Tegucigalpa.- El Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras se celebra el 1 de Mayo para honrar al movimiento obrero y la fuerza laboral, y como señalan los analistas serios, no es el Día del Trabajo, como vociferan poderosos grupos económicos de Honduras, que a lo largo de los años han explotado, arropados de total impunidad, la fuerza obrera.
Es así que en esta fecha, se conmemora la lucha histórica, heroica y valiente de la clase trabajadora que aún hoy, continúa exigiendo la dignidad por su trabajo a través de mejores condiciones de vida.
Hace poco más de cien años, las fábricas eran centros de trabajo en los cuales trabajaban por igual hombres, mujeres, ancianos y niños, con jornadas de más de 12 horas diarias. Esta extenuante jornada laboral no daba opción a las personas de recuperarse, descansar ni disfrutar de tiempo de ocio.
Este primero de Mayo se conmemora un aniversario más del paro de obreros en Chicago que derivó en la Revuelta de Haymarket, o masacre de Haymarket, del 4 de mayo de 1886 en Estados Unidos.
La revuelta de Haymarket fue uno de los movimientos obreros más importantes en Estados Unidos. Este evento se dio en Chicago el 4 de mayo de 1886 y surgió debido a la influencia de los inmigrantes europeos; quienes llegaron a la Unión Americana con ideas socialistas.
Los primeros en levantarse fueron los constructores de edificios, quienes exigían una mejora en las condiciones laborales. El levantamiento desató una serie de huelgas de obreros que cambiaría la historia de las y los trabajadores de todo el mundo.
Entre las principales demandas que plantearon los obreros, figuraban la reducción de la jornada de trabajo a ocho horas, el incremento de salarios, el reconocimiento de las organizaciones sindicales y los derechos de la mujer, así como la prohibición del trabajo realizado por niños.
El 1 de mayo, otros 30.000 obreros se unieron al paro y la ciudad quedó paralizada y, para el 4 de Mayo, el movimiento llegó a su punto máximo. Durante una de las manifestaciones en Haymarket Square, un ciudadano lanzó una bomba a los oficiales de policía que intentaban disolver el acto, lo que desembocó en un juicio contra los sindicalistas (conocidos como los Mártires de Chicago).
A través de este juicio, cinco de ellos fueron condenados a muerte, sin embargo, uno se suicidó antes de ser ejecutado. El 11 de noviembre de 1887 al mediodía, George Engel, August Spies, Albert Parsons y Adolph Fischer, fueron ahorcados en la ciudad de Chicago, en el estado de Illinois, Estados Unidos.
En Honduras, la histórica huelga de 1954 que duró 69 días, representa una gesta de resistencia y acción revolucionaria frente a la explotación y la opresión.
La revista Envío, una producción digital de la Compañía de Jesús, publicó en 2004, el artículo titulado: “Cincuenta años después, entre la resistencia y el servilismo” en donde se plasman las interpretaciones que de este acontecimiento expuso el teólogo y sacerdote jesuita, Ismael Moreno (padre Melo).
El padre Melo escribió que “la huelga de los obreros de las bananeras en 1954 fue la expresión hondureña de las gestas de resistencia y de efervescencia revolucionaria que la región centroamericana vivió en ese momento.”
“…Varios hilos tejieron ese tapiz. En Nicaragua, los de conspiración antisomocista protagonizada por los Héroes de Abril de 1954, que precedió en dos años el ajusticiamiento de Anastasio Somoza García, padre de la dinastía somocista. El hilo del gobierno reformista guatemalteco de Jacobo Arbenz fue el que tuvo mayor influencia en los acontecimientos que llevaron a los obreros hondureños de las bananeras a alzarse en huelga general…”
“…En aquel 1954, tanto el derrocamiento de Arbenz como la huelga bananera tendrían a la United Fruit Company como la antagonista central en las luchas de ambos pueblos. La huelga hondureña finalizaría en el mes de junio después que la compañía frutera apostara a debilitar la lucha de los huelguistas dilatando las negociaciones y dividiendo el movimiento popular y después que el ejército hondureño saliera en auxilio de la compañía bananera desatando la represión. También en junio era derrocado el gobierno de Arbenz, socavado por la presión ejercida por la United Fruit Company con el apoyo del ejército guatemalteco…”, escribió el padre Melo.
La Revista Envío Digital, destacó que la huelga bananera de 1954 es sin duda, el acontecimiento más fundamental en la historia de Honduras en el siglo XX.
“La huelga bananera fue poderosa, tanto por la firmeza y convicción de los obreros, como porque su lucha tocó directamente los intereses de las compañías gringas, que definían el rumbo económico y político de Honduras”, señaló la Revista Envío.
Mientras tanto, la emblemática “Sala de Memorias” del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), muestra los rostros de hombres y mujeres, que por sus ejecutorias en el movimiento sindical del país y por sus ideas libertarias, fueron víctimas de la Doctrina de Seguridad Nacional implantada por Estados Unidos en la década de los años 80´s y ejecutada por escuadrones de la muerte en Honduras.
Es así que figuran heroínas de la clase trabajadora como Teresa de Jesús Sierra, detenida desaparecida por agentes del estado el 31 de agosto de 1982. Militares de Inteligencia allanaron su vivienda ubicada en el Barrio Villa Adela de Comayagüela. Ahí fue detenida y nunca más se volvió a saber nada de ella.
