Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, Cofadeh, comparece este primer viernes de febrero 2021 para respetar la tradición de plantarse en la plaza La Merced. Estamos aquí para demandar al Estado de Honduras verdad y justicia por la desaparición forzada de nuestros seres queridos.
Ninguna de las familias ha decidido olvidar ni perdonar a los policías, militares y civiles responsables de ocultar, torturar y asesinar a más de 200 personas, hombres y mujeres de varias nacionalidades. No es cristiano perdonar eso sin saber la verdad. Y no es cristiano olvidar los hechos sin procurar la justicia. Ell@s desafiaron el militarismo entre 1980-1990, y de nuevo a partir del golpe de Estado de 2009. Su osadía, su dignidad y su memoria viven por siempre.
Entonces, con la certeza de conmemorar 39 años de esa lucha en noviembre próximo y con la fuerza moral de nunca haber abandonado nuestros principios y valores organizativos, es nuestro derecho opinar lo siguiente:
1. La mendicidad internacional de vacunas contra la Covid para inmunizar un porcentaje de la población hondureña es un acto de vergüenza. El argumento de lobby dictatorial para demandar vacunas gratis es lamentable. Ponen al frente el desastre provocado por las tormentas de noviembre y la precariedad de la economía nacional. Ese es un insulto. El mundo sabe que el desastre sanitario es provocado por el robo del dinero, por la asignación de la crisis a los militares represores y por la conducta criminal del narco-Estado sostenido por Washington y sus socios.
2. La muerte por Covid de 70 médicos de experiencia y de centenas de enfermeras y auxiliares de la salud es una pérdida física que tomará décadas reemplazar. Sus decesos son el resultado de un sistema de salud puesto por debajo de la prioridad militar. Sus muertes son producto de las condiciones precarias en hospitales y clínicas públicas, sin equipos, sin insumos, sin presupuesto. Es la consecuencia devastadora de dar el dinero público al chafarotismo que sostiene la dictadura, que defiende la criminalidad organizada.
3. El mismo 3 de febrero cuando el régimen fracasado y ruin paseaba en helicópteros artillados la imagen de la virgen de Suyapa, en abierta manipulación de la espiritualidad profunda del pueblo indígena hondureño, toneladas de drogas circulaban por el territorio rumbo a los mercados del Norte donde está ubicada la más grande lavandería de ese negocio de muertes. Para el pueblo sabio, ese decomiso de unos kilos en Colón fue siempre el mismo mensaje: en otras coordenadas pasaban en ese mismo momento toneladas, sin aviso ni control.
4. Honduras decide no aceptar la imposición de este modelo criminal. No podemos. No debemos continuar en esta tragedia. Que se los lleve la DEA, ya demasiado han servido a su causa y mucho es el daño que nos causan. ¡Fuera, fuera!
De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón.
COFADEH
Tegucigalpa, M.D.C., 5 de febrero de 2021