“Chabacanada” así ve la policía las medidas de seguridad para defensores de DDHH

0
1792

Por: Sandra Rodríguez
Tegucigalpa, Honduras.- Una lámpara en el poste del tendido eléctrico frente a su casa y un carné que lo identifica como beneficiario de medidas de protección por ser defensor de derechos humanos en riesgo (mismo que la policía de Gracias, Lempira, afirmó desconocer), es lo que obtuvo Bernandino Pérez, a quien se le anunció que, por no tener incidentes, se le suspenderá esa seguridad.

Pérez es integrante de la Red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de Lempira (Red-Lempira) que forma y acompaña el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), y es comunicador de la radio comunitaria Taragual, “La Voz de la Vida”, en el municipio de La Iguala, departamento de Lempira.

Su labor de defensoría

Uno no se siente seguro, porque la labor de defensora es fuera de la casa, la vez que intentó hacer uso de su carné fue para auxiliar a una pareja mayor detenida en la carretera por la policía, al señor no lo dejaban pasar y la señora iba de emergencia para el hospital de Gracias, por lo que Bernardino se presentó ante la policía como defensor de derechos humanos para que dejaran que la mujer llegara al hospital.

“Hacete a un lado” me dijo el policía que es de Gracias. Le mostré el carné que me facilita el mecanismo de protección, lo que me respondió en son de burla “yo ni sé de esa chabacanada”, finalmente logramos que los dejara pasar, dándoles diez minutos para ir y volver.

Bernandino Pérez es comunicador de la radio comunitaria Taragual y defensor de derechos humanos
Bernandino Pérez es comunicador de la radio comunitaria Taragual y defensor de derechos humanos

Al defensor le preocupa que se desconozca qué significa ese documento, aunque se quiera dar seguimiento y estar atentos a los defensores en riesgo, otra limitante es que para entrar al sistema de protección se debe identificar plenamente quienes lo hostigan o vigilan para saber sobre la acción que realiza y eso es amplio porque cualquier persona se presta para esos hechos.

En noviembre se le vencerá la protección estatal, Bernardino aseguró que no siente temor quedar a la deriva, porque está decidido a enfrentar la lucha desde los derechos humanos con o sin un documento que la misma policía desconoce.

Pero no descartó la posibilidad de que “si me vuelven a renovar las medidas con mucho gusto las acepto, porque va quedando constancia que mi labor no es para determinado sector, sino que seguiré enfrentando la lucha, con carneé o sin carné”.

Cabe señalar que es deber de los Estados proteger a los y las defensoras de derechos humanos, sin embargo, Honduras es uno de los países más peligrosos para este ejercicio. Al menos 15 defensores que gozaban de medidas cautelares o de protección fueron asesinadas, y en la mayoría de casos el Estado ha sido incapaz de aplicar justicia contra los autores intelectuales.

Bernardino seguirá acciones con el acompañamiento de la Red de Lempira y el COFADEH, organización peticionaria de las medidas de seguridad, como lo ha hecho también con defensores y defensoras de derechos humanos de organizaciones y otras redes donde sus integrantes han sido afectados por ejercer su labor de defensoría.

Recientemente el COFADEH realizó una jornada con beneficiaros del proyecto Defendiendo Derechos y Libertades para vos y para tu voz, que ejecuta este comité, con el apoyo de Diakonía, para conocer sobre el accionar del Mecanismo Nacional de Protección para Defensores/as periodistas, comunicadores sociales y operadores de justicia

También se discutió la aplicación de un documento que permitirá recolectar información desde beneficiarios de las mismas, o de Medidas Cautelar otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), facilitado por Francisco Castellanos de este Comité.

Para el grupo beneficiario que representa a 19 organizaciones, gremios y redes, las medidas que ofrece el Mecanismo Nacional de Protección no son siempre las acordes, como que un policía los custodie, o portar un carnet que los mismos uniformados dicen desconocer.