Este fin de semana la caravana de los pueblos del triángulo norte de Centroamérica siguió su ruta hacia la frontera sur de Estados Unidos.
El mayor porcentaje de los 600 emigrantes que van a pie, en bus o en tren a través de México, son hondureños; salieron hace más de dos semanas.
Pero juntos viajan también niñas, jóvenes y mujeres de El Salvador y Guatemala, con el mismo lenguaje, los mismos dolores.
Estos tres países sometidos a la violencia dirigida por Estados Unidos y sus aliados en la región son expulsores de su propia gente.
Los aliados locales de la perversidad son las bandas del crimen organizado que asaltaron las instituciones públicas.
En el caso de Honduras hablamos del cartel de narcotraficantes y corruptos que dieron un golpe de estado y robaron tres veces seguidas las elecciones.
Los expulsores en el caso de Guatemala y El Salvador son los mismos, los responsables de la tragedia regional son socios entre sí.
Estos delincuentes que ayer propusieron en Perú la venta de Honduras a otros delincuentes que llaman inversionistas de ciudades modelo, ellos son los responsables del éxodo.
Los cínicos que robaron el dinero de los jubilados del seguro social en 2012 y ahora proponen el país como modelo anti corrupción en Lima, esos son los expulsores del pueblo hondureño.
Los ladrones de la voluntad popular expresada en las urnas en 2013 y 2017, esos mismos son los causantes del éxodo hondureño.
Desde Carlos Flores Facussé en 1998, pasando por Maduro en 2004 hasta llegar a todos los golpistas actuales, ellos son.
Ellos con sus entregas de dinero, privilegios y poder a los militares mercenarios y a los policías abusivos, comprándoles juguetes israelíes, son los causantes de la caravana.
La caravana hacia Estados Unidos también refleja la estupidez de Washington y el Comando Sur, que sostienen delincuentes en el poder para manipularlos fácilmente.
En Guatemala pusieron a un cómico negligente de la televisión, que no hace ninguna diferencia respecto al represivo Otto Pérez que guardan en prisión. Guatemala sigue impune.
En El Salvador Washington regresa a las momias de la alianza nacionalista de extrema derecha, que ha causado tanto dolor y sangre, para recuperar la oferta de la guerra. El Salvador sigue sufriente.
Estos son los cerebros podridos, junto a los impostores nacionalistas y liberales, que deben ser señalados como responsables de la huida del pueblo centroamericano.
Para ellos las personas migrantes son brazos que producen remesas para sostener su sistema especulativo, consumista y deshumanizado. Les importa el dinero, les vale un pito el ser humano.
A esta hora no es claro lo que pasará en la frontera donde el magnate presidente tiene un muro verde de militares armados, para contener el paso de esta humanidad.
Pero sí es visible esta vez la solidaridad absoluta del pueblo mexicano, que entiende la imagen política que arrastra la peregrinación a través de su territorio.
Los gritos en alta voz contra los ladrones de Guatemala, El Salvador y Honduras, no dejan lugar a dudas.
Unos han sido tomados presos, otros muchos han sido retornados. Pero los peregrinos van, con ellos va la humanidad… como los africanos sobre el mar mediterráneo hacia la vieja Europa, como los armenios lejos de Turquía, como el pueblo sirio lejos del terror de la OTAN.
(Como los hondureños lejos de los azules y colorados, delincuentes!)
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 14 de abril de 2018