Colonización -Derechos Humanos- Presupuesto Militar

Jorge Hernández, Blanca Celea Brahona y Fabricio Herrera, expositores en la mesa de Militarismo y su impacto en los Derechos Humanos.

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Tegucigalpa, Honduras (defensoresenlinea.com).- Uno de los elementos que ha caracterizado el proceso de militarización en Honduras ha sido promovido por Estados Unidos en el marco de una estrategia de guerra contra el terrorismo, las drogas, las maras o pandillas, expuso el sábado anterior, la catedrática universitaria Blanca Celea Barahona.

Esta estrategia obliga a los gobiernos a recurrir como en el pasado, a dar soluciones a los problemas sociales con una respuesta militar, y excluyendo el fortalecimiento de las instituciones del Estado, detalló en su ponencia durante el foro Mesoamericano Alba Movimientos, desarrolaldo entre el 25 y 27 de octubre.

A su criterio, los hechos de septiembre del 2011 en Estados Unidos pusieron en relevancia el tema del terrorismo internacional, mismo que fue utilizado como el pretexto para rediseñar la agenda de la política exterior para México y Centroamérica, en cuanto al uso generalizado de militares en roles que eran ejercidos por la policía, afectando procesos de democratización jurídica y menosprecio a la Constitución de la República, concretamente de Honduras.

Durante los últimos 20 años es cada vez más visible la participación de los militares en delitos de diferente connotación.

“Bajo esta doctrina de seguridad nacional los gobiernos fundamentan una política basada en el miedo: los bloqueos a carreteras, aeropuertos, aduanas, arterias viales y oficinas de gobierno, a esto se agrega múltiples acciones de desobediencia civil para abstenerse a entregar datos, información personal y boicotear la entrega productos y servicios de consumo masivo. Todo esto con el propósito de infundir miedo y generar las condiciones subjetivas   para perpetuarse en el poder”.

La Historia y la Descolonización Cultural: como quebrar la dependencia semi colonial latinoamericana

Barahona- UNAHLa catedrática universitaria hizo un recorrido por la historia desde el proceso de la conquista europea a finales del siglo XV, cunado Europa avanzaba a la construcción de la modernidad y emprendió la conquista apoderándose de los recursos naturales del continente americano, colonizando y explotando el territorio rico en Oro y Plata.

A partir del siglo XVIII se consolidó el sistema capitalista y Europa fue el centro hegemónico mundial. Otras regiones asiáticas manifestaban cierto dinamismo, y fueron sometidas mediante la colonización. Mientras que América fue colonizada por medios militares, seguido por un complejo sistema de control político, económico, social y cultural que desvió las posibilidades de desarrollarnos., agregó Barahona.

Nos impuso un “modelo de desarrollo” –si es que podemos llamarlo así- permitió el saqueo constante de nuestros recursos y nuestros pueblos fueron despojados de la cultura ancestral, detalló en su exposición.

Para el siglo XIX, se conformó un orden semicolonial que pasó de la ocupación a la expropiación de la riqueza. Inglaterra en parte de América del Sur, y Estados Unidos en América Central y el Caribe se proclaman como las nuevas potencias de dominación.

Hubo compra de conciencias para hacer frente a las ideas libertarias plasmadas en el proyecto unificador de principios del siglo XIX presentado por Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo Monteagudo, Francisco Morazán, entre otros. “Nos fragmentaron en pequeños territorios y utilizando diplomacia y acciones militares en complicidad con la clase burguesa tutelada por ellos, lograron fácilmente someter a nuestras pequeñas patrias”.

Y es así como crearon Estados oligárquicos represivos, Sistemas políticos fraudulentos, el libre comercio, instauración de un modelo educativo y cultural euro céntrico, todas estas fueron herramientas efectivas para el control de los aparatos productivos y los recursos naturales del continente.

Y así emergieron en América Latina, diversas fuerzas sociales y políticas que cuestionaron el modelo de dependencia e intentaron construir proyectos en defensa de la soberanía nacional.

La Revolución Mexicana, los gobiernos de Perón, Vargas, Cárdenas, Arévalo, Árbenz; más tarde la Revolución Cubana, el gobierno socialista de Allende, la Revolución Sandinista en Nicaragua, entre otros; y en el siglo XXI, los gobiernos populares en Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay, Nicaragua, tibios intentos en Honduras.

Sin embargo, estos proyectos no lograron quebrar las condiciones estructurales de dependencia. La catedrática considera que, “para alcanzar estos propósitos, es necesaria la unidad de nuestros países para desmontar las estructuras anacrónicas que impiden iniciar la ruta para lograr nuestra independencia y disponer de nuestros recursos para el bienestar de todos”.

Al término de la segunda guerra mundial surge un mundo bipolar: Aparece fortalecido el sistema socialista en Europa, y, Estados Unidos se convierte en la única potencia capitalista.

Se fortaleció el ejército y la creación de nuevas formas de dominación social y financiera, como ser la Alianza para el Progreso de Honduras (APROH), El Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Centroamericano de Desarrollo Económico (BCIE), detalló la economista.

