No importa que digan, el informe climático estaba orientado a lo interno de los 200 empresarios estadounidenses que supuestamente tienen inversiones lícitas en Honduras.
No importa que el texto haya sido filtrado para afectar las relaciones entre dos pueblos, dándole satisfacción a la energúmena diputada Salazar enemiga del socialismo del siglo 21.
Aquí lo que cuenta es la intención política del Departamento de Estado de sabotear el gobierno de Libre a través de su embajada injerencista en Tegucigalpa. Y esa conducta es reprochable, ya sabemos lo que sigue.
En esta reflexión, como ya se deduce, el Cofadeh no es objetiva como organización de defensa y promoción de los derechos humanos.
No es objetiva porque se declara víctima de la política de seguridad nacional de 1980, del consenso de Washington de 1990, del golpe de Estado de 2009 y de la narcodictadura impuesta. Y esos son todos períodos de violaciones a derechos humanos.
Entonces, en su condición de víctima, denuncia sin prejuicios que el termómetro utilizado para medir el clima de inversiones en Honduras está envenenado con mercurio de la derecha. Y eso también viola masivamente los derechos de la gente.
¿De cuál independencia judicial hablan? Si es la Corte Suprema y el Ministerio Público impuestos por la junta de selección bajo control del clúster empresarial jurásico, capacitados siempre bajo la chequera de Estados Unidos. Su Corte celestial y su fiscal 5 estrellas.
Digamos que el documento difundido el miércoles refleja la voz del COHEP, de los tres tanques de las tres letras, y de los carteles mediáticos de las 10 familias y los 25 grupos privados exonerados por la dictadura criminal del 2009. Eso lo hace parcial y tendencioso.
En racimo, todas esas bocinas súbditas vociferando contra la justicia tributaria, la revisión de los leoninos contratos de energía, y contra las medidas de castigo a las estructuras criminales, terroristas. Eso los ubica de espaldas al pueblo, pero no les importa.
Coordinadamente antes de la difusión del documento climático empresarial, todos estos ventrílocuos vasallos están propalando los temas de la “guerra económica” que desestabilizaría el gobierno de la presidenta Xiomara Castro.
La Corte Suprema tiene sumisión consanguínea al poder ejecutivo, falta independencia judicial que garantice la inversión, no hay dólares, la reserva internacional está insolvente, la energía es deficiente y cara, no existe un mecanismo internacional que garantice el combate a la corrupción, y Libre no ama el capitalismo, quiere cambiar el sistema.
Toda esa brosa circulando al menos un mes antes del informe gringo, un auténtico masaje diario a las audiencias cautivas, y complementado con visitas personales de la embajadora Dogu a los actores clave que serían raspados sin diplomacia por un contenido hostil, ideologizado, parcial e impreciso.
Las puertas de la secretaría de desarrollo económico fueron tocadas en la víspera, igualmente las del Banco Central, de la Unidad de Política Limpia, la Corte Suprema, y todos los demás reunidos en la fiesta habitual del 4 de julio. Pero luego todos esos recibieron el látigo del juez universal. Fueron quemados por el clima de la Cámara Hondureña-Americana, como les gusta llamar eso.
En el manual de desestabilización de los gobiernos progresistas o socialistas, los no obedientes sufren esta batería de informes parciales e inconsultos, de declaraciones descalificadoras, de medidas unilaterales como la lista Engels, y luego, sanciones y embargos como en Nicaragua, Cuba y Venezuela.
No importa que la economía crece casi el 5 por ciento este año, que 3 mil micros y pequeños empresarios producen el 90% de la inversión nacional, que la recaudación fiscal del primer semestre dejó más de dos mil millones de lempiras sobre la meta prevista, y que la CEPAL afirma que Honduras hace la inversión social más alta de la región.
No, ese no es el relato público que importa, lo que sobresale es la insolvencia, el desempleo, la emigración, la falta de libertad de expresión, la reducción de los espacios cívicos, la consanguinidad, el toque de queda, el apocalipsis financiero.
Está llegando la hora de visibilizar este nuevo experimento político de colores que reúne ambientalistas onegeístas, empresarios oligarcas, periodistas mercenarios, religiosos pisteros y destacadas figuras del crimen organizado, entetados todos con la avenida Los Próceres.
Este clima de inversiones “a la americana” fortalece la voz de los halcones en Tegucigalpa y San Pedro Sula, al tiempo que fortalece las alianzas de Honduras en la Corporación Andina de Fomento, en la CELAC y en la República Popular China.
Ellos, los experimentadores, intentan unificar el discurso de las estructuras de JOH, Rosenthal, Nasralla y Cálix en una sola alianza, mientras socavan la confianza pública en los indicadores del Banco Central. Discurso de odio, descalificación de la Presidenta y guerra económica. Así llévensela.
No se saldrán con la suya. Que se equivoquen con “los sin partido”, que esconden la opinión política hasta el último momento, pero los nadie están atentos al llamado y, otra vez, sin disparar una bala, pueden vencer al enemigo facho, colonial, imperial y narco.
Buenas noches