Santa Ana, Honduras. – Vicky Hernández era una activista de la diversidad sexual que va marcado una ruta de búsqueda de justicia siendo la primera víctima del golpe de Estado de 2009, ejecutada por la policía.
Su caso es también el primero por el que se condena al Estado hondureño como crimen letal de violencia policial contra una mujer trans y el quinto crimen policial en Latinoamérica, desde las instancias internacionales.
No ha sido un camino fácil ante el sistema interamericano, al contrario, al inicio hubo dudas de como buscar justicia por Vicky, quien fue interceptada por la policía la noche del 28 de junio de 2009, cuando estaba con otras compañeras trabajadoras sexuales en San Pedro Sula.
La Red Lésbica Cattrachas asumió este reto de presentar el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) , con el acompañamiento de organizaciones sociales solidarias, y contando siempre con el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), expresaron las defensoras que este lunes visitaron el Hogar Contra el Olvido, ubicado en el municipio de Santa Ana, al sur de Francisco Morazán, para compartir su experiencia.
La oportunidad fue propicia para que las defensoras de la comunidad lésbico, gay, transexual, bisexual e intersexual (LGTBI), recorrieran parte del centro de memoria que el COFADEH conserva como un pequeño pulmón natural a 30 kilómetros al sur de Tegucigalpa.
Berta Oliva, coordinadora general del COFADEH, considera que este es un espacio que hace falta tener entre las organizaciones hermanas y fraternas “porque de repente nos reunimos para contar nuestras tristezas, pero nunca para analizar, ver, compartir los triunfos”.
Agregó que, las Cattrachas han tenido un hermoso triunfo como es una sentencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Co-IDH) en el caso de Vicky, y hay que darle continuidad a ese proceso. Es meritorio además que, en un espacio tan acogedor como es nuestro centro del Hogar Contra el Olvido estén personas que luchan por lo que creen y que luchan por la vida.
Mientras que, Indira Mendoza, representante de Cattrachas externó la admiración el trabajo que hace COFADEH porque es una organización de referencia histórica, ya que siempre mantuvo a Vicky como parte de las víctimas del golpe de Estado “y cuando nos preguntaban por una referencia mencionábamos a COFADEH”.
Cuando debían documentar ante la CIDH el caso de Vicky Hernández, a las defensoras de CATTRACHAS les preguntaban por otro registro además de su observatorio, y era el que tenía la organización que coordina Berta Oliva.
Por lo que fue muy satisfactorio celebrar este lunes 5 de julio, con el COFADEH, aunque seamos una organización más joven ya estamos aquí apoyándonos mutuamente en la defensa de la democracia y la lucha en las calles, pero también la estrategia de la Memoria Histórica, eso es lo más importante, afirmó Mendoza.
En cuanto a la sentencia, que se dio a conocer justo el pasado 28 de junio, la describió como “maravillosa”, no sólo porque reconoce a las mujeres trans como mujeres desde el acuerdo de Belén do Pará (Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer), también el cambio de nombre y el cambio de género de manera administrativa.
La defensora de la diversidad sexual explicó que, las personas que se asuman como trans sólo tienen que ir al registro civil a cambiarse el nombre y género en la tarjeta de identidad, entonces procederá un borrón de todos sus antecedentes.
Más que el género, es el nombre que representa muchos problemas sobre todo en la participación política para la comunidad LGTBI, ya que aparecen con otro nombre (nacimiento) que la gente no los conoce, también tienen problemas en sus estudios, acceso a la salud y el matrimonio -en cuanto al acceso a estos derechos a futuro-.
Cabe señalar que, en el único lugar donde las mujeres trans tienen su nombre asumido es en el registro de muertes de Cattrachas, en todo lo demás está su nombre legal de nacimiento.
Desde el crimen de Vicky hasta la fecha, CATTRACHAS registra 388 personas LGTBI asesinadas y 1 mujer trans desaparecida.
De esos casos, sólo hay 34 sentencias condenatorias y ninguna dice que son mujeres trans, sino que los registra como hombres heterosexuales y las lesbianas como mujeres heterosexuales.
