Tegucigalpa.- El régimen de Juan Orlando Hernández está llevando adelante un modelo de gestión de la crisis profundamente dictatorial y autoritario, donde no hay cabida para la concertación, el consenso ni la participación de la sociedad civil.
“Ese es el elemento que caracteriza el modelo de gestión de la crisis, lleno de opacidad, de falta de transparencia, de falta de rendición de cuentas; de falta de transparentar el uso de recursos”.
Así reflexionó el destacado sociólogo hondureño Eugenio Sosa, al ser consultado por el periódico digital www.defensoresenlinea.com sobre el accionar del régimen, con respecto a la contención de la crisis provocada por la pandemia mundial del coronavirus o Covid19 y su impacto a nivel social, político y económico.
El impacto de la pandemia de coronavirus tiene algunos puntos críticos en el país, que son el tema de la pobreza, la desigualdad y la exclusión, dijo Sosa.
Se toman medidas como la cuarentena desconociendo que hay gente que vive día a día, que hay gente que definitivamente se encierra en sus casas o pedirles que se encierren; es para aguantar hambre, porque no es un país que tiene niveles de empleo formal o de poder recibir un salario al final de mes; como lo recibe un sector muy pequeño de la sociedad.
“Esas medidas, como las de regalar algunas raciones de comida, están muy lejos de satisfacer el gran problema de los sectores populares, por eso no es casual que se hayan levantado varias voces de protesta y varias tomas de carreteras todos los días; pidiendo que se les lleve comida o que se les atienda”, comentó.
Sosa señaló que el segundo momento crítico, es que, a pesar que se avisó con tiempo o digamos que el mundo nos avisó con tiempo, en el sentido que sabíamos que esto se venía, todavía a éstas alturas, los médicos, las enfermeras y todo el personal de salud, siguen teniendo problemas graves de material logístico de bioseguridad.
“Hasta hace poco incluso, ni siquiera tenían mascarillas quirúrgicas que es de lo más elemental”, sostuvo.
El tercer elemento crítico, añadió, es que se está llevando adelante un modelo de gestión de la crisis profundamente dictatorial y autoritario. No hay cabida para la concertación, para el consenso, no hay cabida para la participación de la sociedad civil.
No hay cabida para la auditoría y la vigilancia ciudadana, de auditar esas grandes cantidades de millones de lempiras y no hay cabida, más que para aquellos que de alguna manera hacen lo que el gobierno les pide o que son instancias que han sido creadas por el gobierno para sustituir la participación precisamente de la sociedad y la ciudadanía.
“Me refiero a algún tipo de vigilancia, entre comillas, y de acompañamiento que hacen instancias como el Foro Nacional de Convergencia (FONAC), pero que es claro, que es una instancia extremadamente cercana al gobierno, extremadamente obediente al gobierno y que no representa las voces críticas ni propositivas de la sociedad civil y de la ciudadanía”, expuso el sociólogo hondureño.
Ese es el elemento que caracteriza el modelo de gestión de la crisis, lleno de opacidad, de falta de transparencia, de falta de rendición de cuentas; de falta de transparentar el uso de recursos.
Algunas medidas que se han tomado van en la línea de beneficiar básicamente al sector empresarial, y me refiero “al gran sector empresarial”, a aquel que hace negocios con el estado, que depreda al estado y que incluso aunque faltan más investigaciones; sabemos que ha estado detrás de los grandes escándalos de corrupción.
“En ese sentido lo que se espera para el país no es nada fácil, es una profundización de la crisis, una crisis que puede derivar en diferentes escenarios. Uno de ellos puede ser un escenario continuista, dictatorial, autoritario”, vaticinó.
O realmente tomar la oportunidad de parte de las fuerzas políticas y sociales; para levantar un proyecto político por una Honduras diferente, por un mejor país, por una mejor patria”, reflexionó el profesional de la sociología.
Por último, Eugenio Sosa señaló que a nivel mundial en la geopolítica, hay un debate. No se sabe exactamente de dónde vino el virus y hay sospechas, hay algunas miradas que no se pueden descartar, pero que tampoco se pueden afirmar de antemano; que son miradas que plantean que en esto hubo un proceso de manipulación genética y que es parte de la guerra económica y por la hegemonía mundial de grandes potencias económicas capitalistas.
El pasado 13 de marzo el Congreso Nacional (CN) aprobó la asignación de 430 millones de dólares ( 10 mil 320 millones de lempiras) con el propósito de atender la crisis sanitaria provocada por el impacto del coronavirus en el país.
El 24 de marzo, el presidente del Banco Central, Wilfredo Cerrato anunció con “gran satisfacción” que el régimen tenía “ya en caja”, 143 millones de dólares (unos 3 mil 432 millones de lempiras) en carácter de préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El funcionario también informó sobre el otorgamiento de 50 millones de dólares (Mil 200 millones de lempiras) por parte del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y un millón de dólares ( 24 millones de lempiras) adicionales para el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (SINAGER).
Otros 200 millones de dólares ( 4 mil 800 millones de lempiras) para Honduras, serán transferidos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para inversión en el sector salud y apoyo financiero a la gran empresa, turismo, pensiones, subsidios, apoyo a cadena de suministros y para las pequeñas y medianas empresas.
El régimen mantiene una total opacidad y a quienes les abre las puertas, son actores que están completamente coludidos o completamente a su favor; que no hacen una crítica o auditoría real, como es el Foro Nacional de Convergencia (FONAC) que anda participando de las bolsas y sacos alimenticios que se andan dando, explicó Sosa.
“Aquí hay un gran problema y es que aquí se aplica una cuarentena en un país donde el tema de la pobreza, la desigualdad y la exclusión es enorme, que pasa más del 50 por ciento y llega hasta un 60 por ciento”.
“Entonces los más golpeados, los más empobrecidos, los que van a quedar en una mayor pobreza y en una mayor exclusión, van a ser precisamente los sectores más populares”, advirtió el investigador social.
Estas medidas, son medidas pro-empresariales, son medidas que permiten y dan posibilidad a mucha corrupción. Son medidas que van a permitir que se enriquezca esta élite política corrupta gobernante, que se favorezcan sobre todo, los grandes empresarios que siempre han depredado el estado y con ello se profundice la desigualdad, la exclusión y la pobreza.