Director del Museo de la Memoria hace un recorrido por la época de los años ochenta, en el 42 aniversario de COFADEH

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Tegucigalpa. El director del Instituto de la Memoria Histórica de Honduras, Jorge Amaya, participó en el Foro “COFADEH, 42 años de lucha”, en el marco de los 42 aniversario del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras.

El conversatorio se realizó en el Museo de la memoria ubicado en el centro de Tegucigalpa, donde era la antigua Casa Presidencial.

El director de ese Instituto de Memoria Histórica hizo un recorrido por la época de los años 1980, y todo lo que sufrieron los y las hondureñas durante ese periodo oscuro en Honduras.

Jorge Amaya señala que este tema lo ha estudiado como historiador, no con el nivel de profundidad de análisis, por ejemplo, otros especialistas, como la maestra Leticia Salomón, el profesor Víctor Meza, sobre todo, ese equipo de investigadores recordará muchos que vivieron en los años ochenta.

“Podríamos decir, la doctrina de seguridad nacional y la guerra de baja intensidad en Honduras y Centroamérica yo lo hice para escribir un ensayo, que forma parte, fíjense, de un libro de historia de Honduras, es un manual o libro de texto de historia de Honduras que escribimos para la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, que es el libro que utilizan los muchachos, los estudiantes que cursan la clase de historia de Honduras”.

“La mayoría de analistas, ubican el conflicto en dos contextos, tanto en un contexto externo como un contexto interno de la problemática social centroamericana”, agregó.

Añadió, además, que el primer contexto externo es rápido y casi todos conocemos. Después de la posguerra, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética quedan como nuevas potencias mundiales, Alemania quedó destruida.

“Entonces emerge Estados Unidos y la Unión Soviética y desatan lo que se conoció en la en las ciencias sociales de América Latina y del mundo con el nombre de la Guerra Fría”, señaló.

Además, dijo que una guerra no era una guerra convencional directa, sino que ellos empezaron a apoyar a sus aliados para que se hicieran la guerra entre ellos, Corea del Norte, Corea del Sur, Nicaragua, Honduras.

“Pero luego hay otro punto de inflexión en la historia de América Latina, que fue la Revolución Cubana de 1959, y sobre todo desde el sesenta y dos cuando el régimen de Fidel manifiesta que quiere apoyar los movimientos de liberación nacional en el resto de América Latina”, explicó.

Aquí no hay contra, decía. Y recuerdo, yo estaba preadolescente, el gobierno Liberal, aunque eran militares los que mandaban; aquí en esta sala, justamente, se reunían los milicos a hacer esas políticas de represión. Qué paradojas de la historia ¿Supiera ese montón de milicos que estamos ahora donde fue de ellos?”, añadió.

El historiador y director del Instituto de la Memoria recordó cuando utilizaban el lema que Honduras era un oasis de paz.

“Ese era el lema que salía en estos mismos canales golpistas, en los canales corporativos día y noche, pasaban Honduras, un remanso de paz, decía la voz en FM y sacaban un anuncio de las playas de Honduras, de las playas de Tela, sí, los cuadros de danzas con las canciones folclóricas”, contextualizó.

Además, dijo que mientras no solamente Estados Unidos financiaba la instalación de la contrarrevolución para derrocar a los sandinistas, sino que también crearon un batallón para el ejército salvadoreño que todavía en ese momento estábamos en estado de guerra, porque no habíamos firmado la paz hasta el año ochenta con el Tratado de Paz con El Salvador para entrenar a los militares salvadoreños que peleaban contra el Farabundo Martí en El Salvador”.