Tegucigalpa.- Entre abrazos, alegrías, sonrisas y lágrimas, fue recibido el lunes en horas de la tarde el joven Eduardo Urbina, después de permanecer en el exilio por cuatro años, por el régimen del narco dictador Juan Orlando Hernández.
El joven, a su llegada a Tegucigalpa fue recibido por su familia que lo esperaba en la sede del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), junto a la coordinadora general del comité, Berta Oliva.
Al ver a su hijo nieto, abrazarlo y darle la bienvenida, doña Nubia Velásquez expresó que “todo en la vida se paga, mientras el señor (haciendo referencia al narco dictador Juan Orlando Hernández) antes solo ordenaba que hicieran maldades, ahora él está pagando y la va a pagar muy duro, porque este no es el único caso, son miles, pero como somos gente humilde que nadie nos pone el micrófono, no tenemos derecho defendernos, pero se llega la hora, la verdad de esclarecer, porque mi muchacho no es un muchacho cualquiera, somos humildes, pero muy honesto”.
Mientras que Eduardo, con la voz entre cortada señaló que justo el primer lugar que visitó al llegar a Tegucigalpa le trae muchos recuerdos y sentimientos encontrados.
“Estar hoy a qui es algo muy simbólico, en esta casa, en este lugar, donde yo recuerdo que el primero de diciembre nos sentamos en esta mesa y para mí fue una de las pláticas más duras, porque yo supe cuál era el riesgo que corría mi vida, supe en ese momento que no eras un juego y de allí tomé una de las decisiones más duras, impulsadas por las recomendaciones de doña Berta Oliva, Dora y Karol (abogadas del Cofadeh) de salir en ese momento, sin pesar que el exilio se iba a extender”.
“Hoy las palabras no las encuentro, soñé, añoré con estar aquí y volver abrazar a mi familia. En las últimas dos semanas hice dos intentos fallidos por venir de Costa Rica y cada intento era abrumador, pero creo que hay una muestra que cuando se trabaja en red, cuando se hacen las cosas con amor y se hacen pensando en el bien de las demás personas y en la justicia y en la verdad, las cosas salen”, expresó.
Agregó que “yo me quedo con una frase que dijo hoy doña Berta, hoy Honduras va avanzando, va caminando”.
Añadió que “el dolor que a mi familia y a mi nos causó el exilio es irreversible, pero creo que ese dolor es el que nos hace tan fuertes como pueblo; eternamente agradecidos; yo sé que faltan muchas personas aquí, muchas, pero yo creo que lo puedo decir a nombre de mi familia que si yo no hubiese tomado la decisión de salir gracias a ustedes, no estaría hoy ni en libertad, ni vivo, estoy seguro de eso”.
Además, agradeció al COFADEH y a todas las personas que de alguna u otra manera lo apoyaron durante los cuatro años que permaneció exiliado.
Sobre el decreto de amnistía del cual fue beneficiario, señaló que “yo creo que el decreto de amnistía, se nos aplique o no, no es un regalo, es un tema de persecución política, es como se instrumentalizaron los cuerpos represores del estado, como se implementó toda la institucionalidad, para perseguir a las personas, y lo que la amnistía y la Ley para que los Hechos no se Repitan, busca resarcir un poco lo que el narco estado deshizo en doce años”.
Eduardo llegó a Honduras el mismo día que la Corte Suprema de Justicia ratificó la extradición de Juan Orlando Hernández, y el joven señaló que el día que sea extraditado será la segunda fiesta más grande de Honduras.
“La vida da vueltas definitivamente, una corte que él puso de dedo, una corte que en un primer momento respondía en su totalidad a sus intereses, esa misma corte es la que en ese momento es la que no puede sostener, no seguir adelante con el proceso de extradición, entonces a todas luces es inevitable, yo creo que es cuestión de tiempo, y la segunda gran fiesta para este pueblo hondureño después del 27 de enero”.
