Tegucigalpa.- El día de hoy a las 4:00 de la tarde se realizó el sepelio del joven Marvin Rolando Alvarado de 33 años de edad, en el Cementerio General de la comunidad de El Paraíso, Omoa, Cortés, quien fue asesinado el pasado viernes en horas de la tarde por elementos de la Policía Militar del Orden Público.
Al sepelio llegaron familiares y amigos del joven portando pancartas mediante las que exigían justicia, para que el crimen contra Alvarado no quede en la impunidad.
A Marvin, lo describen sus familiares como padre de dos hijos quienes hoy quedan sin el sustento de su papá, era el número cuarto de cinco hermanos, era hijo ejemplar, amigos solidarios, un hombre trabajador al que hoy toda su familia y demás lo lloran.
Ese día Marvin y sus dos hermanos regresaban de trabajar sin saber que se encontrarían con la tragedia provocada por las fuerzas represoras del estado, en una clara violación a los derechos humanos.
Hoy su familia exige que estos dos oficiales sean presentados a los tribunales, ya que uno de ellos fue identificado por su hermana en una transmisión en vivo en la página «Noti Omoa» como Josué Alvarado.
Cabe mencionar también que en esa mismo medio denunciaron que el día que ocurrieron los hechos no se les quiso recepcionar la denuncia, y más bien recibieron amenazas a pesar de que la familia pasaba por el dolor de haber perdido a su hermano, y tener a los dos que lo acompañaban detenidos por defenderse del ataque.
Este hecho dejó una persona asesinada y otras dos criminalizadas por defenderse del ataque de los dos oficiales de la Policía Militar.
Pero este caso no es el único que han cometido las fuerzas represoras del estado, ya que han golpeado a varios pobladores de una manera salvaje por estar cuidado sus comunidades, para que las personas que ingresen a la misma lo hagan con las medidas de bioseguridad necesarias, para evitar la propagación de la pandemias en sus lugares que habitan, en diferentes partes del país
A más de 40 días de que iniciara la cuarentena, han surgido también varias protestas exigiendo alimentos, ya que a falta de trabajo la gente ya no tiene como mantenerse y mantener a sus hijos, pero la respuesta del régimen ha sido represión con gas lacrimógeno, cometiendo violaciones tras violaciones a los derechos humanos.