El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), expresa su solidaridad con los integrantes de las empresas campesinas “Nuevo Amanecer” y “Fuerzas Unidas” ubicadas en la comunidad de Lepaguare, municipio de San Pedro de Tutule, departamento de La Paz; ante la irreparable pérdida física de los compañeros Celso Otoniel Tejeda Cruz (20) y Johny Antonio Martínez Tejeda (19).
Este martes 03 de diciembre, los jóvenes campesinos, salieron desde las seis de la mañana con destino a El Rancho, Santiago de Puringla, cuando el camión en el que viajaban volcó. Celso Tejeda falleció casi al instante, llegando sin vida al hospital regional de La Paz, “Dr. Roberto Suazo Córdova”. Horas después se informó del fallecimiento de Johny Martínez, cuando el personal médico se disponía a trasladarlo al Hospital Escuela Universitario (HEU) de Tegucigalpa.
La Red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos Indígenas Lencas de La Paz (REDHIL-PAZ) informó al COFADEH sobre la tragedia, asi mismo el traslado del joven Edilson Fúnez (19), al HEU, por su delicado estado de salud, tal como lo documentó esta organización que desde hace dos años acompaña y forma en temas de derechos humanos a líderes campesinos e indígenas en la región central del país.
Cabe señalar que entre ocho y diez personas más resultaron heridos en el accidente, algunos de ellos fueron dados de alta en el hospital de La Paz, informó la REDHILPAZ, mientras preparaban los hogares donde son velados los cuerpos de los compañeros Celso Otoniel Tejeda Cruz y Johny Antonio Martínez Tejeda, quienes eran primos hermanos y a la vez parientes del compañero y defensor de derechos humanos Nulman Maradiaga.
Entre los heridos están Cristian Amaya, Esaú Fúnez, Ramiro Martínez, Jaime Orellana y su hijo Jaime Delbin Maradiaga. La mayoría son jóvenes alrededor de los 20 años que aprovechan la época de cosecha de café para ganarse algo de dinero y contribuir a la economía familiar.
Todos los jóvenes víctimas del accidente vehicular participan de manera directa e indirecta en los procesos de recuperación de tierras en Lepagaure, donde además de enfrentarse a formas de subempleos desinguales, son víctimas de criminalización y estigmatización social y judicial.
Seguimos pendientes del estado de salud de Edilson, y los demás compañeros que se recuperan de este accidente.
Asimismo, denunciamos la precariedad en el que nuestros jóvenes campesinos e indígenas desarrollan esta labor de corte de café, viajando en carros inadecuados así como carreteras en mal estado, sin ninguna garantía para su vida.
El fin primero del Estado es la vida humana, por lo que nuestros jóvenes no deben perecer, pero aún, cuando van a ganarse su jornal diario, cómo forma de sobrevivencia familiar.
Tegucigalpa- La Paz 3 de diciembre de 2019