Tegucigalpa, Honduras.
Por Riccy Ponce
Un grupo de pobladores del municipio de La Campa, Lempira, se presentó a las instalaciones del Comité De Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), para denunciar los abusos del párroco, que, según ellos, desde el 2012 que llegó a tomar posesión de la misma, ha venido cometiendo atropellos en contra de la comunidad.
“Denunciamos al párroco Marco Tulio Aguirre, en todas las cosas o peligros que acarreamos nosotros los agentes de pastoral y algunos miembros de la iglesia, se la responsabilizamos a él, ya que sentimos que estamos siendo perseguidos, por tanto, trabajo que nosotros estamos realizando, por eso nos presentamos aquí -COFADEH- para denunciar públicamente, estos atropellos que estamos recibiendo por parte de la iglesia católica”, expresó, Leonardo Méndez.
Acompañado de otros agentes de pastoral, Méndez declaró que, “desde el 2012 que entró a tomar esta nueva parroquia ha entrado violentamente ignorando al consejo parroquial y a los evangelizadores de iglesia, donde se ha presentado rompiendo los candados de los templos coloniales de San Sebastián, San Manuel, San Marcos de Caiquín y de La Campa, así como también, de algunas aldeas”.
También aseguraron que el sacerdote está tratando de despojarlos de las casas de oración por medio de documentos falsos, “ellos tienen consejos zonales y están buscando otros documentos, que pienso yo, que no son legales porque nosotros tenemos documentos que son originales, algunos documentos fueron elaborados en el año 1988, por algunas personas que ya murieron y que donaron ese terreno a las comunidades eclesiales de base y que algunas aldeas, han comprado esos terrenos para construir las casas de oración donde nosotros hemos trabajado”.
Seguidamente, Méndez dijo a defensores en línea.com que “siento que somos perseguidos porque desde el momento que este señor, nos quiere sacar de las casas de oración, que son nuestras, que con nuestro sudor las hemos hecho, sentimos que los seguidores de él, nos insultan, nosotros no podemos salir confiados, tenemos en riesgo la vida y a veces la misma policía se presta a resguardecer -cuidar- sus autos, entonces una mala información que llegue a ellos, pueden actuar en contra de uno”.
Cabe señalar que, a este grupo de agentes de pastoral, no los reconocen como católicos, sino que los llaman “iglesia popular”, de la misma forma denominaban a modo de estigmatización a los dirigentes campesinos en El Salvador en la década de los 70-80 que emprendían luchas sociales, acompañados por monseñor Óscar Arnulfo Romero (asesinado en 1980).
Las denuncias de ataques contra dirigentes de la parroquia San Matías, en La Campa, a 16 kilómetros de la ciudad de Gracias, han sido reiteradas. En el 2013 el obispo de la Diócesis de Copán, Darwin Andino acompañado de un grupo de choque y de un destacamento policial, irrumpió en dicho templo, con el propósito de ejercer presión para que se disolviera el movimiento social y que apurar la salida del ex párroco Cándido Pineda, quien denunció persecución en su contra.