Tegucigalpa, Honduras/Elmvale, Canadá.- El Observatorio del Condado de Simcoe sobre Derechos en Honduras, una asociación de una zona rural de la provincia de Ontario, ha enviado a Honduras del 22 al 27 de mayo a una delegación de investigación compuesta por siete personas para exigir la libertad del preso político Edwin Espinal, y también llamar la atención sobre las políticas y acciones de los gobiernos de Canadá y los Estados Unidos que han estado fortaleciendo y legitimando el régimen corrupto y violento que está en el poder desde el golpe de estado en el 2009.
Espinal es el yerno de Janet Spring, vecina del condado de Simcoe, quien liderará la delegación junto con Grahame Russell, director de Derechos en Acción, una organización no gubernamental canadiense-estadounidense. La delegación incluye también al realizador de documentales Jesse Freeston, el fotógrafo Ben Powless, la pastora de Elmvale Meg Jordan, y el doctor de medicina de emergencia William Reeves. La delegación también está acompañando de regreso a Honduras a Karen Spring, la compañera de Espinal y una defensora canadiense de derechos humanos que ha vivido y trabajado en Honduras desde el 2009.
Al arribar al aeropuerto a las 11 y media de la mañana del 22 de mayo, cinco integrantes de la delegación (Karen y Janet Spring, Jesse Freeston, Meg Jordan y William Reeves) fueron interrogados uno por uno por casi cuatro horas, y se enfocaron sobretodo en la interrogación de Karen Spring, quien estaba regresando a casa. A los integrantes de la delegación se les interrogaron más que todo sobre su interés en y preocupación por temas de derechos humanos desde las elecciones fraudulentas y violentas de noviembre del 2017.
Cuando se les permitió salir del área de migración, se juntaron con Ben Powless y Grahame Russell quienes estaban esperando en el aeropuerto junto con defensores hondureños de derechos humanos y manteniendo al tanto a organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos.
Espinal está encarcelado en una cárcel de máxima seguridad desde su captura arbitraria el 19 de enero del año en curso en medio de las enormes protestas tras el proceso electoral corrupto y represivo de noviembre del 2017. La familia Spring no ha podido escuchar noticias directamente de Edwin en más de 45 días pero saben que sigue en condiciones deplorables con cargos falsos para criminalizarlo por su larga trayectoria de trabajo en derechos humanos y movimientos sociales.
“La delegación ha solicitado reuniones con varios funcionarios hondureños, incluso el Fiscal General y el Instituto Nacional Penitenciario, los responsables de las condiciones en las cuales se encuentra Edwin”, informa Janet Spring. “También hemos solicitado a la Embajada de Canadá en Honduras ayudarnos en facilitar nuestra visita a la cárcel y poder traerle comida y agua a Edwin y a otro preso político encarcelado con él, Raúl Álvarez”.
En noviembre del 2017, estallaron protestas en Honduras tras las elecciones generales plagadas de fraude. Espinal, así como miles de hondureños, salió a las calles para oponerse al fraude electoral que mantuvo en el poder al presidente Juan Orlando Hernández. Las fuerzas de seguridad reprimieron a las protestas incluso con bala viva, dejando más de 35 muertos, cientos de heridos, y miles de detenidos.
Un defensor de los derechos humanos y de la democracia desde hace muchos años, Espinal es uno de 23 presos políticos que el gobierno tenía encarcelado en prisión preventiva, incluso en centros penales dirigidos por militares. Hasta la fecha, 17 de los 23 presos políticos han salido con medidas sustitutivas gracias a los esfuerzos al nivel nacional y las campañas internacionales, entra las cual están los vecinos del condado Simcoe. Sin embargo, la familia Spring teme que el gobierno mantendrá encarcelado a Espinal. “Edwin ha sido blanco de persecución política desde el golpe de estado en Honduras en el 2009, apoyado por los Estados Unidos y Canadá”, explica Grahame Russell, quien ha conocido a Espinal desde ese entonces.
La delegación también estaría solicitando reuniones con representantes de las embajadas de Canadá y EE.UU. “El gobierno hondureño ha sido facultado y fortalecido por el apoyo diplomático y económico de Canadá y los Estados Unidos, lo cual sigue, y aprovechó una crisis política para encarcelar a defensores y activistas como Edwin. Nosotros, como ciudadanos canadienses y estadounidenses, a través de las políticas de nuestros gobiernos, hemos ayudado a crear la problemática de violaciones a los derechos humanos en Honduras”, destaca Russell.
La delegación estará acompañada por organizaciones nacionales de derechos humanos como el Comité de Familiares de los Detenidos-Desaparecidos en Honduras, COFADEH, cuyas abogadas son las representantes legales de Espinal. La delegación también coordinará con la Convergencia contra el Continuismo y el Comité Nacional por la Liberación de los Presos Políticos.
Mientras en Honduras y al regresar a Canadá y a los Estados Unidos, la delegación compartirá sus hallazgos con funcionarios en ambos países, con medios de comunicación, y con vecinos del condado Simcoe.