Tegucigalpa.- Dejando cuentas pendientes por delitos de violaciones a los derechos humanos, el 14 de marzo falleció en la impunidad el coronel Raimundo Alexander Hernández Santos.
Alexander Hernández estuvo involucrado en diferentes delitos de violaciones a los derechos humanos en la década de los años 80, que dejó muertes, torturas, violaciones y desapariciones.
La justicia hondureña no se encargó de que pagara por sus delitos, muriendo, como muchos otros violadores de los derechos humanos, en la impunidad.
Alexander Hernández era comandante de la Dirección de Investigaciones Especiales (DIES), cuerpo de inteligencia y represión creado por las Fuerzas Armadas a finales de la década de los años setenta, y es antecesor del Batallón de Inteligencia 3-16.
Se le señala responsabilidad en 32 casos de violaciones a los derechos humanos y se le conoció por el seudónimo de Señor «Dies».
En 1982, el Coronel Leonidas Torres Arias lo acusó de haber desaparecido a siete personas, entre ellas Manfredo Velásquez, Nelson Mackay y Jorge Zavala Eurake.
El 21 de julio de 1995, la Fiscalía Especial de Derechos Humanos lo acusó ante el Juzgado de Letras Primero de lo Criminal de Tegucigalpa por los delitos de detención ilegal, asesinato en su grado de tentativa y abuso de autoridad en perjuicio de seis estudiantes universitarios secuestrados y desaparecidos en forma temporal en 1982.
El Coronel activo para 1995, ejerciendo el cargo de Inspector General de la Fuerza de Seguridad Pública, se fugó. Presentándose al Tribunal el 14 de diciembre del año 2000. El Tribunal le reformó la tipificación del delito.
En diciembre de 1994, fue acusado de la desaparición del Abogado Nelson Mackay Chavarrilla.
En diciembre de 1995, los familiares de Adán Avilez Fúnez y Amado Espinoza Paz lo acusaron en el Juzgado Primero de Letras de Choluteca por los delitos de amenazas a muerte, allanamiento de morada, detención ilegal y daños a la propiedad.
En 1985 los familiares de los desaparecidos lo acusaron criminalmente por la desaparición de German Pérez Alemán, Manfredo Velásquez y Eduardo Lanza.
El Juzgado de Letras Primero de lo Criminal en forma irregular, violentando el derecho de las víctimas a la justicia y al debido proceso cerro el juicio.