Ayer viernes en la Plaza de los Pañuelos Blancos, el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, asistió con la alegría del reciente reconocimiento público hecho por el gobierno y el pueblo argentinos.
En efecto, en la plaza continuó la celebración del Premio Internacional Emilio Mignone recibido el 24 de febrero en Buenos Aires por la coordinadora general de esta organización, Bertha Oliva, durante una ceremonia memorable.
En un comunicado difundido durante el plantón de ese primer viernes de marzo, el Cofadeh explicó que el premio le permite profundizar las relaciones de colaboración con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) fundado por Mignone y también con el ministerio de derechos humanos y justicia que dirige Horacio Pietragalla, un sobreviviente de la dictadura militar argentina recuperado por las Abuelas de la Plaza de Mayo.
Con el Centro de Estudios Legales, este Comité ha desarrollado desde 2009 a partir del golpe de Estado acciones de protección jurídica de manifestantes que ejercían su derecho a la protesta frente a la narco dictadura pro-estadounidense de los Hernández, y también durante la pandemia que fue usada para enjaular a la población y para criminalizar las manifestaciones de los de abajo.
Además, con el Centro creado por Mignone está en curso un importante programa de reconocimiento forense a realizarse en el centro del país, aprovechando los estándares científicos argentinos iniciados en Honduras en 1995.
El Cofadeh también dijo en su plantón que el premio entregado por la República Argentina le ha permitido esta semana profundizar su hermandad histórica con las Abuelas y Madres de la Plaza de Mayo (línea fundadora), cuyas luchas ejemplares han permitido a la sociedad argentina gozar hoy de un modelo exportable de justicia y defensa de derechos humanos.
Gracias a la lucha de las Abuelas se han restituido las identidades de 132 niños y niñas que fueron robados entre 1976 y 1986 por los represores, y se han fundado obras de amor en la antigua Escuela de Mecánica de la Armada Argentina. También fue creada la Comisión Nacional de Identidad que busca 300 niños apropiados por policías y militares, y una obra monumental inspirada por las Abuelas es el Banco Nacional de datos genéticos, en Buenos Aires. Obras admirables, obras replicables.
En lo sucesivo, teniendo como marco el Acuerdo Bilateral de cooperación firmado entre Honduras y Argentina, dijo ayer el Cofadeh, impulsaremos las iniciativas de memoria histórica, de recuperación de monumentos ceremoniales y la edificación del Museo Regional contra el Olvido en la zona central de Honduras.
Tenemos la convicción de demandar a la comunidad internacional – dice el Comité — una reparación completa por los desastres humanos causados por la Operación Cóndor, incluido el robo de niños y las escuelas de tortura, exportadas a Honduras por militares argentinos, israelitas y estadounidenses.
El modelo de terror implantado por la CIA y el Departamento de Estado de Estados Unidos en 1980 en la zona norte con el CREM y en la zona oriental con la “Contra” no son objeto de olvido ni perdón. Dijo el Cofadeh que las desapariciones y asesinatos cometidos deben ser reparados con verdad, justicia y con amor.
Este planteamiento, por demás vigente, será presentado el próximo 19 de marzo cuando arribe a Honduras por dos semanas el grupo de trabajo de la ONU sobre desapariciones forzadas, presidido por Aua Baldé de Guinea-Bissau.
Coordinado por la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos en Tegucigalpa, el grupo de Naciones Unidas llega para actualizar las desapariciones forzadas de 1980, las ocurridas durante el golpe de Estado y el fraude electoral, y más recientemente las cometidas por la dictadura durante la pandemia de la Covid-19.
El primer encuentro del Grupo de la ONU será con el Cofadeh el lunes 20 y antes de cerrar la gira con una rueda de prensa el miércoles 29 de marzo en Tegucigalpa, el Grupo habrá visitado varios sitios estratégicos del país incluyendo Triunfo de la Cruz donde la Ofraneh reclama verdad y justicia por los garífunas desaparecidos.
El Cofadeh aprovechará la legitimidad de su historia de lucha para exigir el Registro de detenidos desaparecidos en Honduras, que está contenido en todas las sentencias del sistema interamericano de derechos humanos. En ese registro, el Cofadeh pedirá desvincular el proyecto de ley de búsqueda de víctimas de desaparición forzada presentado así por la Cruz Roja Internacional al Congreso Nacional.
En su comprensión, este Comité de víctimas considera que no se puede hacer referencia en esa ley solamente a personas migrantes desaparecidas en tránsito hacia el Norte del continente, sin incluir las desapariciones forzadas por razones políticas o las desapariciones por razones de libertad de expresión tras el golpe y el fraude electoral. Tampoco es aceptable el término de declaración de muertas a las personas desaparecidas, sin establecer antes la verdad y procurar la justicia. Sólo por razones de cobro de seguros eso no es admisible.
Honduras tiene un déficit de legislación en materia de desapariciones forzadas, es verdad. Y, por ende, se pedirá a la ONU acelerar el paso del Estado para ratificar la competencia del Comité de la convención contra la desaparición forzada y reformar, definitivamente, la definición del delito de desaparición forzada contenida en el Código Penal de la dictadura narcotraficante. No podemos continuar eternamente con esos vacíos construidos adrede por los culpables.
Los familiares de la desaparición forzada tendrán tiempo de hacer estos planteamientos al Grupo de la ONU en su visita a los sitios históricos en Santa Bárbara, Yoro y en Francisco Morazán, concretamente en Amarateca y en el Hogar contra el Olvido, donde concluirá la misión.
Esto en cuanto al Grupo de Trabajo de la ONU, pero en abril llegará inmediatamente después la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para hacer una evaluación general de la situación en Honduras. Será un buen momento para exigir acelerar el paso a los juicios por los asesinatos políticos de Isis Obed y Pedro Magdiel, turnados a la Corte Interamericana en San José.
Ayer en el plantón de La Merced, el Cofadeh pidió con anticipación a las bancadas de diputados representadas en el Congreso Nacional que abran sus puertas y sus mentes a estos temas, y a los medios de comunicación les rogó no volver a criminalizar nunca más a las víctimas cuando demandan reparación en aras de la reconciliación y la paz sociales.
En el séptimo aniversario del crimen contra Berta Cáceres, el Cofadeh se sumó igualmente al llamado del Copinh, para que los autores intelectuales, los impunes pagadores, cesen la continuación de este crimen.
Cada vez que intentan lavar su imagen, dijo la organización humanitaria, repiten el asesinato y ofenden a toda la sociedad hondureña que exige justicia sin blanqueo de reputaciones. Durante el séptimo aniversario, en La Esperanza, el Copinh denunció las visitas pactadas de los Atala a la embajadora injerencista y, concretamente, la firma de un acuerdo financiero entre FICOHSA y la frágil representación local de la ONU en Honduras.
La familia de Berta Cáceres y el pueblo lenca han denunciado a USAID por haber financiado a favor de DESA una campaña de división comunitaria en Río Blanco y en San Vicente Centenario, para favorecer los intereses del proyecto Agua Sarca, que no ha sido todavía cancelado para insultar la memoria de Berta. Y ahora se suma a esa cadena, la ONU.
Creemos que es importante, de parte de la señora representante del sistema de Naciones Unidas en Tegucigalpa, que al menos ofrezca una explicación a doña Austraberta Cáceres y al COPINH, ¿por qué hace tratos con una institución que es objeto de investigación internacional por un crimen cuyo proceso penal sigue abierto?.
Con estas reflexiones, nos despedimos de la Plaza. Buenas noche.
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 4 de marzo de 2023