El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), a través de su coordinadora general Berta Oliva, manifiesta su profundo pesar ante la sentida y eterna partida del compañero José Edmundo Lobo Wiehoff, el miércoles 5 de agosto, en su natal Chile, a los 73 años.
“Mundo” Lobo deja su huella imborrable en cada lugar donde fijó sus pasos, lente y mirada. Mantenemos actual el recuerdo que su voz fue parte de nuestro programa de radio “Voces Contra el Olvido” especialmente en la emisión del 27 de junio de 2009 haciendo un llamado a la población para que madrugara al día siguiente y votará en la encuesta de la Cuarta Urna.
En esa emisión radiofónica, de las última en Radio América, porque al día siguiente fue el Golpe de Estado y nos cancelaron el espacio, compartieron micrófonos Edmundo Lobo, Juan Almendares Bonilla y Berta Oliva, exhortando al derecho popular de expresar la voluntad política y exigir una Asamblea Nacional Constituyente.
Casi estábamos seguras que el golpe se iba a dar, por eso, el sábado 27 de junio del 2009 decidimos alentar y animar a la población sobre el evento del domingo 28, ese día Voces Contra el Olvido, salió por primera vez en directo [antes era pregrabado] con la participación de Mundo Lobo, porque él venía con la experiencia del golpe militar de Chile; el doctor Juan Almendares y su servidora, recordó Berta Oliva.
El compañero Mundo, como lo conocían sus amistades, comprendió la realidad del pueblo, los procesos de reivindicación para las víctimas de violaciones de derechos humanos, los exiliados políticos y no le bastó solo vivir en Honduras, sino adentrase en el corazón del pueblo, compartiendo con las comunidades indígenas y dando a conocer su cultura a través de imágenes que hoy siguen recorriendo nuevos escenarios y galerías de manera virtual, sin perder su origen en blanco y negro.
El reconocido artista gráfico Edmundo Lobo Wiehoff nació en Chile en 1947, pero vivió 42 años en este país centroamericano que recibió a aquel joven autoexilado tras el golpe de Estado perpetrado contra Salvador Allende, en 1973.
Al inicio de su carrera fue diseñador y fotógrafo en el Ballet Folclórico Nacional de Chile; y dibujante en la Editora Nacional Quimantú, fundada por el gobierno de la Unidad Popular. Pero fue Honduras quien lo vio crecer en su faceta de comunicador gráfico, fotógrafo, dibujante y caricaturista, impulsado por su inagotable capacidad de asombro ante la diversidad de rostros y culturas, y el trazo secular de la pobreza, en una naturaleza tan deslumbrante como agresiva, relata una breve biografía compartida en 2016 por el Centro de Arte y Cultura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras CAC-UNAH.
En el imaginario colectivo queda un “Mundo” inquieto y curioso, que logró plasmar la vida real en imágenes combinadas con luces y sombras de los rostros y costumbres de nuestro pueblo, que a simple vista son desapercibidas.
Su legado lo inició con la formación autodidacta, siendo uno de los pioneros del diseño gráfico, de la producción de historietas y de la comunicación educativa en Honduras, la mayoría de su aporte a la cultura fue realizada en el Centro de Comunicación y Capacitación para el Desarrollo (COMUNICA), del cual fue miembro fundador y primer director en 1989.
Su legado trascendió en la impresión de la vida
Su hermana Tatiana Lobo informó en su muro de Facebook: ESTOY DE LUTO: Murió mi hermano Edmundo Lobo, en Chile, donde regresó hace un par de años después de vivir desde 1976 en Honduras, país con el que se identificó plenamente y donde nacieron sus tres hijos.
Agregó que, “Además, de su contribución en educación de adultos y su trabajo con el campesinado hondureño, fue un hombre de gran talento, dibujante y fotógrafo. Expuso en España su colección Honduras Tierra Adentro y publicó en el National Geografic. A su paso por Costa Rica, donde vino después del golpe militar en Chile, colaboró con el periódico Pueblo y con el Semanario Universidad”.
El aporte de Lobo se reflejaría a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que entonces necesitaba abrir una oficina de divulgación en Honduras, desde el Instituto Nacional Agrario (INA), al que estuvo ligado durante cinco años, informó el periodista Germán Reyes, de la agencia de noticias Efe.