Entonces, no hay un impacto de reconocimiento de que haya sido un crimen causado por el prejuicio, por el odio que tenga su origen en la orientación de género, es así que existe una impunidad casi en un cien por ciento (100%), declaró Mendoza.
Cuando la organización lésbica informa al Estado de una persona LGTBI asesinada, se especifica su orientación sexual, se informa el nombre legal y el nombre asumido porque quieren que al realizarse una investigación o un requerimiento se utilice estas herramientas, para poner después la agravante, pero nunca la han utilizado, entonces hace investigaciones basadas en prejuicios que no tienen los resultados esperados.
Después de la sentencia en el caso de Vicky, consientes que falta un camino no tan fácil para su cumplimiento, el trabajo continuará desde la Mesa de Seguimiento de Sentencias de la CoIDH, y ahí hay otro punto de encuentro con el COFADEH.
Cuando CATTRACHAS necesitó respaldo de las organizaciones defensoras de derechos humanos, COFADEH fue la primera en confirmar su respaldo para nosotros además que las apoyó para definir las ideas del procedimiento, destacó el equipo legal de la organización.
Vicky representa la violencia letal y no letal del golpe y la discriminación desde niña en la escuela y sociedad.
Dato: CATTRACHAS registró 22 casos de muertes violentas de 1998 a junio 2009. El resto del año hubo 38 víctimas.
“Entre las otras víctimas que teníamos registradas para 2012, estaban dos testigas de Vicky, con nombres masculinos que confirmamos con nuestra base, ahí supimos que era el caso para presentar en el sistema Interamericano”. Indira Mendoza.
Vicky Hernández era una mujer trans, trabajadora sexual del colectivo Rosa en San Pedro Sula. Ese 28 de junio mataron tres personas LGTBI.
Fue el primer caso sobre violencia letal en el marco del Golpe de Estado de 2009 y violencia policial contra una mujer, y el quinto caso ante el Sistema Interamericano. Siendo el primero en general el caso Manfredo Velázquez y Saúl Godínez, detenidos desaparecidos en 1982, relataron las defensoras.
“Nos ha dolido que en 12 años familia de Vicky no ha tenido justicia y nos alegra por que empieza a tener justicia”.
Vicky tiene una familia maravillosa. Siempre está presente.
De las chicas que estaban con Vicky la noche del crimen, únicamente sobrevive Claudia Spelman, quien testificó ante la Co-IDH, desde el exilio.
Vicky era una activista de derechos humanos, por lo que su organización la veló y ahí se contó todo, como fue que las chicas huyeron por que llegó la policía. A la CATTRACHAS les alegaban que no tenían testigos para el caso.
Para la sentencia favorable, se tomó en cuenta el contexto de un país violento, afirmó Mendoza “para el equipo de DDHH no hay límites y mandamos a decirle a la CORTE que había una venganza con las nuevas leyes. El Estado dijo que no tenía que ver con Vicky, pero si se tomó en cuenta”.
Como defensora y activista espero cambios, aunque no van a llegar en 10 o 20 años se darán los procesos como está sucediendo con una niña de 12 años que está viviendo su proceso de transición y su familia la apoya. Si lo logramos con ella será una gran victoria, concluyó Indira Mendoza, tras hacer un recorrido con las demás compañeras por el Hogar contra el Olvido.
Vicky Hernández era una mujer trans, trabajadora sexual y activista del colectivo Unidad Color Rosa, Colectivo que trabajaba en la defensa de los derechos humanos de las personas trans en Honduras. Vicky fue víctima de una ejecución extrajudicial en la ciudad de San Pedro Sula, la noche del 28 de junio de 2009, en el contexto del golpe de Estado en Honduras, durante el toque de queda y bajo la vigilancia de agentes del orden público. Es con la muerte de Vicky Hernández que se inicia la imparable escalada de violencia homicida en contra de las personas lesbianas, gays, transgénero, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTTBI), que persiste hasta nuestros días. A una década del transfemicidio, las diligencias investigativas por parte de las autoridades para esclarecer las circunstancias de la muerte de Vicky Hernández han sido mínimas y negligentes.