Cadena de dolor dejan defensores que por persecución y amenaza tiene que salir de su país

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Por Riccy Ponce

Tocoa, Colón.- Con lágrimas en los ojos y la voz entre cortada, doña  María Cleotilde Dubon, expresó que mantiene  la esperanza de que pronto volverá a ver a su hija Marta Arnold Dubon, quien tuvo que huir de su patria para proteger su vida.

Marta Arnold Dubon, defensora de derechos humanos y de los campesinos en el Bajo Aguán en Tocoa Colon, integrante del Movimiento Auténtico Reivindicador Campesino del Aguán  (MARCA) y presidenta del Observatorio de Derechos Humanos del Bajo Aguán tuvo que dejar el país por las amenazas y persecución que pesaba en su contra, ya que es una persona activa en la defensa por los derechos humanos y campesinos.

Fue tanta la persecución y el hostigamiento, que Marta tuvo que salir del país hace unos meses  para lograr proteger su vida, pero esto provocó una cadena de dolor en su familia dejando el cuidado de sus hijos a su madre, quien asegura que no ha sido nada fácil para ninguno de ellos.

“Es duro para uno de madre y para ella también, que dejó a sus hijos por temor a que le pudiera pasar algo aquí en el sector (Bajo Aguán, Tocoa, Colón) porque ella defendía los derechos de los grupos campesinos y le tocó irse porque le gustaba decir la verdad y por eso  la andaban vigilando, y a ella le dio temor de que fuera para matarla por eso se fue.

“Mi hija es una persona que ayudaba no solo a los campesinos sino que a cualquier persona que le pedía ayuda, quien ella pudiera dar la mano lo hacía y estaba pendiente de ellos”, añadió Cleotilde Dubon.

También dijo a defensoresenlinea.com que ella mantiene la comunicación con su hija desde donde está, y dice que “pronto va a regresar y le digo que está bien, que sus hijos la necesitan porque uno de abuela no es igual, a veces no sabe tomar decisiones porque es más alcahueta con los nietos, los dejamos hacer muchas cosas. Pero yo tengo esperanza de tenerla de regreso”.

Muchos defensores y defensoras han tenido que dejar su tierra por miedo a ser asesinados por defender los derechos humanos, ya que en Honduras no se les protege, al contrario, más bien se criminaliza a las personas que defienden derechos.