Tegucigalpa.- “A mis nietos que los busco y que los seguiré buscando hasta el final de mis días, no quisiera irme de este mundo sin tenerlos, aunque sea por poco tiempo”.
Estas fueron las palabras que expresó Antonia Acuña (“Negrita”) de Segarra, durante un video testimonial que se grabó en 2007 y que fue divulgado por la página web de Argentina: www.quedigital.com.ar, el 14 de julio de este año, tras conocerse sobre su desaparecimiento físico.
Antonia Acuña Segarra, partió al más allá y no pudo encontrar a sus nietos, pero las nuevas generaciones continuarán con su búsqueda. Acuña Segarra fue una de las fundadoras de la filial Mar del Plata de Abuelas de Plaza de Mayo, y murió en la madrugada de este martes 14 de julio.
Ella y su marido Osvaldo, sufrieron el secuestro y la desaparición de sus tres hijos de manera consecutiva en junio de 1978, en pleno mundial de fútbol. Primero, fue su hija Alicia, embarazada de dos meses junto a su compañero Carlos María Mendoza. Luego, Laura de 17 años junto a su compañero Pablo Torres, mientras ella atravesaba su noveno mes de embarazo. Finalmente, fue secuestrado Jorge, junto a su primo Joaquín y dos amigos de apellido Álvarez.
A pesar de su inmenso dolor, Antonia se llenó de fortaleza y se unió a la organización Abuelas de Plaza de Mayo. Desde ese espacio manifestaba que “las que estamos con vida seguimos trabajando por todas aquellas que ya no están, y es un deber encontrar esos nietos para que conozcan su verdadera identidad”.
También afirmaba que “las abuelas trabajamos por la esperanza, y ¿por qué?, porque sabemos que los nietos están ahí, si bien hasta ahora hemos encontrado 87, pero tenemos que seguir buscándolos, aunque ya sean mayores, porque les robaron todo, y nos les contaron su verdad”.
Yo no tengo nada, nada de mis hijos, ni de mis yernos y por eso sigo buscando a mis nietos y trabajando a la par de las “abuelas”, para que esto no quedé ahí, porque también decimos nosotras y yo lo repito: No sólo trabajamos por nuestros hijos y restituir a nuestros nietos, sino para las futuras generaciones, señaló Antonia Acuña Segarra en el video publicado.
En declaraciones al periódico digital www.defensoresenlinea.com, la Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva, lamentó la pérdida irreparable de Acuña Segarra, defensora de los derechos humanos.
Oliva apuntó que “se nos están yendo compañeras valiosas que han sido símbolos de dignidad, en la búsqueda de verdad y justicia en el tema de los desaparecidos y las desaparecidas de los tiempos del terrorismo de estado no sólo en Argentina, sino también en varios países del continente”.
La Coordinadora General del COFADEH indicó que tenemos que estar listas para el relevo generacional, sabiendo que esas semillas germinarán en buena tierra como el COFADEH, que esas nuevas generaciones no se apartarán del legado de memoria y justicia y que continuarán la lucha.
Y añadió que “nosotras en el COFADEH recién acabamos de enterrar a una de nuestras compañeras de pañuelo blanco, un rostro visible de los plantones que el comité realiza en demanda de verdad y justicia en la Plaza de los Desaparecidos”.
Oliva se refería a Valeriana Rodríguez (82) quien falleció el pasado lunes 22 de junio de este año.
Doña Valeriana sólo dejó de asistir a los plantones que en demanda de verdad y justicia desarrolla el COFADEH, el primer viernes de cada mes, debido al confinamiento impuesto por el régimen a causa de la pandemia de coronavirus.
La última vez que el personal del comité y los otros familiares de los detenidos desaparecidos compartieron con ella, fue el pasado 13 de marzo.
Valeriana Rodríguez, era esposa de Domingo Palma, detenido desaparecido por escuadrones de la muerte, durante la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, el 21 de junio de 1982.
Digna Rodríguez, su hija, asume el papel de su madre como representante de la familia Palma Rodríguez, para continuar en la lucha por encontrar verdad, justicia, memoria y reparación.