Por Giorgio Trucchi | Rel UITA
La pandemia de Covid-19 avanza en Honduras. Según datos oficiales son 3950 los casos confirmados y 180 las personas fallecidas. Cortés (San Pedro Sula) y Francisco Morazán (Tegucigalpa) son los departamentos más golpeados, con el 84 por ciento de los casos y el 87 por ciento de las víctimas.
Honduras, bajo el estado de excepción desde el 16 de marzo, ha ampliado la cuarentena hasta el próximo 31 de mayo, pero todo apunta a que las autoridades podrían extender una vez más el plazo.
Si los más de dos meses de lockdown han dejado al descubierto y profundizado las desigualdades que ya existían en la sociedad hondureña, la pandemia ha sido terreno fértil para la inmolación de nuevas víctimas de discriminación y odio.
“La cuarentena y el distanciamiento social han impactado negativamente tanto en la vida de las personas LGBTI como en la de las heterosexuales”, dijo Indyra Mendoza coordinadora de la Red Lésbica Cattrachas.
“Si una trabajadora de la maquila pierde su trabajo, el golpe es fuerte y su situación se vuelve crítica independientemente de su orientación sexual e identidad de género”.
Si bien es cierto que la pandemia mermó la intensidad de la campaña de estigmatización y discriminación en contra de las personas LGBTI, Mendoza advirtió sobre nuevas víctimas de ese mismo odio.
“El fundamentalismo religioso, con el apoyo de los medios masivos de comunicación, han venido sembrando odio en la sociedad. El resultado es que 356 personas LGBTI han sido asesinadas en la última década.
Ahora vemos con mucha preocupación como ese mismo odio está siendo dirigido contra las personas que han contraído coronavirus y el personal sanitario”, explicó Mendoza.
“En Honduras se ha desatado una verdadera covidfobia”, resumió.
De acuerdo con el monitoreo de medios nacionales, ya hay decenas de casos de hostigamiento y acoso contra personas enfermas y familiares. Lo mismo está ocurriendo con trabajadores y trabajadoras de la salud.
Retroceso de décadas
La coordinadora de Cattrachas dijo que la situación es cada día más preocupante.
“Parece que hemos retrocedido varias décadas, que hemos vuelto a los tiempos del estigma vinculado al VIH. Por eso decidimos lanzar una campaña educativa. Las personas LGBTI, que a diario vivimos el desprecio fomentado por el fundamentalismo religioso y ampliado por los medios, no podemos quedarnos de brazos cruzados”, manifestó.
Después del lanzamiento de la campaña en las redes sociales, unas 30 mil personas expresaron alguna forma de rechazo a la covidfobia.
“Es algo positivo, pero necesitamos ir mucho más allá. La mayoría de estas personas rechaza la discriminación contra los afectados por coronavirus, pero nunca se han manifestado en contra del odio hacia las personas LGBTI”, continuó Mendoza.
“Nuestra campaña debe llevar la gente a reflexionar y a entender que todas formas de odio, discriminación y estigmatización son malas y pueden matar. Por eso hay que combatirlas”.