El mes de junio ha comenzado y como cada primer viernes del mes, aquí estamos las madres, hermanas, hijos, parientes y amistades de las víctimas de la desaparición forzada.
Hoy llegamos a esta plaza de los pañuelos blancos a expresar nuestra solidaridad a personas e instituciones que son atacadas por lo que hacen o dicen en procesos de construcción colectiva.
En principio nuestra solidaridad con los jóvenes universitarios que sobre tres años siguen criminalizados por su activismo dentro de la Universidad Nacional Autónoma y que son objeto de burla por la forma cómo actúan o visten fuera de las aulas.
Es en serio reprochable la forma cómo la rectora de la Universidad, Julieta Castellanos, hace mofa de Cesáreo Padilla, Moisés Cáceres y Sergio Ulloa, en un audio divulgado por diario Tiempo digital y otros medios del país esta semana.
“Estos muchachos – colochos y barbones — creo que han visto mucho las fotografías de cuando Fidel entró triunfante a La Habana y se creen las tres divinas personas, el Che, Fidel y Camilo Cienfuegos”, dice la académica investida de autoridad.
En boca de una persona que habitualmente se relaciona con los operadores de las elites con poder para continuar en su cargo, la siguiente frase es amenazante: “ellos creen que les van a levantar el homenaje que le hicieron en Cuba a los revolucionarios”.
No es la primera vez en Honduras que un policía, militar o integrante de escuadrones de la muerte asume un tatuaje, un corte de pelo, el tamaño de una barba o el estilo de la vestimenta, para estigmatizar, torturar y descargar su furia contra el portador.
No Julieta, eso no se dice y eso no se hace; demasiada agresión simbólica, de fuerza directa y desesperanza recibe ya la juventud hondureña de un régimen corrupto, narco, bipardista y violento que les obliga al silencio ante el desastre de nación que les toca presenciar.
También en esta plaza queremos expresar nuestra solidaridad a Salvador Nasrrala, que venido de la comodidad de sus programas deportivos en Televicentro para asumir el desafío de la política nacional, sufre todo tipo de ataques del régimen corrupto.
La matriz mediática en contra del candidato presidencial de una alianza interpartidaria opositora al golpismo corrupto es el peor ejemplo de cómo usar el poder para detener la alternabilidad democrática en un país.
Los ataques sistemáticos de quienes usan las instituciones del Estado para entregar a las corporaciones internacionales del crimen organizado todos los recursos naturales de Honduras son cada vez más despiadados.
La consigna de los violentos viene desde los púlpitos, las redes sociales, los pasquines escritos que aún sobreviven y la telebasura que capturó el espectro: el poder no se entrega, porque nos sirve a nosotros.
Todas las estrategias perversas las hemos empezado a ver, desde el robo de un partido, la división de los liderazgos y la destrucción de la imagen personal. Formas de matar.
Este Comité, de nuevo, invita a la comunidad internacional que tomó el control del país, que pare a los narco ladrones y violentos que destruyen el país.
De los hechos y de los hechores, Ni olvido ni perdón
COFADEH
Tegucigalpa, M.D.C., 2 de junio de 2017