Así como vivimos todos los detalles de la epopeya futbolísitca del primi Maradiaga, Antony Line, el Macho Figueroa y los demás protagonistas de España 82, ahora en octubre 2019 Honduras sigue la narración del juicio a la familia Hernández Alvarado desde Nueva York.
En aquella histórica competición el marcador final fue de empate, pero en esta batalla que empezó hace diez años el resultado es de victoria total de la opinión pública espectante que ya sabía todo.
A través de las redes de correos electrónicos y las aplicaciones teléfonicas de whatsapp, instagram y facebook live, la población observa desde adentro la arrinconada ética, jurídica, política y moral que sufre el impostor presidente líder del Cartel Hernández.
Como bien ha dicho el analista político de filiación cachureca, Raúl Pineda Alvarado, el juicio en Estados Unidos no es contra Tonny Hernández por mentiroso, traficante y conspirador, el juicio es contra su hermano que ha sido el operador político de esta desgracia nacional. Un juicio contra el sistema político bipartidista corrupto, como bien dice la académica Leticia Salomón.
En su defensa, en los primeros cuatro días de audiencias públicas, el impostor trató de responder en cadenas nacionales a cada mención, imputación y denuncia en su contra, pero la narración del juico es tan apabullante durante tres semanas que no puede más seguir metiendo sombrillas a cada gota de la tempestad.
El público, que era espectador hasta el miércoles, comenzó a retornar paulatinamente a las calles como protagonista del desenlace de esta historia trágica que ha implicado persecuciones, amenazas, asesinatos y destrucción absoluta del Estado de Derecho.
Y a pesar de todo ello, las graderías han dictado ya sentencia condenatoria. Culpables! Y no puede ser absolutoria la decisión final del pueblo, porque conoce a los protagonistas, sabe sus tropelías. Todo el mundo conoce lo que la prensa internacional está narrando, el público sólo confirma. Y que no se hagan los ofendidos ni los inocentes los culpables, que no johdan.
Es evidente que antes de la decisión final de la Corte, también condenatoria, sigue bajando un diluvio de confesiones desde los rascacielos de Manhatan sobre los entrenamientos a criminales dentro de unidades militares, el robo de armas oficiales para traficar con ellas, la participación diecta de toda la estructura de seguridad nacional en el crimen organizado. Una putrefacción completa desde las élites del Partido Nacional y Liberal hasta la mierda más recóndita de la patria indigna.
Desde el inicio del mes de octubre, los jueces de la Corte del distrito sur de Nueva York, escuchan testimonios de personas que operaban directamente el tráfico de drogas, el dinero, las armas, el sexo explotador y el crimen en complicidad con chafas y chepos asesinos, el sistema bancario agiotista y lavador, y otra serie de operadores canallas vinculados al cipote chafista del Liceo Militar del Norte.
Los nombres de esas personas con cargos públicos o responsabilidades estratégicas en el Estado, chapalean en esta cloaca en lista interminable por departamento, por partido, por iglesia, por medio de comunicación, por juzgado, corte, fiscalía, posta, batallón, empresa, organización y un largo etcétera.
Pero indudablemente todos los enmierdados se empeñan en utilizar la metáfora del académico Victor Meza, quien describe que cada vez que los delincuentes corruptos son agarrados con sus manos en la masa, encienden un ventilador gigante para esparcir su estiércol sobre los demás y hacer creer que nadie se escapa a su chiquero. Que todo el mundo está en la mierda. Ese es su único consuelo.
Pero ni uno solo hasta ahora ha tenido la valentía de admitir su miseria y pedirle perdón al pueblo de Honduras por la represión brutal narcotizada, las violaciones sistemáticas a los derechos humanos bajo los efectos de la cocaína y la heroína, las torturas, el gas tóxico lanzado contra mujeres, ancianos y niños, mientras protegían los cargamentos de basura.
Ciertamente, al ver y escuchar las barbaridades cometidas por la estructura mafiosa que lidera Hernández, no solamente sentimos cólera, sino también reflexionamos sobre el tiempo que tomará la reconstrucción de las instituciones y los principios de la Nación, y las bases de la confianza pública, en el enorme desafío que implica sancionar a los asesinos y reparar sus daños a la gente.
También es cierto que en ningún otro tiempo como ahora hemos sentido rabia contra la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos, por avalar políticamente y sostener con dinero esta banda criminal que dio el golpe en 2009 e hizo fraude en 2013 y 2017, para permanecer en la conducción del crimen organizado como empresa lucrativa.
El dolor que han provocado los actores internacionales no solamente cerrando los ojos a los delitos y violaciones, sino justificándolos y a veces participando de la dinámica violenta, es verdaderamente vergonzoso. Da asco.
Esta noche esperaríamos que el liderazgo pensante del país sea capaz de organizar la transisición del Estado criminal al Estado de Derecho, del Estado drogo al Estado social, del Estado secuestrado por el Cartel Hernández al Estado reconstruido por el pueblo.
Este no es el tiempo de la imploración ingénua al perdón, a la indulgencia y al arrepentimiento, ni es el tiempo todavía de la horca, el juicio político ni el destierro a Israel, es el tiempo de trabajar sin especular por una conducción nacional que detenga las caravanas forzadas del pueblo sin esperanza. Y que le ponga freno al caballo de la violencia estatal.
Es la hora de reconstruir la espranza sin la presencia de los hombres y mujeres que tienen las manos manchadas de sangre humana.
El país con joh y su estructura es un desastre nacional. Un chiquero de coqueros y lavadores, mercaderes avalados por cristianos sinverguenzas y medios incompetentes, participantes de la mascarada de ese impostor y su pandilla.
Nuestras voces contra todos los olvidos, nuestra voz esta noche es para regresarle Honduras a los hondureños y hondureñas buenas, a quienes no acumulan riquezas para empobrecerse, sino a quienes generan riquezas para engrandecer la Nación. Que así sea!
Buenas noches!
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 12 de octubre 2019