El personal docente de la Carrera de Historia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) ante los últimos hechos de persecución política contra el joven Eduardo Enrique Urbina Ayala (22), estudiante de la licenciatura en Historia en nuestra máxima casa de estudios, hace saber lo siguiente:
1. Honduras vive desde hace años una situación de deterioro progresivo de los derechos humanos más básicos, agravada estos últimos meses por el proceso electoral del 26 de noviembre del año 2017 que fue y continúa siendo objeto de serios señalamientos y denuncias de fraude. Situación que ha generado una crisis política, originada por las irregularidades y la falta de credibilidad institucional, particularmente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), además de la represión por parte de miembros de la policía y el ejército a las movilizaciones de ciudadanos, provocando alarmantes y sistemáticas violaciones a los derechos humanos, como lo corrobora el último informe publicado el 12 de marzo de 2018 por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Honduras.
Estas violaciones saltan a la vista en los casos debidamente documentados de al menos 23 ciudadanos que han perdido sus vidas, incluidos dos niños. La principal sospecha de estos asesinatos recae en miembros de las fuerzas militares y policiales del Estado. Además, se reportaron una gran cantidad de personas detenidas en los días posteriores a las elecciones, algunos de ellos todavía recluidos en cárceles de máxima seguridad. Todos estos hechos indican que la ciudadanía hondureña vive un ambiente político tenso, con una severa limitación de derechos humanos fundamentales e inalienables.
2. Existe suficiente documentación para comprobar que el estudiante de la Carrera de Historia, Eduardo Enrique Urbina Ayala, viajó al extranjero el 10 de diciembre del año 2017, acompañado por representantes de reputados organismos de derechos humanos que vieron en peligro su vida, luego que el joven recibiera amenazas y ataques a su integridad personal, motivadas todas por el odio a sus ideas políticas. Cinco días después de su salida de Honduras, mientras se encontraba en Costa Rica, ocurrieron los hechos por los cuales fue acusado no solo en las instancias judiciales, sino también en el espacio público mediante una deshonesta operación propagandística montada en los principales medios de comunicación y redes sociales.
En los últimos días, han surgido nuevas amenazas por parte de miembros asesores de gobierno y de las autoridades policiales hondureñas de hacer efectiva su captura, con lo que el gobierno transmite un mensaje negativo a la sociedad hondureña y la comunidad internacional en la búsqueda de una salida democrática a la actual crisis de legitimidad política.
3. Mostramos nuestro profundo agradecimiento a la comunidad académica (profesores, estudiantes y personal) de la Universidad de Costa Rica (UCR) y otras autoridades de este vecino país, que en un noble gesto de humanismo y solidaridad, han acogido a Eduardo Enrique Urbina Ayala y le ha proporcionado una segunda patria, un segundo hogar. Tenemos la plena fe que, de igual forma, la sociedad costarricense, reconocida en el ámbito internacional por sus avances democráticos, no siempre exentos de adversidades, sabrá dar cobijo a nuestro estudiante y compatriota en estos momentos tan difíciles para el respeto de las libertades en Honduras.
4. La persecución política contra el estudiante Eduardo Enrique Urbina Ayala no es un hecho aislado. Hemos presenciado el uso de la violencia física, el acoso judicial y la restricción a libertades fundamentales contra otros estudiantes que han expresado determinadas opiniones políticas. Medidas que han sufrido muchos hondureños/as por el mismo o similar acto de expresión, en relación con los acontecimientos ocurridos después del 26 de noviembre del año 2017.
Sabemos que nuestra comunidad universitaria está compuesta por individuos con diversos credos e ideología, por lo que solicitamos el respeto a la participación y manifestación de sus derechos como ciudadanos de este país. Por ello, hacemos un llamado para que acabe el estado actual de agresión y cacería política.
Se promueva el respeto a la libertad de expresión y se instaure un diálogo sincero, el cual jamás será posible si continúan acciones como las que mantienen en zozobra a nuestro estudiante Eduardo Enrique Urbina Ayala. Situación que al hacer memoria solo nos hacen recordar períodos de la historia en los que se vieron frustrados los sueños de paz, justicia y democracia. La violencia contra las diferencias de opinión y las libertades destruye toda convivencia pacífica. En lugar de sanar heridas, las infestan y abren otras.
El empeño por atentar contra la integridad física y emocional de la juventud corta de raíz las posibilidades históricas de una nación hondureña democrática. Escuchemos y establezcamos mecanismos humanos de resolución del presente conflicto, sin caer en arbitrariedades y engaños. Quizás así acabe de una vez la recreación constante de episodios dolorosos en nuestra historia.
5. Responsabilizamos al gobierno de Juan Orlando Hernández por cualquier daño a la integridad física y emocional de Eduardo Enrique Urbina Ayala. Con base en las evidencias documentales, en manos de los organismos de derechos humanos y de la propia Fiscalía, se demuestra que no tiene nada que ver con los hechos que se le imputan.
Ciudad Universitaria, Tegucigalpa, M.D.C.