climático, Ian Fry, quien recorrió Honduras de norte a sur para verificar la protección de los derechos humanos de las comunidades sufriendo el desequilibrio ambiental impuesto por el modelo económico capitalista.
«Sequías prolongadas, graves inundaciones por huracanes, erosión costera por el aumento del volumen de los océanos e inundaciones de zonas bajas están obligando a la gente a abandonar sus hogares y buscar medios de vida más sostenibles en otros países», afirmó Ian Fry, el Relator Especial de la ONU.
¿Y cuál es el modo de producción que ha devastado los medios de vida de la gente, obligándola a huir en grupos y en caravanas?
El comunicado oficial de la ONU también contiene la respuesta contundente al Cohep: la minería metálica y el saqueo del lecho de los ríos, las improvisadas represas hidroeléctricas, la deforestación y las agroindustrias a gran escala, como las plantaciones de palma africana, caña de azúcar, bananeras y plataneras.
¿Y quién custodia esas inversiones generadoras de empleo sucio que ama la gente del Cohep y que persigue a defensores de derechos ambientales? Guardias privados, personas armadas integrantes de organizaciones del crimen organizado. En la breve visita del Relator de la ONU tres personas defensoras fueron agredidas, Ramiro Lara en Copán, Miriam Miranda y otra dirigente garífuna en Colón.
¿Y qué recomienda el Relator Fry al respecto? «El gobierno debe hacer mucho más para proteger a las personas de los ataques de intereses empresariales, de policías corruptos y miembros de pandillas”; por ejemplo, derogar las leyes que permiten a los empresarios criminalizar y encarcelar a las personas defensoras del medio ambiente, porque sus comunidades viven con miedo y traumas psicológicos debido a la intimidación constante de esos sectores, afirmó el representante de Naciones Unidas.
¿Ajá, y entonces, ese es el empleo que hay que generar en Honduras en vez de los consulados anunciados por Xiomara para proteger a quienes huyen a través de la frontera sur de Estados Unidos? Eso ha sido darse con la piedra en los dientes.
Uno de los consejos de la ONU al gobierno hondureño es participar más activamente en las negociaciones internacionales en torno al fondo mundial de pérdidas y daños a las personas afectadas por los efectos del cambio climático. Una lucha fuerte por la justicia climática.
Este sistema de compensación por daños recae en los hombres y mujeres de negocios, en los países generadores de gases de efecto invernadero con industrias petroleras, químicas y grupos criminales contaminantes de ríos y océanos, destructores de la agricultura, única fuente de alimentación humana.
Lamentablemente, en los municipios de Tela y Cortés en el norte, así como en los municipios que bordean el golfo de Fonseca en el sur, el mar atlántico y pacífico muerden la tierra firme expulsando gente con el aumento de sus volúmenes de agua.
En Tela, la construcción de grandes campos hoteleras de ricos capitalinos y de San Pedro Sula, con rellenos de piedras sobre humedales y embarcaderos a diestra y siniestra, han ayudado al mar a entrar en las comunidades garífunas de los alrededores.
En el sur, la aldea Cedeño es víctima de esa combinación perversa de la industria frutera irracional, de la tala agresiva de los manglares por las granjas de camarones y el calentamiento del mar, que producen emigración masiva de sus habitantes. De ese empleo habla el Cohep, no jodan.
En junio de 2024, el Relator Especial presentará al Consejo de Derechos Humanos un informe exhaustivo con sus hallazgos en Honduras y con las recomendaciones para contener al menos la migración masiva que produce este modelo destructor que promueven los empresarios neoliberales hondureños, co-responsables del cambio climático del planeta.
Los grandes millonarios, encabezados por Jeff Bezos, Elon Musk de Tesla y SpaceX, más los inversionistas Larry Connor, Mark Pathy y Eytan Stibbe pueden pagar 55 millones de dólares cada uno por viajes exploratorios al espacio y asegurarse junto a otros ricos una base espacial única, especie de Arca de Noé, para escapar del infierno que le espera a la Tierra en los próximos años. ¿Pero los demás terrícolas?
Talvez el Cohep, promotor de empleos y riquezas, se asocia a los indios, chinos y rusos que son pioneros de la colonización del polo sur de la luna por sus condiciones habitables, y dejan ese discursito anticomunista que no asusta ni a los gringos de la avenida Los Próceres.
Pero no, eso es impensable. Ellos han preferido paralizar un mes las actividades del Congreso Nacional porfiando reunir los 86 votos que necesitan para elegir sus fiscales del Ministerio Público. Los nuevos fiscales de la vieja impunidad.
No han escuchado al jefe de la bancada del partido liberal, Mario Segura, llamar las cosas por su nombre. Nosotros los diputados no somos nadie, no representamos nada en el Congreso, ahí sólo somos mandaderos de los dueños de los partidos políticos que deciden en definitiva lo que se aprueba o lo que se deja de lado.
Segura, con seguridad, se refería a Carlos Flores Facussé, Manuel Zelaya y Juan Orlando Hernández, operadores directos del tripartidismo nacional.
Esta es la Honduras del presente, esforzada entre la resistencia de la dictadura del crimen organizado entronizado en el Estado neoliberal, y la insistencia de una propuesta alternativa para refundar la Nación. Una fuerza de élite anti hondureñista y otra fuerza bien catracha, frente a frente.
Del combate entre estas dos fuerzas, que es necesario profundizar, aumentar su contradicción como sugiere el grillo, debe surgir un parto que nos represente mejor. Y si es necesario crear un segundo Cohep hondureño o una nueva empresa privada nacional. Con la misma élite podrida no vamos a ningún lado seguro.
Sólo la movilización popular que se prepara para los próximos meses lo dirá. Buenas noches.