Sierra era secretaria de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y también trabajaba en el área de Transporte del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA).
En una investigación basada en diversas fuentes, entre las que destacan las oficiales, publicaciones de medios de comunicación, investigaciones sociales, aportes académicos y de organizaciones de derechos humanos como el COFADEH y titulado: “Mujer, violencia sexual y conflicto armado. El caso de Honduras”, señala que durante la década de los 80´s, la militarización de la sociedad hondureña llevó al desarrollo de una guerra preventiva interna que tenía por objetivos, no explicitados, el eliminación física de la oposición, el bloqueo de la solidaridad con las luchas populares en los otros países centroamericanos, el control de los refugiados salvadoreños, la socialización de la Doctrina de Seguridad Nacional para convertirla en la ideología dominante y la creación de una corriente de opinión favorable a los planes de Estados Unidos.
En el caso de las y los desaparecidos hondureños se trataba de estudiantes, dirigentes sindicales, campesinos, catedráticos universitarios y de nivel medio, empleados públicos, entre otros, a quienes los organismos de seguridad acusaban de subvertir el orden y atentar contra la seguridad del Estado.
Generalmente se les capturaba sin tener una orden judicial, se les conducía en forma clandestina a instalaciones militares o “casas de seguridad” y aún y cuando en muchos casos existían testigos oculares, las autoridades militares negaban tenerlos en su poder. Posteriormente, los cadáveres de muchos de ellas o ellos fueron encontrados, con señales de tortura. Otros, todavía hoy no se conoce su destino final, apunta la investigación.
“Honduras parecía un país en guerra. La sociedad comenzaba a sumirse en una especie de parálisis colectiva y el aparato militar represivo se erguía como elemento condicionador y todopoderoso encargado de dictar el ritmo y la intensidad de la vida política y social….Honduras, el país plataforma, se convertía también en un país convulso, con violaciones sistemáticas a los derechos humanos, con asesinatos políticos, torturados y desaparecidos”, describió el analista Víctor Meza, citado en la investigación.
La violación sexual fue una práctica que coexistió con otras violaciones de derechos humanos. De acuerdo a los testimonios recibidos, la violencia sexual estuvo vinculada de modo sistemático con la detención ilegal y asesinato de las mujeres acusadas de “subversivas” o “terroristas”, debido –entre otros factores- a la necesidad de los perpetradores de afirmar su “poder” ante las víctimas, destaca el análisis.
Una de las sobrevivientes a la llamada “década del terror” (1980-1992), fue la reconocida dirigenta campesina, ambientalista, defensora de los territorios y de las comunidades campesinas, Margarita Murillo.
En 1982, Margarita Murillo, fue detenida ilegalmente, permaneció varios días en poder de sus captores, fue sometida a intensos interrogatorios, torturas y violencia sexual. Finalmente fue dejada en libertad por gestiones de la Iglesia Católica de Santa Rosa de Copán.
Margarita fue asesinada por un sicario el 27 de agosto de 2014, cuando sembraba su parcela de tierra, en la aldea El Marañón del municipio de Villanueva, Cortés. El presunto sicario apareció muerto posteriormente y después fue asesinada la Fiscal Marlene Banegas encargada de llevar el caso y desde ese momento el expediente se paralizó.
Otros casos en donde los detenidos desaparecidos tienen vinculación directa con la conmemoración de 1 de Mayo, lo constituyen la detención y desaparición de Gustavo Morales y Rolando Vindel.
El 18 de marzo de 1984, fueron detenidos y desaparecidos en Tegucigalpa, los líderes sindicales Gustavo Aldolfo Morales Funez y Rolando Vindel. Aunque los restos de Morales fueron recuperados una década después, en el departamento de El Paraíso, de Vindel no se ha sabido nada hasta la actualidad.
Morales era el vice presidente del Sindicato de Trabajadores del Patronato Nacional de la Infancia (SITRAPANI) y Vindel era el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE).
Como se ha señalado, la lucha y los ideales de ambos líderes sindicalistas no encajaban dentro de las pretensiones del inicio de la supuesta “era democrática” encabezada por el liberal Roberto Suazo Córdoba, supeditado directamente a las órdenes del entonces presidente estadounidense Ronald Reagan.
Otro caso emblemático del COFADEH sobre desapariciones forzadas por razones políticas e ideológicas es el de Saúl Godínez, dirigente magisterial que había coordinado y participado en numerosas huelgas.
El 22 de julio de 1982 fue capturado en un despoblado conforme al método que normalmente practicaban escuadrones de la muerte en los casos de desapariciones. En los días anteriores a su desaparición, Godínez había sido objeto de amenazas y de seguimiento.
Estos hombres y mujeres lucharon por un modelo de desarrollo alternativo, sustentado en la distribución social, en donde el centro de todo, girara alrededor de los seres humanos y no del capital.
También soñaron con una Honduras libre de la ocupación militar estadounidense en territorio hondureño y de la injerencia de Estados Unidos en los asuntos políticos y económicos del país.
Las organizaciones obreras se movilizan en todo el país este 1 de mayo para exigir del gobierno de Xiomara Castro, que controle los elevados precios de los productos de la canasta básica, que promueva empleos para evitar las emigraciones de hondureños hacia Estados Unidos y que evalúe el trabajo de funcionarios y funcionarias de su administración, para que tome medidas respecto de aquellos, que no estén brindando respuestas a las demandas del pueblo, entre otras exigencias.