Tegucigalpa.- “Para mi hablar de Tomas es traerlo de nuevo con nosotros, es traer su espíritu para que nos acompañe; no puedo hablar de él poniéndome triste, porque él me enseñó el camino, no puedo hablar de él pensando que quiero verlo”
Así recuerda Berta Oliva Guifarro a Tomás Nativí Gálvez, su esposo, que este día sería su cumpleaños número 73, que quizás estaría celebrando junto a su hijo, nietos, esposa, familia y amigos, pero el sistema se lo impidió al ser detenido desaparecido por su lucha por una Honduras mejor.
Berta Oliva dijo a defensoresenlínea.com que “estoy consciente que quienes impulsaron la práctica de la desaparición forzada la hicieron con el propósito de destruirlo a él, y de destruirnos a nosotros, a cuantos familiares atravesara esa política y esa práctica, por esa razón es que hoy en el mes de junio, es un mes que es de acontecimiento a acontecimiento para mí”.
Hoy se cumple un año más de su nacimiento, Berta mantiene presente esos recuerdos que pasó junto a su esposo, a pocos días de que fuera detenido desparecido.
“El 6 de junio es el día de su natalicio y en esa fecha yo no puedo olvidar, que fue lo último que nosotros hicimos, como compartimos y como celebramos en su día y lo celebramos porque había doble acontecimiento, estaba la alegría que yo tenía en mi vientre a mi hijo Tomas, en ese momento no sabíamos si era un niño o una niña, pero un hijo ya te pone en otra dimensión como mujer y me imagino que a los padres también”.
La defensora de derechos humanos sigue narrando que ese 6 de junio celebrábamos esos dos acontecimientos, pero no vayan a creer que celebrábamos como los ostentados de nuestro país, o como suele celebrarlo la gente que hace sacrificios para ese día tener abundante pastel y abundante comida, nosotros no, lo teníamos en nuestra mesa era agua y café.
“Pero como estábamos tan llenos de esperanzas, de sueños, de amor, de proyectos, no nos deteníamos, ni siquiera a pensar lo que hacíamos, era a ver como impulsábamos la vida”, añadió.
Oliva agregó que ese 6 de junio estaban muy lejos de pensar lo que días después ocurriría.
“Estábamos muy lejos de pensar, aunque sabíamos delos peligros que se enfrentaban, tanto él como yo, pero él fundamentalmente, porque venía de un proceso de secuestro y tortura, y él estaba más consciente de lo que se estaba enfrentando y luego no podíamos imaginar que cuatro días después ya no iba a estar, porque se estaba gestando un proyecto para desaparecerlo, y en efecto se concluyó el 11 de junio de 1981”.
“Junio es un mes que marcó mi vida desde 1981 a la fecha, pero a mi realmente esa marca que es el mes de junio, no lo hago para recordar con rencor ni con odio, yo siempre hago un recordatorio invocando la vida y la esperanza, la posibilidad de lograr, aunque no lo hagamos nosotros, ese sueño se pueda cumplir algún día en nuestra tierra”.
“Y ese sueño es que es que los niños puedan crecer con seguridad, que tengan un techo, puedan tener escuela, que los niños puedan tener alimento seguro, que tengan salud, ese es un sueño y yo creo que soñar no es delito, agregó.
Berta Oliva finalizo diciendo “Tomás a mí me dio toda la fuerza para la continuidad del proyecto de vida, ustedes miran no es un proyecto que va en contra ni siquiera de lo legalmente establecido, al contrario, allí es que nace, reafirmo el convencimiento que tenemos y que impulsamos en cada trabajo y acto que hacemos, en favor de la vida, de la libertad, de los oprimidos y en favor de las mayorías.
A Tomás lo desaparecieron antes de que naciera su hijo que estaba en el vientre de su madre, se fue sin conocerlo, sin sentir la alegría de estrecharlo en sus brazos y escuchar su primer llanto, hoy su hijo es un hombre, educado, responsable y padre de familia, que les ha inculcado a sus hijos el amor y los principios de su padre, aunque no lo conoció en persona, pero si lo conoció a través de su madre y de todas las personas que estuvieron cerca y lucharon junto a él.
