Aleyda Huete denuncia amenazas contra su vida

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Imagen captada por Aleyda Huete, de uno de los vehículos que le ha montado vigilancia, en el marco de un toque de queda según el PCM 021-2020 ante pandemia de COVID-19

Choluteca, Honduras.- “Creí que venían otra vez por mí”, declaró esta tarde la defensora de derechos humanos y criminalizada política Aleyda Xiomara Huete (50), tras ser vigilada por carros policiales frente a su vivienda en Choluteca, al sur del país.

Cabe señalar que Choluteca es una de las cuatro ciudades del país bloqueada por policías y militares, tras la ordenanza municipal de Quintín Soriano, emitida el lunes y que entró en vigencia el martes 17 de marzo con “toque de queda absoluto”, por existir casos de Coronavirus (COVID-19), acción que se extendió a Tegucigalpa y La Ceiba según el decreto Presidencial en Consejo de Ministros  PCM021-2020.

Aprovechando el toque de queda, agentes de la Dirección Policial de Investigación (DPI) y Policía Nacional  le montaron vigilancia, la capturaron y llevaron a los Tribunales, donde el juez de Letras, Ramón Francisco Videa Talavera, le dictó medidas sustitutivas a la prisión.

Tras salir del juzgado Aleyda no tuvo tiempo para abastecerse de agua y alimentos, y luego acatar el toque de queda, en casa con sus hijas, por lo que hoy se quedó sin agua, problema que se enfrenta caso toda la ciudad sureña, que entre sus luchas sociales es la defensa de los bienes comunes de la naturaleza y contra el extractivismo minero.

Una persona solidaria me dijo que mandaría un vehículo por mí y poder acarrear unos botes con agua, iba acompañada de uno de mis abogados cuando notamos que nos seguía un carro blanco con placas, y en el vidrio de atrás tenía una chapita de la policía.

Aseguró que, después estuvo el mismo carro gris en que la llevaron a los juzgados el martes, custodiada por más de 10 policías. “Ése estuvo estacionado frente a la casa y cuando me vieron con teléfono en mano se fueron”, relató en referencia a que ella pudo tomas fotografías del vehículo.

También se percató que ayer fue vigilada por tres vehículos, uno de ellos color rojo, y otras personas la han alertado que agentes de la Dirección de Inteligencia Policial  (DIPOL) estaban cerca.

La defensora es muy reconocida en la zona sur del país, por su ardua labor en el grupo de oposición al régimen de Hernández “Bastión del Sur”, y es así que tiene puentes de solidaridad que le advierten sobre eminentes peligros, que a veces le pueden causar miedo, pero los enfrenta con valentía por que no ha hecho nada malo, agregó.

He estado nerviosa, porque me advirtieron que me cuide, ya que hay intereses de desaparecerme. Aleyda Huete

Lamentó que la situación de salud  por el COVID-19 agudiza la persecución en su contra, porque le imposibilita la libre movilización y teme que, al intentar ponerse a salvo, la capturen con la excusa del toque de queda absoluto.

Previendo situaciones como esta, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) en un comunicado público el lunes anterior denunció la posible persecución contra defensores de derechos humanos,

opositores sociales y políticos perfilados por el virus de la dictadura represora.

“Tampoco queremos ser parte de una emergencia sanitaria en la cual en vez de educar positivamente a la población en medidas simples de solidaridad, de convivencia social de nuevo tipo, se le induce a comprar detergentes, cremas industriales, máscaras y trajes prefabricados, al estilo de un escuadronero de la muerte que olvida sus crímenes en este país empobrecido por sus amos”, expresa el documento.

Aleyda Huete, permenece con medidas sustitutivas a la prisión por los supuestos deslitos de de “tenencia ilegal de armas de fabricación casera (chimba) y almacenamiento de artefactos explosivos” en perjuicio de la seguridad interior del Estado de Honduras, desde diciembre del 2019. La audiencia inicial será el 31 de marzo en los Tribunales de Justicia de Choluteca. Su compañero de hogar Antonio Felipe Esquivel, fue privado de libertad como parte de la persecución contra Aleyda, sin saber cuál será su suerte.