Línea militar de tiempo

militaresDesde 1949, se formalizó la escuela de Cabos y Sargentos (Academia Nacional de Policía, ANAPO), y en 1952 se fundó la Escuela General “Francisco Morazán” (Fuerzas   Armadas de Honduras), y crearon unidades militares diseminadas en diferentes ciudades del país. Ya para 1954 el gobierno de Honduras firmó el primer convenio de asistencia militar con el gobierno de Estados Unidos.

Cabe señalar que, para la huella bananera de 1954, la represión militar no se hizo esperar para ahogar el ímpetu del movimiento social más grande en la historia de Honduras.

Las Fuerzas Armadas como institución siempre han estado sujetas a la estrategia de los EE.UU. para ejercer la dominación de nuestra región. Los militares son los defensores naturales de las elites que gobiernan nuestros pequeños países, continuó Barahona.

Hay hechos aliados en la región asumidos por militares que entendieron la necesidad de buscar otras rutas de desarrollo, para el caso: Juan Velazco Alvarado de Perú que en 1968 inició un proceso de reformas a favor del pueblo; Omar Torrijos Herrera en Panamá también en 1968; Otros militares como  Guillermo Rodríguez Lara Ecuador (1972-1976), Juan José Torres en Bolivia (1970-1971); Oswaldo López Arellano en Honduras (1972-1975),  imitaron o copiaron la conducta nacionalista de los dos primeros, creando cierta preocupación en EE.UU.

La visión geopolítica de la estrategia de Estados Unidos valora a Honduras como espacio apto para la integración política imperialista para establecer bases de operaciones militares, con el propósito de intervenir a otros países de la región para reprimir los movimientos sociales.

Desde el territorio hondureño han apoyado a las fuerzas contrarrevolucionarias para reprimir las ansias independentistas de los pueblos. Esta aseveración fue puesta en práctica durante la década “perdida” al haber hospedado en el territorio tres fuerzas extranjeras: Las bases militares estadounidenses, grupos armados de la contrarrevolución nicaragüense para quienes Estados Unidos construyó específicamente, la base aérea de El Aguacate en el Valle de Olancho. El Centro Regional de Entrenamiento Militar, para entrenar en guerra contrainsurgente al ejército salvadoreño, expuso la docente, evidenciando a las Fuerzas Armadas condicionadas y sujetas a los intereses políticos y económicos para dicha estrategia.

Violación a derechos humanos

Hay informes que documentan las violaciones a los derechos humanos, la expositora mencionó el Informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), “Los Hechos Hablan por sí Mismos” que confirma el delito de desaparición forzada dejando 184 víctimas. Entre ellos la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (Co-IDH) responsabilizó y sancionó al Estado Hondureño por los casos Ángel Manfredo Velásquez.

En el intento por subordinar el autoritarismo militar a la autoridad civil el régimen hondureño continuó la guerra de baja intensidad usando grupos paramilitares. Era un gobierno formalmente constituido por civiles, pero realmente controlado y operado por las fuerzas armadas.

Se denunció un “batallón 316” especializado en contrainsurgencia, secuestros y eliminación de personas: El ejército y la policía violaba los deberes derechos y garantías impunemente, reprimiendo las protestas sociales, violando los derechos humanos fundamentales desapareciendo potenciales activistas.

Recalcó que, el golpe de Estado del 28 de junio del 2009 fue ejecutado por los militares, pero, promovido por los grupos oligarcas propietarios de la agroindustria corporativa, los importadores de productos farmacéuticos, combustibles a los que se unieron los grupos financieros, generadores de energía eléctrica y la mayoría de los medios de comunicación, escritos, radiales y televisivos.

Se constatan casos de violaciones de derechos humanos en el Bajo Aguán, donde hay sucesivas operaciones militares desde el 2009.

Hay operativos militares combinados para reprimir protestas sociales y no ocultan su vinculación con el apoyo de empresas privadas que disponen de medios de transporte, instrumentos para reprimir y alimentos para que les garantice la defensa y protección efectiva de sus propiedades.

Nunca en el país los organismos de justicia han enjuiciado a los militares por golpes de Estado ejecutados, por las violaciones a los derechos humanos, la desaparición de personas aun cuando el Estado ha sido sancionado por las violaciones a derechos humanos y casos señalados de desaparición forzosa de militantes de movimientos de protesta social.

Gasto militar

00000000000_joh_y_militaresEl proceso de militarización en Honduras ha sido acelerado en la última década, según el informe del Instituto Internacional para la Paz de Estocolmo (SIPRI) indica que Honduras en los últimos 11 años aumentó el gasto militar en 1.100 millones de dólares, comparativamente en términos relativos en razón con el PIB creció de 0.7 por ciento al 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto del País.

Este porcentaje es constante entre los años 2009 y 2012, es probable que a partir de 2013 aumentara, porque el gobierno impuso la “tasa de seguridad “y organizó unidades especiales de policía militar. Comparativamente la razón del gasto es equivalente al presupuesto de El Salvador, mucho mayor que la razón de gasto de Guatemala que en los años citados mantuvo una tasa del 0.4 por ciento del PIB y Nicaragua que en esos cuatro años solamente incrementó del 0.5 por ciento al 0.6%.

La catedrática, Celea Barahona, fue parte de los y las expositoras en la mesa de Militarismo y su impacto en los Derechos humanos que estuvo bajo la responsabilidad del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), y contó con una variedad de audiencia entre estudiantes, defensores de derechos y humanos y ciudadanía.