Por Marvin Palacios
Choluteca.- La comunidad de Los Prados 1, en el municipio de Namasigue, que se ha opuesto a la instalación de proyectos fotovoltaicos (energía solar) desde hace 3 años, recibió la visita de un grupo de defensores y defensoras de los territorios lencas de La Paz y ambientalistas del municipio de Choluteca..
Esta visita constituyó una nueva jornada de intercambio que se produce entre redes de defensores y defensoras de derechos humanos que han sido constituidas por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), La Vía Campesina y la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC).
Los intercambios entre redes se enmarcan en un proyecto financiado por el País Vasco, a través de la organización de derechos humanos denominada Mundubat, en la cual actúan como facilitadores el COFADEH, La Vía Campesina y la CNTC.
En esta oportunidad participaron hombres y mujeres, representantes de La Vía Campesina, la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC), el Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (Codimca) y la Red de Defensores y Defensoras de la Zona Sur (Redehsur).
La primera visita se realizó el miércoles 13 de febrero a los caseríos de La Llave y Agua Fría, en el municipio de Nacaome, departamento de Valle, donde está instalado el mayor complejo de paneles solares de la región centroamericana.
Más tarde la delegación visitó la comunidad Los Prados 1, localizado en el municipio de Namasigue, departamento de Choluteca, con el propósito de conocer la situación existente y compartir experiencias.
El periódico digital www.defensoresenlinea.com dialogó con el presidente del patronato de la comunidad Los Prados 1, Leonardo Amador, que por defender el territorio de su comunidad; enfrenta un proceso judicial acusado del delito de cohecho.
Junto a Amador, hay otras 9 personas acusadas del mismo delito, a quienes los tribunales les han dictado medidas sustitutivas a la prisión y deben presentarse cada mes, a firmar el libro de registro de los acusados.
Los vecinos y vecinas de Los Prados 1 y 2, libran desde el año 2016 una férrea oposición frente a las pretensiones de que se instale un gran “parque fotovoltaico” (paneles soalres) en un terreno de 85 manzanas que se localiza a pocos metros de sus casas.
Amador dijo que en esta lucha siempre hay personas que pretenden desequilibrar a los líderes, o hacer ofrecimientos económicos a quienes dirigen los movimientos con el fin de sofocar la oposición hacia los proyectos.
“Otras veces hay frases amenazantes como que vas a aparecer encostalado, entonces todas esas cosas lo vienen a uno a intimidar, pero nosotros nos hemos mantenido, creyendo que lo que defendemos es justo, como defender nuestros derechos, defender el territorio, defender nuestro medio ambiente y el agua”.
El líder comunitario cuestionó que tanto las autoridades municipales y nacionales “no se tomaron el costo de hacer una consulta previa para llevar estos proyectos a nuestras comunidades, porque hoy el tiempo cambió y la gente ha despertado, y hay que hacer estas consultas para no llevarse estos enredos”.
Amador explicó que los beneficios que traen los proyectos fotovoltaicos son mínimos y a corto plazo, puesto que el empleo que ofrecen es temporal, apenas 3 meses; y una vez terminados, los inversionistas proceden a cercar los predios y muy pocos pueden entrar.
Expertos consideran que los paneles solares a gran escala, deben instalarse en zonas alejadas de los asentamientos humanos y los criaderos de animales domésticos.
Las altas temperaturas que generan los parques solares, afectan la salud humana, y perjudica el ecosistema en donde viven animales, insectos y pájaros de diversas especies.
“Se pierden los árboles de jícaro, impera la insolación, que ha venido a incomodar a mucha gente por la calor y lo otro es que los pozos no tienen agua. Los pajaritos y otras especies como el venado, el garrobo y el pitero; han desaparecido o han emigrado, y eso pasaría con nosotros como seres humanos, el día que permitamos estos proyectos, tendríamos que emigrar del lugar donde vivimos; porque no vamos a soportar la inclemencia de estos proyectos que son tan nocivos para nuestra vida”, comentó Amador.
Medarda Hernández, vecina de Los Prados 1, se mostró alegre y agradecida por la visita de los defensores y defensoras, “porque a través de ellos vamos aprendiendo más nosotras y tenemos que ser fuertes para defender nuestros derechos”.
Nosotros nos hemos opuesto a la minería y a las plantas solares, desde el mes de enero de 2016, cuando se unió el pueblo para evitar que nos siguieran talando los árboles, “y peor los jícaros que de ahí sostenemos nuestras vidas”.
La instalación de enormes plantas solares en los departamentos del sur del país, ha arrasado con miles de árboles de jícaro, cuyo fruto se utiliza para sacar el morro y elaborar una refrescante bebida.
Además las plantas de jícaro son un fijador de carbono y emisor de oxígeno, que las convierte en el hábitat de varias especies animales como el garrobo y la iguana.