Tegucigalpa.
Por Sandra Rodríeguez
La migración es un tema central en el debate de la realidad regional y nacional, su conocimiento y análisis es clave para entender la complejidad de los cambios actuales y los desafíos que estas nuevas situaciones representan tanto a nivel de los Estados como para las organizaciones ciudadanas.
Es por ello que la Fundación Friedrich Ebert (FES) y el Comité Intersindical para la Migración de Trabajadores y Trabajadoras en Honduras, presentaron este día el Estudio ¿Migración voluntaria o expulsión? “una aproximación a las causas y dinámicas de la migración laboral en Honduras”.
Cabe señalar que los estudios sobre el tema a veces son parciales, priorizan los aspectos relacionados con la economía de mercado y sobre generalizan la situación específica de los hombres, pese a que desde diferentes disciplinas se reconoce los impactos diferenciados de la migración sobre las mujeres, en un contexto de feminización de las migraciones, manifiesta el documento que se compartió.
El estudio que es de carácter exploratorio, busca actualizar el estado del arte de la migración en Honduras; también pretende introducir al debate otros aspectos como la migración laboral.
“Este estudio demuestra que la migración adquiere características de expulsión, correlato del Estado capturado por grupos económicos alojados en el Estado y en el sistema político que deriva en la supremacía de intereses de grupos particulares”, agrega el texto.
De ahí que este tipo de migración requiera de un diagnostico diferente, que permita encontrar soluciones estructurales que van más allá de campañas oficiales para divulgar los riesgos de la ruta migratoria, o campañas para atraer recursos con el argumento de detener la migración, aprovechándose de que en el marco del llamado codesarrollo, los países de destino priorizan este tipo de cooperación.
Sin embargo, mientras no se realicen cambios estructurales en el Estado y en la sociedad, será difícil reducir los flujos migratorios masivos y riesgosos.
Otro aspecto a considerar es la feminización de las migraciones, entendida no solo como incremento de los flujos migratorios de mujeres, sino también como un cambio cualitativo en las razones que las impulsan a migrar, provoca cambios significativos en la estructura familiar y comunitaria que, sin una perspectiva de género en estudio de las migraciones, suelen ser ignorados.
El estudio presenta además algunas recomendaciones entre las que destacan:
1. Fortalecer el Comité Intersindical por la defensa de los Derechos de las Personas Trabajadoras Migrantes, para que sea capaz de coordinar e impulsar la elaboración amplia, incluyente, participativa y con enfoque de género de una agenda sobre migración laboral, que permita a las organizaciones sindicales, entre otros propósitos, incidir en la elaboración de una política integral para la migración laboral y el cumplimiento de las leyes existentes.
2. Investigar y analizar todos los convenios internacionales que sobre migración laboral el Estado hondureño ha firmado y ratificado, a fin de demandar su cumplimiento, a la vez que exigir la firma y ratificación de convenios pendientes relacionados con la migración laboral.
3. Conocer, analizar y monitorear la implementación del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte concebido como una estrategia para detener la migración centroamericana hacia Estados Unidos.
Las autoridades migratorias de EE.UU. y México deportaron en 2015 alrededor de 70,000 hondureños, unos 11.000 menos que en 2014, informó una fuente oficial.
A lo que va de este año, los retornados superan la cantidad de 35 mil compatriotas que por diferentes razones abandonaron el país, pero que no lograron llegar a lo que mal se llama “el sueño americano”. Pues el camino migratorio es difícil y muchas personas o sobreviven o desaparecen.
El 12 % del total de hondureños deportados son menores de edad, según la Cancillería hondureña.