Tegucigalpa.- Con fracturas y lesiones en su cuerpo , que le impiden valerse por sí solo, se encuentra Miguel Padilla, quien fue brutalmente golpeado por la Policía Militar del Orden Público, a vista y paciencia de la Policía Nacional, que aunque no participó en el ataque, no hizo nada por impedirlo.
Miguel tiene ocho días de estar postrado en una cama a causa de los múltiples golpes que le causaron elementos represores del estado, solo por preguntar el motivo de la detención de su cuñado, quien minutos antes le había dicho a los miembros de la patrulla que por favor bajaran las luces, ya que las llevaban muy altas y había un culto, lo que originó su detención y en este momento se encuentra en recuperación, ya que no se puede mover ni para ir al baño.
En comunicación con defensoresenlínea.com, Miguel dijo “estoy aquí recuperándome poco a poco, no me siento muy bien, yo no tengo los medicamentos que necesito, porque no puedo ni trabajar. Además yo soy padre de dos gemelas, tenía 3 hijos pero se me murió uno hace cinco meses; mis dos hijas tienen 6 años y yo soy el único sustento que tienen para poder sobrevivir, y yo no puedo trabajar en nada, porque los médicos me dijeron que no podía en este estado”.
Indicó que los militares le golpearon más en la columna y que además tiene una fractura en las costillas y al no poderse dar vuelta tomó la decisión de mandarse a sobar.
Miguel dice que aún no se siente bien ya que para ir al baño su esposa lo tiene que llevar, porque todavía no puede valerse por sí solo, al mismo tiempo que dijo que lo golpearon solo por preguntar el porqué de la detención de su cuñado y que no estaban haciendo nada malo.
Solo fue que yo le dije que porque me llevaban a mi cuñado si estábamos en un servicio de culto y me dijeron “y vos que”, y me empezaron a golpear y a torcer los brazos y allá en la posta me golpearon delante de los otros policías los azules (Policía Nacional), y a mi cuñado lo metieron en la celda y ahí me siguieron golpeando, incluso cuando estaban en el parqueo.
Con voz entre cortada dijo que “mis niñas están pequeñas y yo no puedo trabajar. Yo trabajo con el machete y solo gano 150 lempiras al día y ahora sin poder trabajar no sé cómo podré mantenerlas”.
Es importante señalar que Miguel y su familia se encuentran fuera de su casa, ya que por temor a represalias de los elementos represores del estado, tuvieron que dejar su hogar.
“En ese momento yo no estaba en el culto, yo iba a traer a mi esposa porque me dijo que la fuera a traer, ya que donde nosotros vivíamos es muy oscuro, es en la comunidad El Destino, que pertenece al municipio de San Francisco de La Paz, en el departamento de Olancho, pero nos salimos de allí, ya que tenía miedo porque estaba yo solo con mi esposa, no podía quedarme allí y alguien me dijo que me fuera a la casa de él, y por mi seguridad no puedo decir a donde estoy viviendo ahora”.
Los hechos ocurrieron en la comunidad de Campanario en el municipio Guarizama en el departamento de Olancho, cuando Miguel Padilla llegó al lugar donde se estaba realizando un culto para recoger a su esposa, encontrándose con la sorpresa que se llevaban a su cuñado detenido, sin ninguna razón, y al consultar el motivo, lo detuvieron también a él, ensañándose al mismo tiempo al darle golpes sin piedad, en una clara violación a los derechos humanos.