Caminando con las madres y la memoria de los detenidos desaparecidos

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Por: Sandra Rodríguez

Cada paso de la ruta de la memoria histórica de los Detenidos Desaparecidos marcó los pensamientos y emociones de un grupo de defensores de derechos humanos que recorrieron lugares simbólicos para no olvidar, no tener miedo, este 30 de agosto Día Nacional del Detenido Desaparecido en Honduras.

Salió a relucir el asombro, lágrimas, palabras entrecortadas, interrogantes y también silencio. La ruta de la Memoria Histórica es una de las formas para recuperar la historia, y la organiza por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH.

Desde la Sala de Memorias Vivas, ubicada en la sede del COFADEH, dio inicio el recorrido, y con ello aportes a la memoria de parte de los y las dirigentes magisteriales, sindicales, estudiantes, diversidad sexual, historiadoras, defensores/as de derechos humanos, campesinas/os, indígenas, periodistas, familiares y víctimas de detención forzada.

A través del recorrido, se compartió sobre la situación de impunidad en materia de derechos humanos en el país, desde la década de los 80 también llamada “la década perdida”, con la aplicación de la doctrina de Seguridad Nacional, ejecutada por los gobiernos y militares, para contrarrestar a líderes y lideresas de la lucha social.

Además, se busca sensibilizar sobre la importancia del pasado y el presente de los derechos humanos, para prevenir la repetición de hechos de violaciones en el futuro.

Margarita Pineda, de la coordinación del Movimiento Indígena Independiente Lenca de La Paz- Honduras, MILPAH, expresó que es un recorrido diferente -mientras caminaba por las calles de Tegucigalpa- pues es una forma de ver la ciudad desde otra perspectiva, no solo las calles y edificios coloniales, sino la reciente historia que negó el derecho a la verdad a familiares de víctimas de desaparición forzada.

IMG_20170830_082607[1]Se caminó a través de la avenida Cervantes, en el centro de la capital hondureña, recordando que la Corte Suprema de Justicia era donde está el Museo del Hombre Hondureño, y como las madres con sus pañuelos blancos, se plantaban en frente, pero los operadores de justicia no las escuchaban.

“La iglesia también les cerró las puertas a los y las familiares”, expresó Mery Agurcia, procuradora del COFADEH, quien guiaba la Ruta. Por lo que las madres, se quedaban en el atrio de la Catedral Metropolitana.

luego recorrieron el parque central, el profesor Sergio Rivera, trajo a memoria colectiva lo sucedido entre abril y mayo de 1988, la huelga de hambre que duró 23 días, las movilizaciones del Comité Coordinador de Organizaciones Populares, CCOP, y lo más difícil fue entender que “ese día … (se entrecortó la voz) perdimos al flaco”.

El “flaco” era Roger González, estudiante y líder social que se manifestaba frente a la embajada americana, por la violación a la soberanía nacional, y fue detenido desaparecido el 19 de abril de 1988, y mientras caminaba cerca del Parque Central de Tegucigalpa con rumbo a su casa, fue capturado al mediodía por dos hombres y una mujer vestidos con ropas de civil, uno de ellos fue identificado por un testigo como miembro de la Dirección Nacional de Investigación (DNI).

El grupo de unas 30 personas, caminaron hasta la plaza “Los Desaparecidos”, ubicada en el parque La Merced, cerca del Congreso Nacional, el Banco Central y la Casa Presidencial de ese entonces.

DSC02705Cada uno agarró una foto de un detenido desaparecido, empezaron a caminar en círculos, gritando consignas, diciendo sus nombres y fechas de desaparición, y con ello exigiendo justicia, porque “vivos se los llevaron, vivos los queremos”. De esa forma, era como las madres, esposas, hijos, hijas y amistades de los líderes y lideresas, se manifestaban hace treinta años, pese a la vigilancia e intimidación de los represores.

La ruta de la memoria es el camino entre la verdad histórica y la impunidad oficial, es la vía que las organizaciones de Derechos Humanos y de familiares de las víctimas de graves violaciones a los derechos fundamentales durante la década de los años ochenta han diseñado para derrotar la impunidad histórica.

Otros puntos visitados, fue la antigua casa presidencial, utilizada por Roberto Suazo Córdoba (1982-1986) y José Simón Azcona (1986-1990), ambos del Partido Liberal, quienes dejaron la deuda pendiente de informar sobre los detenidos desaparecidos por razones políticas.

