Giorgio Trucchi
El 30 de noviembre de 1982, en plena imposición de la doctrina de la seguridad nacional, un grupo de familiares de detenidos desaparecidos desafiaban la bota militar impuesta por Estados Unidos en el país, y daban vida al Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).
37 años después, esta histórica organización continúa exigiendo verdad y justicia, combatiendo la impunidad y luchando contra la pérdida de memoria de nuevas y viejas generaciones.
La conmemoración de este 37° aniversario se realizó en el Hogar contra el Olvido, lugar símbolo de la memoria individual y colectiva creado por Cofadeh, y contó con la presencia de decenas de invitados, entre ellos la Rel UITA.
Durante la jornada se continuaron a sembrar árboles dedicados a la memoria de todas las y los detenidos desaparecidos.
“Estamos aquí una vez más recordando a nuestros seres queridos. En mi corazón no hay espacio para el odio, ni para el rencor. Hay dolor y sed de justicia, por eso seguimos diciendo que no puede haber ni olvido, ni perdón”, dijo Bertha Oliva, coordinadora del Cofadeh.
“Cofadeh no sólo es recuerdo, dolor y llanto, sino también lucha, capacidad de juntarse para construir futuro. Después de 37 años estamos aquí ¡que lo sepa el Estado represor!”, aseveró Betty Matamoros, militante del movimiento social y popular hondureño.
“Después de la muerte de mi mamá no sé qué habría hecho sin el apoyo y el acompañamiento del Cofadeh. Debemos cuidar a esta organización para que pueda seguir trabajando en defensa de los derechos humanos”, manifestó Carolina Velásquez.
Carolina es hija de Ilse Ivania Velásquez Rodríguez, profesora que perdió la vida en marzo de 2011 durante las protestas del sector magisterial. Su hermano Manfredo Velásquez Rodríguez, también profesor, fue detenido y luego desaparecido en 1981.
La familia Velásquez Rodríguez es fundadora de Cofadeh.
“Nunca he tenido un lugar donde poder llorar a mi hermano Tomás. Lo que hacía es poner unas flores para él en la tumba de mi mamá. Ahora tenemos este espacio, el Hogar contra el Olvido, y hay un árbol dedicado a Tomás. Allí llegaré a dejarle sus flores”, dijo Melida Nativí, hermana de Tomás Nativí, esposo de Bertha Oliva, secuestrado y desaparecido en 1981.