Crímenes de lesa humanidad: la justicia francesa debe extraditar al expolicía Mario Sandoval

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París, Buenos Aires.

Tras el aplazamiento del 28 de marzo, la Sala de Casación Penal celebrará el 11 de abril de 2018 la audiencia correspondiente a la solicitud de extradición de Mario Sandoval, presentada por la República Argentina hace seis años.

Nuestras organizaciones instan a la Sala de Casación Penal a confirmar las decisiones ejemplares dictadas por el Tribunal de Apelación de París y de Versailles y, de conformidad con las obligaciones internacionales de Francia sobre el procesamiento de autores de desapariciones forzadas, a autorizar la extradición de Mario Sandoval a Argentina.

Antiguo oficial de policía de Buenos Aires, se persigue a Mario Sandoval en Argentina por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura (1976-1983). Nuestras organizaciones consideran que ha llegado el momento de extraditar a Mario Sandoval —residente en Francia desde 1985— y de que responda de sus actos ante la justicia argentina.

Esta audiencia corresponde al recurso presentado por Mario Sandoval ante el Tribunal de Casación contra el fallo favorable a su extradición emitido por el Tribunal de Apelación de Versalles el 19 de octubre de 2017. El Tribunal de Apelación de París ya había emitido un primer dictamen favorable el 28 de mayo de 2014.

Mario Sandoval está siendo procesado en el marco de una investigación abierta por el juez argentino Sergio Torres en relación a los crímenes cometidos en la Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires, el mayor centro de detención y tortura clandestino, donde más de 5 000 personas detenidas desaparecieron durante la dictadura. La investigación abierta contra Mario Sandoval, cuando era agente de la división de Asuntos Políticos, responde al secuestro y desaparición de Hernán Abriata (militante de la Juventud Universitaria Peronista), en octubre de 1976.

Los familiares de Abriata, en especial la madre de Hernán, Beatriz, de 92 años de edad, y su esposa, Mónica Dittmar, testigos impotentes de su secuestro, llevan más de 40 años pidiendo que se haga justicia.