Era un día frío, nublado y triste de noviembre de 1982. Un grupo de madres y esposas llorosas pero decididas se reunieron en la sede del partido demócrata cristiano, en la primera avenida de Comayagüela.
Sin el consenso de todos los dirigentes demócratas de entones, Adán Palacios Irachez asumió el riesgo de abrir el salón de reuniones del PDCH y ahí se tomó oficialmente la decisión de constituir el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras.
Aquel grupo fundador de “Mujeres contra la Muerte” había perdido al 30 de noviembre de 1982 más de 4 decenas de hijos, hijas y parejas en la vorágine criminal empujada por Estados Unidos a través de su batallón de la muerte 3-16.
Las mujeres llamaron COFADEH a su organización y aprobaron como eslogan: vivos se los llevaron, vivos los queremos. Su determinación era hallar con vida a sus parientes desaparecidos por el Estado.
Desde el inicio de su lucha llamaron seres queridos a sus parientes arrancados a la fuerza de sus casas, de sus sindicatos, colegios y universidades. Los malvados llamaban a los cautivos, terroristas, comunistas, subversivos, guerrilleros.
Todas esas palabras criminalizantes incorporadas al léxico carrasposo de los militares locales por los agentes de la CIA, papi Raymond, Demetrio Negroponte, agente Mike y otros sátrapas criminales del imperio, no detuvieron nunca a las madres.
Sorteando por décadas, disensos, inconstancias y traiciones, las madres perseveraron hasta la muerte, hasta la injusticia y el desprecio; otras, hasta el linchamiento mediático y las actuales sobrevivientes, hasta la calumnia mezquina y la envidia tiña.
Pero estas mujeres nunca fueron vencidas, nunca lo serán. Su lucha es patrimonio de la humanidad y así es reconocido por quienes tienen oídos para escuchar y ojos para ver.
El próximo fin de semana, esta organización que nació entre los balazos de la Doctrina de Seguridad Nacional, conmemorará 42 años de lucha. ¿Y cómo lo hará?
Este año será diferente. En el Museo de Memoria Histórica, en la antigua Casa Presidencial, con el acompañamiento del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, será inaugurada una sala dedicada a la desaparición forzada.
La sala reunirá imágenes, objetos, documentos de la época, obras de arte y alegorías que poco a poco se irán completando para convertirse en un espacio de pedagogía popular.
Las generaciones actuales y futuras necesitan visualizar los hechos de 1982 a 1992 para que nunca más se vuelvan a repetir de modo sistemático, alevoso y cruel desde el Estado.
La memoria de defensores sociales, disidentes políticos e ideológicos, hombres y mujeres que ofrendaron su vida por la refundación de la Patria, se respeta.
En este mismo Museo capitalino tendrá lugar un conversatorio popular con el primer desaparecido extranjero en Honduras, un periodista argentino-mexicano que presentará su tesis de doctorado con comentarios de la ex directora de investigación científica de la Universidad Nacional.
Otras obras sobre la desaparición forzada también serán presentadas esa tarde y el público tendrá la oportunidad de hablar con sus autores y autoras.
Para cerrar el ciclo de conmemoraciones de los 42 años, en el Museo Nacional contra el Olvido en Amarateca, será inaugurada una escultura gigante en memoria de las mujeres luchadoras fundadoras del COFADEH, que rinden homenaje con su ejemplo a todas las defensoras y defensores de la vida y la libertad.
La escultura fue diseñada, financiada y construida por la agencia suiza de cooperación al desarrollo, que antes de cerrar sus operaciones en Honduras acompaña el monumental proyecto del Cofadeh en Amarateca.
En esta localidad ubicada al oeste de Tegucigalpa, antiguo centro de ocultamiento, desaparición, tortura y asesinato de opositores políticos, se construye sobre los restos de la casa del terror una obra de amor llamada Museo Contra el Olvido.
De este modo, las madres y otros familiares de pañuelos blancos, que nunca cejaron en su propósito de educar a Honduras y al mundo, sin mezquindades ni conspiraciones inútiles, abren sus corazones este 30 de noviembre a la conmemoración histórica de su lucha inclaudicable.
Honor y gloria al Cofadeh, organización que si no existiera habría tenido Honduras que inventarla, para que el modelo guerrerista de Reagan, de liberales, nacionalistas, militares, y empresarios con su APROH, nunca más vuelvan a dirigir el Estado de Honduras.
Que así sea. Buenas noches