Antes de regresar a Chile en el 2016 por razones de salud, en una entrevista concedida a Efe, recordó que estando en Costa Rica, donde hizo escala luego de abandonar su país, una monja que lo ‘reclutó’ preguntó: ¿Quién quiere irse para Honduras? y él levantó la mano.
Cuando trabajó en el Departamento de Extensión Universitaria UNAH, elaborando materiales educativos. En ese tiempo conoció a Hernán Antonio Bermúdez, Rigoberto Paredes y Roberto Castillo, con quienes fundó Editorial Guaymuras, hace 40 años.
La Editorial Guaymuras, a través de una nota de duelo lamentó el deceso de Edmundo Lobo y recordó su valioso aporte a su patria por adopción y de la cual se enamoró perdidamente: “A Editorial Guaymuras le dio un rostro. El creó el logotipo que siempre ha acompañado nuestras publicaciones, ilustró varias de estas, y diseñó las portadas de más de cien libros que se publicaron durante la primera década”.
Por su parte, quién fue compañera y amiga de Edmundo, y madre de Diego, Gilda Rivera, dedicó un texto a Valeria Lobo, Diego Lobo Sebastián Lobo, hijos del artista: Su padre Edmundo Lobo cantaba bello, tenía una voz espectacular, incluso cantó en peñas en Santiago de Chile donde cantaba Violeta Parra. Dejó de cantar como dijo él porque la vida se le atragantaba en la garganta… nos dejó una sola canción grabada «Arriba en la Cordillera» creo que de Patricio Mans.
Sus amigos de colegio hoy lo despiden con mucho cariño, ellos lo recibieron cuando Mundo regresa a Chile ya enfermo y buscando acceso a servicios de salud que no los tenía en Honduras. Hoy se nos va Mundo, físicamente, pero seguirá en nuestras vidas, porque su curso a través de ellas fue intenso, como dijo una amiga Janeth Blanco «Podía ser lo que él quería: encantador, odioso, solidario, humilde, prepotente, brillante». Hasta luego querido Mundo. Seguro nos veremos tarde o temprano. Gilda.
La defensora de derechos humanos Reina Rivera Joya, reaccionó sorprendida por la triste noticia de la muerte en Chile de Edmundo Lobo “padre de mi sobrino Diego Lobo y compañero por muchos años y amigo entrañable de mi hermana Gilda Rivera. Su aporte a la educación popular a través del diseño gráfico, fotografía y elaboración de textos fue invaluable. Fue de los primeros que captó en los años 70s la vida cotidiana de los pueblos indígenas, especialmente en la Mosquitia hondureña, la zona Pech, Tawahka y la montaña de la Flor”.
En su cuenta de Facebook, el artista Jose Yeco expresó sobre el Maestro Edmundo, que el recuerdo de sus imágenes de la Honduras verdadera, no la de allá, ni la de acá, lo siguen asombrando… “fue su ojo magistral para retratar un país que era más suyo que nuestro, lo que se quedó en mi memoria”.
Desde Chile, los compañeros de colegio escribieron a Gilda, Valeria, Sebastián y Diego:
Ha partido nuestro entrañable compañero Ignaciano, Edmundo Lobo Wiehoff, “Lobito” para todos nosotros.
Pasaron los años y cuando nos juntábamos a conmemorar aquellos años escolares, la pregunta recurrente era ¿Que será de Lobito? ¿quién ha sabido algo de él? Habíamos perdido su rastro, pero su recuerdo y el inmenso cariño por él, seguían siempre presentes en nosotros.
No fue sino hasta las cinco décadas de egresados que recuperamos su huella… Retomamos muchas conversaciones pendientes y nos relató sus riquísimas vivencias en tierra centroamericanas.
Desde el COFADEH, se hace extensivo el abrazo solidario con la familia de Mundo Lobo, como muestra de agradecimiento por su valioso aporte en épocas difíciles, por no callar ante las injusticias y denunciar a través del arte.
No se va Mundo, se queda en la mirada del pueblo, y en la conciencia de los responsables de gobernar esta patria que hizo suya y que amó con sus defectos y cualidades.