Denunciar y desmontar la dictadura es nuestra práctica y nuestro camino colectivo, y esto es asunto de vida o muerte. O sigue la dictadura y nos hartará con sus garras y colmillos, con la pandemia y sus saqueos y escándalos, o la desmontamos, y entonces abrimos un camino nuevo hacia la construcción de una Honduras compartida por igual por toda su gente. Es un compromiso histórico permanecer en pie de lucha, y puesta toda nuestra fe y fuerza en esta lucha por vivir, presentamos este Décimo octavo manifiesto público:
1-. Dejamos constancia por dieciocho veces consecutiva, de la exigencia porque se conduzca esta crisis sanitaria con un equipo profesional y digno, que se hagan a un lado todos los miembros de ese equipo politizado, saqueador e improvisador, y que se conforme un sistema de veeduría independiente para dar garantía en el buen manejo de Nuestros fondos nacionales. Ignorando estas exigencias tan simples han convertido la crisis sanitaria en genocidio. Así de claro, así de mortal ha sido el silencio de asesinos.
2-. Condenamos la militarización, no solo en las calles sino también en las estructuras de tomas de decisiones colectivas, muchas ilegales e ilegitimas. Creemos firmemente que esto es un síntoma más de que vivimos en una dictadura cada vez más violenta y demente, que amplía la injerencia patriarcal, tanto en los espacios públicos como en los privados. No a los militares, su presencia es dañina, estorban y saquean los bienes comunes.
3-. Nos seguimos preguntando ¿Dónde está el dinero? Está en la bota militar, en los misteriosos hospitales móviles, están en la campaña cachureca, en el plato de comida del fiscal, en la loción de la ministra. Les invitamos a estar pendiente de todas las expresiones mediáticas que desde este espacio estamos impulsando, convencidos que robar en esta emergencia es asesinar, porque los fondos saqueados estaban destinados a salvar vidas.
4-. En esta emergencia, la vida no solo está amenazada por el virus y la corrupción, también por los descarados cobros en la factura de energía eléctrica, el aumento a la canasta básica, la falta de pago de salarios a miles de empleados públicos y la suspensión ilegal e injusta de miles de obreras y obreros, con el contubernio del ministerio del Trabajo. Exhortamos a la bancada que actuó con dignidad el día 24 de junio, a seguir unida para que en mayoría legislen para aliviar los tormentos de las grandes mayorías. No calculen, actúen conforme al clamor de este pisoteado pueblo.
5-. Saludamos las iniciativas y acciones populares de manifestaciones públicas que han comenzado a realizarse con creatividad. Todas las acciones que se impulsan en este período de incertidumbre y angustia, despierta la lucha popular y son un homenaje a las víctimas del Coronavirus y afronta a los sanguinarios saqueos del equipo que lidera Juan Orlando Hernández.
6-. Todas las organizaciones firmantes invitamos a la Caravana nacional “¿Dónde está el dinero?” para el día lunes, a las 4:00 de la tarde en la ciudad de Tegucigalpa, San Pedro Sula, Santa Bárbara, El Progreso, La Ceiba y el valle de Aguán. Al tiempo, invitamos a escuchar la conferencia de prensa el día lunes a las 10:00 am, donde presentaremos nuestros aportes mediáticos a la campaña “¿Dónde está el dinero?”
7-. Mientras caminamos, hagamos una pausa ruidosa en el patio de la casa, cada sábado a las siete de la noche. El cacerolazo sigue siendo signo de vida y esperanza ante la pandemia de la corrupción.
Honduras, julio de 2020