Duelo: Agustín Díaz Medina, hasta siempre compañero y hermano

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El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), a través de su coordinadora general Berta Oliva, se solidariza espiritualmente con la familia del defensor de derechos humanos e integrante de nuestras redes de defensoría Agustín Díaz Medina, tras varios días de luchar contra la pandemia del Covid-19 y más de una década de resistencia contra corrupción en impunidad estatal.

Nuestras muestras de agradecimiento por su entrega incondicional la hacemos llegar a su esposa y compañera defensora de derechos humanos, Bernarda Jarquín, con quien compartimos procuraciones de defensoría, formaciones en derechos humanos y acompañamiento a víctimas  de violaciones de derechos humanos en una región que por décadas ha resistido a la invasión militar.

Compañeros y hermanas de la Red de Comunicadores/as Sociales, Defensores y Defensoras de Derechos Humanos del departamento de El Paraíso, hoy nos invade el dolor ante la ausencia sin despedida de don Agustín, como le decíamos, a quien, a inicio de la formación de este espacio lo nombraron coordinador en la región.

Desde el año 2012 fuimos cada municipio donde la Red de Oriente tiene presencia para buscar a líderes campesinos y políticos decididos a formarse en la procuración y defensoría de derechos humanos, y el compañero llegó a representar el espacio político del cual formaba parte, el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), y realizando labores de articulación en el partido Libertad y Refundación (LIBRE), del cual, actualmente la compañera Bernarda “Naya”, es regidora municipal de El Paraíso.

Por mucho tiempo saboreamos el café “San Agustín” que producía y procesaba el compañero Agustín, acompañado de conversaciones y planes para refundar el país. Compartimos escenarios en la “Casa Copemh” de Danlí, en nuestra oficina y en su mismo hogar, que a la vez era la sede del partido por el que luchó.

el paraiso
Red de El Paraiso y la Convergencia Contra el Continuismo/ foto archivo

Hace unos días se nos informó que su estado de salud era delicado, por lo que permaneció interno en el hospital regional de oriente “Gabriela Alvarado” de Danlí, mismo que ha sido objeto de saqueo, por lo que esta Red y por supuesto el compañero Agustín, realizaron plantones y denuncias públicas para que se permitiera al pueblo el derecho a salud pública e integral.

Aunque la pandemia del COVID-19 por la que falleció nuestro compañero, apenas tiene 4 meses en Honduras y ha cobrado cientos de vidas, cada una importante, denunciamos al régimen corrupto de Juan Orlando Hernández, que mantiene sometido al pueblo, como la pandemia más peligrosa contra todos y todas nosotra.

No queremos más mártires, exigimos que se investigue ¿dónde está el dinero? Destinado para combatir la crisis sanitaria ante el Coronavirus. Más de 100 mil millones de lempiras que se han desembolsado en poder el régimen Hernández, sin que existan centros hospitalarios con equipo médico oportuno, ni medidas de bioseguridad para el personal de salud.

Hoy el país pierde a un gran luchador social, a un emprendedor en la caficultura y demás labores agropecuarias, a un político del pueblo, a un hombre sensible y humano, pero nosotros perdemos a un compañero y hermano.

Don Agustín, ya adulto retomó sus estudios a distancia y ahora estudiaba la carrera de derecho en una universidad nicaragüense, por que hasta la educación es excluyente en este país golpeado. Su intención era servir al pueblo. Nunca dejaba guardado sus ejemplares de la Constitución de la República o la cartilla para defensores y defensoras de Derechos Humanos publicada por el COFADEH.

Y así, podemos contar muchas vivencias desde la formación en derechos humanos, las visitas a los municipios, los encuentros nacionales y las conmemoraciones de fechas de Memoria que fortalecen nuestra lucha. Porque Agustín Díaz Medina, también creyó y luchó por un país de justicia, igualitario y fraterno.

Por la memoria de nuestros detenidos desaparecidos, seguiremos exigiendo justicia.

Honduras, 15 de julio de 2020

De los hechos y los hechores, ni olvido ni perdón

COFADEH