COMO ANILLO AL DEDO

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Hemos escuchado con atención a la diputada Doris Gutiérrez, después de la última sesión del Congreso de la Dictadura, detallando la maniobra financiera de los terribles liberales y nacionalistas juntos, siempre en matrimonio perverso.

“El objetivo de esa ley de aceleración económica por el coronavirus no es prevenir los efectos de la pandemia en Honduras, realmente es darle un cheque en blanco al régimen para reunir dinero para la campaña política, enchambar su clientelismo político y repartir compras sin licitación”.

Así lo explicó la destacada legisladora hondureña, integrante del Comité de Transparencia Legislativa, luego de contabilizar los estragos financieros del coronavirus con sólo tres casos supuestamente confirmados en Francisco Morazán y Cortés.

“Son 11 mil 500 millones de lempiras que equivalen a 460 millones de dólares aprobados por mayoría liberal-cachureca y que son cargados al fondo de pensiones de los trabajadores del seguro social y al presupuesto nacional”, detalló Gutiérrez.

Este enorme presupuesto habilitado con la complicidad del Banco Interamericano de Desarrollo y la OMS será supervisado por el cascarón inútil que llaman fonac y el dócil Cohep pro dictadura, que existen por decisión de la embajada de Estados Unidos.

En el discurso público este bujullazo de dinero será para construir 94 hospitales exprés como en China, comprar equipos médicos de emergencia y contratar personal sin competencias específicas en el campo médico.

Pero de acuerdo a los diputados opuestos en el parlamento no hay necesidad de esa ley habilitante, porque ya existen los mecanismos previstos en la ley de la administración pública.

Además, el Colegio Médico de Honduras ha dicho claramente que el propósito no es fortalecer la estructura de la salud pública donde faltan equipos, medicamentos, edificios y personal, sino acelerar la privatización total de la salud como mercancía sujeta al mercado y no como derecho sujeta al Estado.

En este contexto, podemos entender claramente la protesta del personal sindicalizado de los hospitales públicos que ven amenazados sus espacios conquistados por esta tercerización laboral con activistas, que será una amenaza adicional para la población a la que dicen proteger.

En los últimos diez años de golpismo hemos sido testigos de la audacia sin límites éticos ni legales de la dictadura impostora, para socavar las finanzas públicas con mil argumentos falsos que acaban en redes de corrupción espantosas, sirviendo a intereses particulares y de carteles.

Han tenido diez años para hacer lo que hoy pretenden hacer en seis meses, y si lo hacen, luego será su abandono premeditado que servirá para traspasarlos a las fundaciones y ONGs de los amigos, como hicieron con el Hospital María, el monumento símbolo de la corrupción Mitch.

Por eso, el Consejo Nacional Anticorrupción, el CNA, nos advierte de hechos terribles precisamente en medio de esta pandemia de miedo generalizado que han impuesto las mafias farmacéuticas ligadas estrechamente a las mafias políticas.

Ha sido justo en medio de la pandemia del virus covi 19 que la Sala Penal de la Corte Suprema de Injusticia anuló la sentencia de 58 años de prisión a la ex primera Dama Rosa Elena, por ocho fraudes y apropiaciones indebidas. Y esta pandemia ética de la dictadura amenaza ahora con seguir limpiando otros casos a la velocidad del virus.

Por esta misma situación el valiente diputado Sergio Castellanos le dijo a liberales y cachurecos que a nada vino el pastor Maldonado, condecorado el miércoles en el hemiciclo. “Yo pensé que el apóstol les ayudaría a redimirse, pero no lo hizo; sin embargo, lo que más me duele a mí y al pueblo de Honduras es que ustedes usen esta crisis para aprovecharse vulgarmente, eso no se vale, eso no se vale”.

Al diputado Sergio Castellanos le cortó la palabra el desvisado nacionalista Toño Rivera, investigado por delitos de corrupción a gran escala, y quien remplazaba a Mauricio Oliva, otro político bajo investigación internacional. Le quitó la voz impunemente a Sergio.

Esto ocurre porque en la lógica de la gente de negocios una crisis es una oportunidad. Una oportunidad para hacer negocios de todo tipo. Por eso vemos al supremacista Donald Trump tratando de aprovechar la alerta sanitaria para atacar militarmente a Venezuela desde el territorio del supremacista Bolsonaro, contagiado de coronavirus precisamente en la Casa Blanca hace 19 días.

La crisis del covi19 es una oportunidad para el dictador hondureño que enfrenta el enjuiciamiento de su familia en Nueva York por delitos de tráfico de drogas y armas a gran escala. Es precisamente hablando de corona virus que se ha convertido en locutor de cadenas de radio y televisión; eso le permite visibilidad personal en un tema de interés público, al tiempo que le permite ejecutar la estrategia económica de la campaña electoral del continuismo golpista.

La élite golpista, cachureca y liberal, es una maquinaria experta del aprovechamiento de las crisis. En medio del huracán Mitch, en 1998, los canallas aprobaron una ley de minería para entregar el territorio nacional a las compañías canadienses. Y aprovecharon el golpe de Estado en 2009 para firmar el tratado comercial con los conservadores del gobierno canadiense, a fin de cerrar la operación.

En 2013, aprovechando la conmoción del Acuerdo de Cartagena y el regreso del expresidente Zelaya con un nuevo partido político, que desplazó de las calles el frente nacional de resistencia popular, los liberales y nacionalistas aprobaron 160 leyes habilitantes en una semana antes del arribo del nuevo cartel al poder. Fue su diarrea total.

Pero además en 2017, aprovechando el caos del fraude electoral, fortificaron el aparato militar y endeudaron el país por encima del 75 por ciento del producto interno bruto del país, un verdadero déficit nacional que es una lápida para la mayoría de la población.

Y hoy los mismos se aprovechan de esta emergencia viral para burlar controles y darle las llaves de la supervisión del arca abierta, al ladrón. Así de simple y así de brutal, las llaves al ladrón.

Pero aunque es cierto que un porcentaje de la población está ciega, sorda y muda al servicio de esa lógica malévola, también es cierto que otro enorme porcentaje de la población los observa, los registra y los acecha. Y por eso nos despedimos con la esperanza que el pueblo va a sobrevivir al covi 19 y a esta plaga humana que se aprovecha, y que en el mejor momento de la crisis se vengará…

Buenas noches!

Editorial Voces contra El Olvido, sábado 14 de marzo de 2020