Por Marpa
Tegucigalpa.- Entre conjuros y vibras positivas se mantiene el campamento en apoyo a los compatriotas de Guapinol, criminalizados por el régimen de Juan Orlando Hernández por defender los ríos San Pedro y Guapinol, que van en proceso de contaminación por la extracción minera de Inversiones Los Pinares.
La Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva, quien visita casi a diario, acompaña y monitorea la situación de los ambientalistas de Guapinol, apostados en un pequeño campamento instalado frente al Ministerio Público (MP) en Tegucigalpa, se refirió a la sabiduría de los pueblos y su relación con los bienes comunes.
“Para salvar la vida de la humanidad tenemos que hacer uso de todos los recursos que tenemos a mano, excepto aquellos que atentan contra el ecosistema, que atentan contra la dignidad y la transparencia, de eso no podemos hacer uso”, expresó Oliva durante su estadía en el campamento.
Oliva indicó que la experiencia vivida en este sitio de resistencia y demanda de justicia, nos da otro mensaje: “que quienes defienden las comunidades y quienes hacen defensa activa de los territorios es el pueblo, pueblo. Y además el poco pueblo conformado por la juventud que ha quedado en Honduras, es el que continúa haciendo resistencia”.
Al observar a dos mujeres garífunas que realizaban un ritual en conexión con sus ancestros para pedir la liberación de los 7 ambientalistas que guardan prisión, la defensora de derechos humanos dijo que es hermoso entender entonces la sabiduría de los pueblos y de las comunidades indígenas y afro descendientes, porque han vivido durante siglos esa relación con la naturaleza, para cuidarla, hacerla producir y no destruirla, sostuvo.
La Coordinadora del COFADEH señaló que visitar los campamentos que los pueblos instalan, se convierten en escuelas de “consciencia social, pero también consciencia política”.
“Esos pueblos son los que están en contacto permanente con los bienes comunes y es el que sabe cómo sufre la naturaleza, pero además viven y disfrutan de ella”.
No son las armas, los verde olivo, no son las tanquetas o el armamentismo los que van a cuidar y defender la naturaleza, más bien ellos promueven la represión para que los despiadados genocidas y ecocidas, humillen a la población que hace esa defensa territorial, advirtió la defensora de derechos humanos.
Oliva citó el ejemplo de Jair Bolsonaro en Brasil, que ha permitido que millones de hectáreas de la selva amazónica, esté siendo arrasada por números incendios, destruyendo una reserva biológica tan importante para la humanidad.
Desde la década de 1970 en adelante ha existido un apoyo creciente por parte de gobiernos, empresas y comunidades para reformar el Estatuto de Roma y convertir el ecocidio en el quinto crimen contra la paz. Es parte de un cuerpo emergente de leyes conocido como ‘jurisprudencia de la Tierra’.
Los defensores de convertir el ecocidio en un crimen internacional argumentan que se debe hacer para proteger los derechos humanos y el medio ambiente. Sin embargo, sus oponentes argumentan que hacerlo criminalizaria al conjunto de la raza humana.
“Uno ve cómo en Honduras en los últimos 5 años se ha implementado un despliegue militar que no nos ha dejado nada positivo, por el contrario, Honduras ha ido descendiendo a los últimos lugares, siendo señalada por corrupción, inseguridad, crimen organizado, narcotráfico y es el país que más expulsa a sus ciudadanos y ciudadanas. Eso indica que la estrategia de este modelo neoliberal en Honduras se puede apreciar con mucha claridad y atenta contra todos y todas”, apuntó Bertha Oliva.