Tegucigalpa, Honduras.- Su hijo se fue a vivir a la comunidad «Guadalupe Carney», en Trujillo, Colón cerca del año 2004. Siempre tuvo la inquietud de trascender con su trabajo sin ver límites y aventurarse en la juventud.
Es así que, José Luís Salcedo se fue para costa norte, donde un tío le habló de tierras productivas y gente dispuestas a luchar por recuperarlas, en el Bajo Aguán. Era el inicio de una lucha que dejaría sangre, luto e impunidad.
Desde pequeño se iba a las fincas de café en Trajes, departamento de El Paraíso, durante la temporada se corte, estaba hasta tres meses fuera de la casa en Palestina, municipio de Patuca, Olancho. Así lo relató doña Patrocinia Pastrana, madre de José Luís, uno de los cinco campesinos asesinados por guardias de seguridad privada y militares, en la finca El Tumbador, el 15 de noviembre del 2010.
La familia Salcedo tuvo la oportunidad de visitar a José Luís, quien en el 2008 formó un hogar con Juni, y procrearon a un niño, quién ahora tiene 10 años, y de vez en cuando va a Olancho a casa de sus abuelos y tías.
Enterarse que su hijo fue víctima de un ataque armado en la finca -supuestamente- propiedad del terrateniente Miguel Facussé, le cambió la vida a la familia. Doña Patrocinia y su esposa don José, emprendieron el viaje más largo de su vida, eran 11 eternas horas de carrera. A mitad de camino les informaron que su hijo estaba desaparecido.
Llegaron a la comunidad «Guadalupe Carney» para entonces ya habían encontrado el cuerpo de José Luís, el más joven de los campesinos asesinados.
Las víctimas de la masacre fueron identificadas como Raúl Castillo (48), Ignacio Reyes (50), Teodoro Acosta (39), Ciriaco Cárcamo (50) y José Luís Sauceda Pastrana (25). Todos dejaron esposas e hijos de «pan en mano».
La familia de Salcedo Pastrana, en diferentes ocasiones ha visitado la oficina del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Honduras), el motivo es buscar justicia.
Ha pasado tanto tiempo, vemos fotos de los hechos, y no queremos que este crimen quede en la impunidad, no sólo el de mi hijo, sino el de todos sus compañeros, porque la lucha era común, afirmó su mamá.
COFADEH cómo representante legal de las víctimas de El Tumbador, continúa documentando el caso, acompañando a las víctimas y sus familiares, denunciando y exigiendo justicia que se ha negado en estos nueve años.
Consultada a la Unidad de Muertes Violentas en el Bajo Aguán (UMVIBA) del Ministerio Público, en una visita que realizó la procuradora de derechos humanos del COFADEH, Lorena Rubí, se le dijo que ese caso ocurrido hace muchos años, permanece en investigación y que debía solicitar información en la Dirección de Fiscales, en Tegucigalpa.