Es por eso que hoy Berta Elena Nativí, su nieta, recuerda con las siguientes palabras, que envía a su abuelo a través del viento.
“Seis de junio de 1947. Cuántos años tomará que niños y niñas tengan pan y escuela, ese sueño que teníamos como objetivo cumplir, aun no se ha logrado aquí en Honduras. A tus 33 años abuelo, siempre estuviste en las filas de tu pueblo sabiendo que se te podía ir la vida, pero no te preocupes, aún estás y estarás en las paredes del pueblo hondureño, que dice “en las calles está el poder”, sigue en la conciencia de los y las valientes que arriesgan su vida, sabiendo que se les puede ir la vida como a vos, y aun estás y estarás latente en mi sangre y en mi corazón. Feliz 73 aniversario abuelo Tomás”.
Tomás dejo una huella imborrable en todos aquellos que lo conocieron y que lucharon por una Honduras mejor; hoy esa huella se puede leer en las calles de toda Honduras, y su ejemplo atraviesa fronteras a través de uno de sus sobrinos, quien convivio con Tomás en su niñez.
Él es Rigoberto Ávila Nativí, sacerdote de la Iglesia Episcopal en Estados Unidos, quien expresa que “hablar sobre Tomás Nativí es algo muy importante, porque él es el hermano menor de mi mamá. El recuerdo de Tomás viene desde la infancia, siempre estuvo con nosotros acompañándonos en sus vacaciones de estudiantes, allá por los años 60s, él nos visitaba donde nosotros vivíamos.
“Fue para mí el espejo, el hombre que yo admiré, un hombre que yo siempre llevo presente en todas mis acciones”, agregó.
El legado de él, es que fue un hombre de principios, un hombre que se preocupó por el bienestar del pueblo hondureño, no solo por el magisterio del cual era una pieza vital, no, Tomás se preocupó por la sociedad hondureña, por los cambios sociales, cambios más profundos para que Honduras fuese una Honduras digna.
Rigoberto finalizó diciendo que “Tomás Nativí vive, Tomás Nativí es un guía, los acontecimientos actuales de Honduras después del golpe militar nos muestran que su pensamiento político y social está presente, y está presente en las luchas de los estudiantes, en las luchas de los obreros, de los campesinos”.
Hoy, hace 73 años, nació Tomás Nativí Gálvez, en Tela, Atlántida, pero su niñez y adolescencia transcurrió en la ciudad de El Progreso, Yoro.
Su nombre está escrito en las paredes de las ciudades, su legado se concentra en una frase que hacen vida multitudes, “en las calles está el poder”.
También expresaba “como revolucionario estaré hoy, mañana y siempre en las filas de mi pueblo, aun estando consciente que se nos podría ir la vida“.
Tomás Nativí se distinguía por su iniciativa, su creatividad, una audacia incalculable, altamente disciplinado, muy, muy exigente, pero a la vez cariñoso, tolerante y comprensivo.
El maestro Tomás Nativí impulsó la fundación de la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza (FESE). También funda el Frente Estudiantil Socialista (FES), acciones que realiza en su calidad de Secretario General del Partido Comunista de Honduras. Y funda la Unión Revolucionaria del Pueblo (URP).
Este 6 de junio tomas cumpliría 73 años de nacimiento y el 11 de este mismo mes se cumplen 39 años de su brutal secuestro y desaparición, ocurrida el 11 de junio de 1981, por los escuadrones de la muerte del ejército de Honduras. Hecho que ocurrió en la casa de su esposa Berta Oliva en la colonia El Hogar de Tegucigalpa, poco después de las 11:00 de la noche. Hasta la fecha se desconoce qué pasó con él, y se sigue exigiendo verdad y justicia, por este y otros crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado de Honduras en la época del terror en los años ochenta.