Nos dirigimos a las organizaciones miembros del ICAED (Coalición Internacional contra las Desapariciones Forzadas) y a todas las personas de buena voluntad del mundo. Conmemoramos el Día Internacional de los Derechos Humanos, fecha que recuerda la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este documento fundamental fue adoptado por la Organización de las Naciones Unidas después de una de las terribles guerras del siglo XX – el siglo campeón en guerras y genocidios-. Los 30 artículos de esta Declaración Universal y el Día que nos los recuerda son gritos lanzados con angustia y esperanza a todos los seres humanos, para que finalmente aprendamos a vivir en paz; pero en verdadera paz, basada en la justicia.
ICAED trabaja contra la desaparición forzada en el mundo, un crimen de lesa humanidad. En estos 75 años, la sensibilización y la posterior lucha pacífica contra la desaparición forzada -principal objetivo de ICAED- han ido creciendo. Los familiares y otros defensores de quienes desaparecieron según la definición de desaparición forzada de la ONU han formado asociaciones y federaciones: FEDEFAM, AFAD, FEMED y muchas más. Como escenario de la historia, la comunidad internacional conmemora cada última semana de mayo la Semana Internacional de las Desapariciones Forzadas y el Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas –que las Naciones Unidas adoptaron en 2011-.
Debido a que las desapariciones forzadas han alcanzado una magnitud global, las Naciones Unidas establecieron el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias en 1980 para abordar los casos de desapariciones forzadas en todo el mundo. Con la adopción de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, en 2006 se creó el Comité contra las Desapariciones Forzadas con el fin de garantizar el seguimiento de la aplicación de la Convención.
Al conmemorar el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, hacemos un llamado a todos los gobiernos a firmar, ratificar e implementar la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. Y, más aún, que estos gobiernos tomen medidas urgentes para prevenir este delito y someter a la justicia penal constitucional a los responsables de su perpetración.
Asimismo, para ampliar nuestra campaña destinada a poner fin a las desapariciones forzadas, enfatizamos la necesidad de un congreso mundial sobre desapariciones forzadas que dé más eficacia a los esfuerzos tendientes a nuestro objetivo de un mundo sin personas desaparecidas.
Con toda la fuerza de nuestro deseo, como familiares de detenidos desaparecidos en el mundo y como defensores de los derechos humanos, pedimos a todas las personas que dediquen sus esfuerzos a la lucha conjunta contra las desapariciones forzadas y contra toda forma de violación de los derechos humanos. Les pedimos que instalen profundamente en sus corazones los dos principios siguientes, tan simples y tan profundos, que dan sentido a nuestra vida y a nuestras actividades:
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente unos con otros.” (Art. 1. Declaración Universal de Derechos Humanos) y
“Nadie será sometido a desaparición forzada” (Art. 1. Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas)
El mundo hoy está inmerso en guerras evitables causadas por poderes antihumanos, y también está destruyendo la Madre Naturaleza. Estos principios, grabados en nuestra identidad y en nuestra vida diaria, pueden convertir el mundo -nuestro único hogar global- en un lugar donde vivamos y trabajemos libres, porque somos iguales en dignidad y derechos, porque somos hermanas y hermanos.
Desaparición forzada ¡Nunca más!