Las familias de detenidos desaparecidos, mantienen la esperanza de rescatar el informe de los 184 desaparecidos, del cual se ha hablado mucho desde el gobierno de Roberto Suazo Córdova, hasta la actualidad, sin saber su contenido, pero, aunque las autoridades callen, con estos recorridos por la historia, el COFADEH pretende mantener viva la memoria.

Después avanzó hasta el barrio Los Dolores, donde estuvo la oficina del COFADEH, en una época que se les cerraba las puertas hasta para acceder a un lugar de reuniones, muchas veces las luchas se forjaron desde las bancas del parque central, recordó Bertha Oliva, esposa de Tomás Nativí desaparecido en 1981, y coordinadora de este Comité.

Ahí cerca se fue a la estación de policía metropolita número 1 ó CORE 7, antes la Dirección de Investigación Nacional, DIN. Un centro de detención, tortura y muerte. Y se prosiguió a la plaza Los Dolores, en frente estaba la oficina del Comité de Defensa de Derechos Humanos, CODEH, dirigido en los 80 por Ramón Custodio, quien respaldó la lucha de las madres del COFADEH.

Esta activad es el rescate preciso de lo sucedido, es la reivindicación del dolor de cientos de víctimas y el recuerdo que constituye la propia historia e identidad. La memoria constituye el material indispensable para construir un futuro mejor, es la representación de todos los lugares de detención, tortura y ejecución que instaló el Estado en el marco de la Aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional.

La presencia de las víctimas

DSC02780Llegar al kilómetro 25 que conduce al norte del país, surge el en contraste entre la frescura en medio de los verdes pinares y los recuerdos que allí era un botadero de cadáveres, es la comunidad de El Reventón. Un aldeano denunció el hallazgo de cuatro cuerpos sin vida, pero su testimonio ya no se escuchará porque falleció el pasado 03 de agosto, comentó su hijo. Igual de esos cuerpos no se supo su identidad, lo que aumenta la deuda de verdad, de parte de las autoridades estatales.

La Ruta llega a la Casa del Terror, una aparente finca en ese entonces propiedad del coronel Amilcar Zelaya, sin embargo, su estructura parece de una barraca, comentaron los defensores presentes.

IMG_20170830_121348[1]Es un lugar se sentir muchas emociones, una casa de tortura, expresó Allan Torres, de la Red de Defensores de Derechos Humanos del Sur del país, REDEHSUR. Esos sentimientos se vuelven colectivos, al saber que pudo haber más de 500 personas allí, entre 1980 y 1986, explicó Agurcia. Algunas víctimas han identificado el lugar, pese haber estado en afinamiento y vendados.  Y de pasada se mostró el ahora “Hogar Diamante” donde funcionó un hospital militar donde se cree que atendían a integrantes de la contrarrevolución.

Se deja la zona norte, para finalizar en el Sur, donde está el Hogar Contra el Olvido, un lugar de memoria y honra a la lucha de las familias de los detenidos desaparecidos. Allí se desarrolló el conversatorio: lo que le falta a la memoria histórica desde la perspectiva de la sociedad civil, surgiendo varias ideas como la incidencia del tema a través de plataformas digitales, comentar sobre esta actividad en los diferentes grupos, colectivos y redes de defensores de ddhh. Que la Ruta sea conocida por más personas, tratar de recuperar más sitios, porque este solo es un recorrido cerca de Tegucigalpa, pero existen en todo el país.

DSC02821Parte de la reunión fue acompañada por Sra. María Soledad Pazo, Representante Residente del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH), quien reiteró su compromiso con la defensa de los derechos humanos, retomando lo expresado desde la Oficina a través de un comunicado de prensa donde “reafirma su completa solidaridad y apoyo con las víctimas de desapariciones forzadas, con sus familiares y con todas aquellas personas que les acompañan en su lucha por la verdad y la justicia.”

Dijo que el tema es algo que le toca muy de cerca, porque la desaparición forzada es una política vivida en su país natal Argentina, donde dejó más de 30 mil víctimas, “allá no se dejó de luchar, por lo que los aliento a todos que no bajen las manos… es importante que reconozcamos que es algo que no nos afecta solo como familia de las víctimas, sino como sociedad”.

El día concluyó con una fresca brisa, tan fresca como la memoria de los participantes en la Ruta, que vivieron en un 30 de Agosto diferente, en una línea de tiempo que después de 35 años continúan caminando y marcando el COFADEH.