¿Qué dificultades enfrentó Eduardo durante el exilio?
Eduardo señaló que “creo que el hecho de que viene y te obligan a irte del seno de personas que se aman, del seno de personas con las que has construido una cotidianidad y te tiran a la basura tu proyecto de vida, eso fue lo más duro definitivamente”.
Indicó que a pesar de toda la persecución, las acusaciones en su contra, él no desistió, siguió adelante, desde la distancia, apoyando los procesos de cambio en Honduras y a pesar que intentaron tirar todo su proyecto de vida, no lo hicieron, solo se lo cambiaron”.
“A pesar de todo fue muy fortalecedor que no me tiraron a la basura mi proyecto de vida, me lo cambiaron si, sin embargo, yo si supe seguir adelante, pero es lo bueno dentro de tanto barro, porque fueron cuatro años muy difíciles”.
Añadió que “creo que haberme retirado después de lo que me pasó, sería botar mucho a la basura, desde los trece años más o menos me he involucrado en movimientos sociales, posteriormente en el partido, posteriormente en movimientos estudiantiles y puedo decir que si hubo algo que el exilio hizo, fue que me forjó, me afianzó mucho, y hay cuestiones que para mí son innegociables, como la dignidad”.
Eduardo además hizo referencia al libro de Longino Becerra “Cuando Las Tarántulas atacan”.
“Este libro nos relata una cruel y dura historia que nuestro país no ha dejado de vivir, y para mi COFADEH, mi familia, Libre, la juventud de Libre, el movimiento estudiantil, las organizaciones de derechos humanos, me salvaron de esas tarántulas que la tenía encima, la tenía encima porque hay pruebas y yo creo que me hayan solicitado en extradición, que hayan llevado a los absurdos la persecución política, es una muestra de ellos, las tarántulas siguen y yo creo que es importante tener presentes que están vivas, pero organizados y organizadas vamos a sacar todo adelante”.
Eduardo señaló que “lo más importante es no olvidar a las víctimas, algunas y algunos que estamos en Honduras, porque hemos podido entrar al país, tenemos en este momento familias enteras en condiciones de exilio en Europa, que han pasado por campos de concentración en diferentes países, porque esos son los campos de refugiados, tenemos también condiciones muy difíciles en Honduras, con personas que han perdido a sus padres, a sus madres, niños y niña que han quedado en abandono porque el estado represor les arrebató a su padre o a su madre”.
“Creo que es importante tener a las víctimas presentes, es importante saber que si bien se está avanzando, hay mucho que profundizar y llamar a la unidad, a la unidad porque en estamos en un momento muy convulso, en donde toda la diversidad que compone Honduras nos va a ayudar a ir construyendo este país que lo hemos encontrado tan golpeado y tan destruido, pero estoy seguro que lo vamos a sacar adelante”.
A su llegada a Honduras, el joven además de compartir con sus amigos, familiares, también compartió experiencias con los jóvenes Embajadores de la Memoria que impulsa el COFADEH para que sean el relevo generacional y que impulsen sobre todo el rescate de la memoria histórica.
El 10 de diciembre de 2017 Eduardo Urbina salió huyendo de Honduras, con la ayuda del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), con destino a Costa Rica.
Estando en tierras costarricenses, fue acusado por el incendio de un camión el 15 de diciembre de ese año, durante una jornada de protestas contra el fraude electoral que impuso nuevamente en el poder a Juan Orlando Hernández (pedido en extradición por la justicia de Estados Unidos acusado por narcotráfico).
El COFADEH ha documentado la persecución de la que el joven viene siendo víctima desde el año 2015, esto por permanecer en diferentes organizaciones políticas.
Urbina al momento de salir al exilio estudiaba la carrera de Historia, la que se vio obligado a abandonar para poner a salvo su vida y su libertad, ya que los ataques, amenazas y persecución contra su vida estaban latentes.