Doctrina de seguridad nacional, método de represión hacia los movimientos populares en todo el continente y sobre todo en Honduras

0
44

Tegucigalpa.- El dirigente social y actual delegado del Poder Popular, Sergio Rivera, indicó que la creación de la doctrina de la seguridad nacional fue una copia del plan Cóndor que existió en América del Sur, el que consistía en especificar más los métodos de represión hacia los movimientos populares, insurreccionales, en todo el continente y sobre todo en Honduras.

Rivera participó como expositor en un conversatorio en el Día Nacional por el Derecho a la Verdad, la Memoria y La Justicia, que se realizó en el Museo de la Memoria, en la antigua Casa Presidencial, en el centro de Tegucigalpa.

La jornada fue convocada por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), la Secretaría de Educación, la Secretaría de Derechos Humanos, el Instituto Nacional de la Memoria Histórica, el Instituto de Antropología e Historia y la Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos.

En su intervención, Sergio Rivera señaló que en la época de los 80 ellos como dirigentes estudiantiles denunciábamos que se llevaba a cabo en nuestro país una guerra de baja intensidad. “Así la calificamos, porque la misma se desarrolló en la persecución, secuestro, desaparición forzada, exilio y muerte de muchos dirigentes populares y sindicales”.

También mencionó que en este mes de marzo se conmemora la desaparición forzada del dirigente del Sindicato de Trabajadores del PANI, Gustavo Morales, y del presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, Rolando Vindel.

“Nos damos cuenta de que este era el tipo de gente que enfocaba la doctrina de la seguridad nacional, que no solamente se desarrolló en el campo de la represión interna y la persecución, sino que convirtió también nuestro territorio en un portaaviones de agresión para toda la región centroamericana”, enfatizó el dirigente social y delegado del Poder Popular.

Rivera recordó que fue en 1982 que se instala la base militar aérea de Palmerola.

“Honduras en ese tiempo entrega el territorio nacional a la contra nicaragüense. Y todos debemos de acordarnos los flagelos que vivió la población hondureña en toda la zona fronteriza, incluso en la Capital de la República. Trojes, El Espino, El aguacate, muchos lugares que les pudiera mencionar donde establecieron lo que ellos llamaron la nueva Nicaragua”, recordó el dirigente social.

Añadió que dentro del territorio nacional, desde donde se hacían incursiones a destruir cooperativas de la población nicaragüense, luego regresaban al territorio hondureño, donde el ejército hondureño y las tropas militares norteamericanas les cubrían la retaguardia.

“En otras palabras, éramos una plataforma de agresión a los procesos que se llevaban a cabo, no solo en Nicaragua, también en El Salvador y Guatemala”, sostuvo.

Agregó que ese es el escenario de la doctrina de la seguridad nacional, esa es la participación del plan Reagan para Centroamérica.

“Ese es un plan que trataba de sofocar los procesos revolucionarios con bastante desarrollo ya en El Salvador y en Guatemala, y evitar que en Honduras tuviera éxito la profundización de la lucha armada, para lo cual, ya para entonces habían alrededor de cinco expresiones armadas en Honduras que intentaban emular el proceso revolucionario en ambos países de Centroamérica”.

Ese fue el plan Reagan, la guerra de baja intensidad, las bases militares, el Centro Regional de Entrenamiento Militar que se creó en la zona norte, donde entrenaban militares caibiles de Guatemala, atracadas, de El Salvador, contras, ejercicios militares conjuntos entre las fuerzas hondureñas y los famosos Aguastara, como les decían. Y que era una amenaza muy provocativa ante una inminente invasión a Nicaragua que vivía su proceso de revolución desde mil novecientos setenta y nueve.

Rivera indicó que en el país no solamente se llevó a cabo la escenificación de la violencia en la calle, incluso en este lugar (casa presidencial), estaba el tristemente célebre Roberto Suazo Córdoba, que era el presidente constitucional electo 1982, que se vestía de fatiga militar y trataba de hablar un inglés desconocido para tratar de demostrar su sumisión al imperio del norte.

Asimismo, manifestó que nuestro país definitivamente vio escenarios como la creación o el secuestro de los poderes del estado. El poder judicial en manos de la doctrina de la seguridad nacional. No podía, no pasaban los habeas corpus, los recursos de exhibición personal eran denegados. Y muchos detenidos desaparecidos pudieron haber sido rescatados si hubiéramos tenido un proceso de justicia.

El plan Reagan consistía en crear un gobierno paralelo al Estado. La Alianza para el Progreso de Honduras (APROH) era en la práctica otro gobierno paralelo al que se desarrollaba. La Aproh la dirigía el jefe de las Fuerzas Armadas, Gustavo Adolfo Álvarez Martínez.